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Segundas Criaturas: la realidad de la ficción


Enviado por   •  24 de Mayo de 2022  •  Monografías  •  2.236 Palabras (9 Páginas)  •  78 Visitas

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Segundas Criaturas: la realidad de la ficción

La historia la escriben los vencedores
Churchil.

Marcelo Chiriboga existe en cada página que habla de él,  y es un fantasma en el registro civil ecuatoriano y en cualquier cementerio del mundo. Creado por las plumas de Donoso y Fuentes,  y  con una  vida establecida en las Segundas Criaturas de Cornejo Menacho, este personaje  es a la vez un hijo del  humor como lo es de las plumas que han vencido en América Latina. Después de todo Chiriboga no sería más que una alucinación cualquiera o una alusión ficticia olvidada de no ser porque escritores de renombre lo escribieron. En contraposición con Donoso y fuentes, Cornejo Menacho se pone absolutamente serio con Chiriboga y le da una historia de vida trastocando en el proceso la ficción y la realidad. ¿Pero que es lo real? No es como si Menacho lo dejara muy claro, de hecho desdibuja las líneas ficción realidad dentro de esta obra, de alguna manera nos recuerda que la historia es una creación constante, y que no necesariamente podemos dilucidar que si es como se escribió y que no. Pero por suerte podemos encontrar otra serie de significantes en la escritura independientemente de que haya sido perfilada a gusto y decisión de tres autores y realmente no exista.

Marcelo Chiriboga es un personaje ficticio creado por Donoso y Fuentes, quienes lo perfilaron como el escritor ecuatoriano del boom de los 60.  A modo de broma fue creado, y se dio por entendido que su más grande obra fue la novela “la caja sin secreto”. Durante mucho tiempo hay quienes han creído que fue un escritor real, y es con las Segundas Criaturas de Cornejo Menacho que finalmente tenemos una suerte de biografía de este personaje. Curiosamente una frase de  “La Caja sin secreto” de Chiriboga es “Ninguna vida es una novela, pero para vivirla nada hay mejor que una novela” y posiblemente sea esa el mejor resumen de lo que es las Segundas Criaturas.  Por otro lado esta obra  tiene una serie de conceptos que se interrelacionan detrás de la narrativa de la vida de Marcelo Chiriboga,  en ellos podemos ir notando las delimitaciones de la literatura menor, el eterno retorno,  la metaliteratura, entre otros.

A grandes rasgos en esta obra conoceremos tres Marcelos, el que se está muriendo en Paris, el infante que vivía en Riobamba y que no se llamaba Marcelo,  y el joven rebelde relacionado con las letras y con  la izquierda, todos ellos permanentemente interconectados, casi como si existieran en su conjunto en un mismo instante. Están junto con Marcelo, su agente que es quien nos va a llevar de la mano a conocerle, incluso se podría señalar como hay un juego doblemente intencional ya que si el agente hace los seguimientos y se encarga de posicionar la obra y a su autor, en Segundas Criaturas va a hacerlo de forma directa, literal. Luego de ello está Adele, su esposa que estará cruzando la novela, y una serie de personajes que van y vienen, de los que hay que rescatar a  Donoso y Fuentes, que son a su vez creadores, testigos y participes de la vida de Chiriboga, y es esta curiosa mezcla de realidad y ficción la que logra volver la novela interesante. Hay que señalar además que detenerse a enlazar los hechos históricos reales dentro de la historia podría ser una pérdida de sentido de la misma, demasiada realidad arruinaría la trama, además que Cornejo Menacho maneja la información de forma tan acertada que tampoco hace falta.  

En principio, es una novela de la vida de un escritor ficción en la realidad del boom literario de los 60.  Considero que es necesario especificar eso dado que es lo que nos permite entender cómo las características metaliterarias del mismo están en su capacidad para revelar el estado de la literatura en un momento de la historia. Esto incluye una serie de referencias a autores, obras  y sucesos reales, retoma las perspectivas de la izquierda en Quito, el café 77, las discriminaciones por la rigidez mental política, las tertulias intelectuales,  el barrio de la Mariscal, etc. Esta también dentro de esta perpetua forma de referirse a la realidad desde la ficción el caso de su nombre que refiere en el libro desde “No obstante, a veces tengo la extraña certidumbre de que en verdad yo no escogí llamarme Marcelo. Me ocurre con frecuencia que siento que Fuentes y Donoso fueron quienes lo eligieron para mí, porque la desazón no los dejaba dormir, porque Benitín y Eneas necesitaban que yo existiera para expresar lo que no podían decir por su propia boca, o qué se yo…” jugando con lo real y lo ficcional de forma constante.  Curiosamente el posicionar esta ficción en lo real de un momento histórico termina reflejando la invisibilidad de la literatura ecuatoriana, hay que recordar que esto no es la inexistencia, sino que pese a que existe, la literatura ecuatoriana le es indiferente al mundo. Posiblemente esto pueda estar ligado a la ausencia de un interés más profundo por lo literario en los ecuatorianos, e incluso a la  colonialidad; aún con ello, es esta invisibilidad es la que constituye la delimitación de la literatura como una literatura menor.  Podemos tomar las palabras de Deleuze “La salud como la literatura, como escritura, consiste en inventar un pueblo que falta”  Y  “no es un pueblo llamado a dominar el mundo, sino un pueblo eternamente menor, presa de un devenir revolucionario. Tal vez solo exista en los átomos del escritor, pueblo bastardo, inferior, dominado, en perpetuo devenir, siempre inacabado”  para pensar a Marcelo Chiriboga.  Como dijeran Donoso y Fuentes que era el “escritor que le faltaba al boom”  un personaje trascendente en la literatura latinoamericana que solo es capaz de ser y existir en los átomos de quienes lo han escrito, en esto Cornejo Menacho intenta no dejar “inacabado” a Chiriboga, como hicieran Donoso y Fuentes,  y se lanza a biografiar a este personaje, a crear una ficción de la ficción que rellena es espacio de ausencia en la literatura ecuatoriana. O si podemos decirlo de otra forma: que visibiliza desde lo ficcional la existencia de una literatura ecuatoriana a los ojos del mundo. Saliendo de Ecuador tenemos entonces que además nos perfila la situación global, va tomando eventos como la muerte del Che Guevara en Bolivia; la matanza de los estudiantes mexicanos en La Plaza de las Tres Culturas; la Primavera de Praga; J.P. Sartre y la Beauvoir, en las calles de París; los Beatles y su canción  Let it be; la guerra de Vietnam, entre otros sucesos o eventos del momento juntados en un encuentro de los personajes ficticios y reales en Coayacan. Ficticios como Marcelo, reales como Fuentes, pero juntos, revueltos, y atravesados por las circunstancias de los sesenta y el difícil oficio de ser escritor.

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