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TUS ZONAS ERRONEAS


Enviado por   •  3 de Febrero de 2012  •  4.430 Palabras (18 Páginas)  •  1.513 Visitas

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TUS ZONAS ERRÓNEAS

En este libro Wayne Dyer nos incita a tomar la responsabilidad por lo que ocurre en nuestra vida. Explica que las emociones son causadas por los pensamientos y que controlando estos, se puede alcanzar el control emocional. Puntualiza que el cambio es difícil, y nos da las razones para que así sea.

Propone que dejemos de vivir conforme a las expectativas de los demás y que lo hagamos en el presente, sin inmovilizarnos en el pasado o preocuparnos por el futuro. Recalca la importancia de la autoestima y los efectos nocivos de la culpabilidad y de la preocupación. Explica el poder limitativo de las etiquetas que nos colocamos y que nos colocan.

Muestra como superar el miedo a lo desconocido y las conductas rígidas. Detalla cómo nos condicionan las imposiciones de la sociedad, transmitidas la mayoría de las veces por nuestros padres. Demuestra que vivir dependiendo de lo que es justo o injusto conduce a la frustración.

Enuncia las razones por las cuales postergamos hacer las cosas y cómo evitarlo.

Postula que debemos ser independientes y no necesitar de los demás, que la obligación de tener que hacer algo para satisfacer a otra persona, cuando no es lo que desearíamos, conduce al resentimiento, y reseña cómo esto afecta las relaciones personales, incluyendo las relaciones entre marido y esposa, y padres e hijos.

Aclara que la ira no es algo inevitable y expone cuáles son sus consecuencias negativas.

Capítulo 1

Si la vida es tan corta comparada con lo que viene antes y lo que viene después, tendríamos que tratar de vivirla lo mejor posible. La verdadera inteligencia consiste en vivir la vida felizmente, eligiendo lo que te hace feliz o, por lo menos, evitando lo que te hace infeliz. Toda vida es difícil, ya que los problemas son inevitables. Las personas inteligentes reconocen que la felicidad no es la ausencia de problemas y aprenden a ser felices a pesar de los mismos.

Puedes controlar tus emociones, ya que las emociones no son cosas que te suceden, sino reacciones que eliges tener. Toda emoción es producto de un pensamiento y tú puedes controlar tus pensamientos.

Tus pensamientos respecto de las cosas y las personas son lo que te hace infeliz. Para ser feliz, debes aprender a pensar de manera diferente. Has aprendido a pensar que los acontecimientos y las otras personas son los responsables de cómo te sientes. Ahora debes aprender a ser responsable de tu felicidad o tu infelicidad.

Cambiar la forma de pensar no es fácil. Tras muchos años de pensar equivocadamente, debes volverte consciente de tus propios pensamientos para poder cambiarlos. Solamente con decisión y esfuerzo lograrás cambiar tu manera de pensar.

Tienes la capacidad de elegir cómo sentirte o qué hacer en cada momento. De ti depende que elijas lo que te conviene o lo que te perjudica.

Existen padecimientos físicos que no responden a ninguna causa fisiológica. La mayoría de estos casos corresponden a personas que inconscientemente eligen tener estos padecimientos por algún motivo psicológico. Las emociones negativas tienen como resultado impedirnos hacer lo que nos gustaría, como por ejemplo llevarnos bien con los demás. Este es un buen motivo para eliminarlas.

La preocupación por lo que pueda pasar en el futuro nos impide disfrutar del presente. De esta manera la felicidad se posterga para un momento que nunca llega.

Capítulo 2

Cuando se es niño, los padres, los maestros, y la sociedad en general, nos inculcan lo que se llama educación, que no es sino la manera de comportarse que la sociedad espera de nosotros. Junto con esta necesaria adaptación a las normas sociales, se transmite una desconfianza en nuestros propios valores y creencias.

La persona que ama a los demás tenderá a respetar la individualidad de cada uno de ellos. Para poder hacerlo se necesita primero tener confianza en uno mismo. La persona insegura tratará de que todos los demás sean como ella, para no correr nunca el riesgo de ser confrontada.

Los comportamientos errados deben servir para que aprendamos de ellos. Lo que debemos aprender es cómo no volver a cometerlos, pero no a tener sentimientos de odio o de desprecio hacia nosotros mismos. Tampoco debemos dejar que el comportamiento de los demás influya en el concepto que tenemos de nosotros mismos.

Puedes valorarte de distinta manera en las distintas áreas en te desempeñas, pero lo que no puedes dejar de hacer es estimarte a ti mismo. La autoestima se refiere tanto al comportamiento como al aspecto físico. La sociedad ejerce una gran presión para convencernos de que debemos tener un físico y una apariencia determinados, y para vendernos los productos y servicios necesarios para ello.

Existe una diversidad de comportamientos que son indicadores de una falta de autoestima. Fundamentalmente se reducen a no aceptar lo que de bueno uno puede tener, hacer o merecer.

Amarte a ti mismo no significa que los demás tengan que amarte o reconocer tu superioridad. No quiere decir creerte el mejor ni te obliga a convencer a los demás de ello.

Todo comportamiento tiene sus causas, aún aquellos que son autodestructivos. Si quieres cambiar estos últimos tendrás que comprender porqué los has adoptado en primer lugar. Por lo general, el motivo es que simplemente es más fácil arrastrarse que elevarse.

Capítulo 3

La búsqueda de la aprobación de los demás es un impedimento para el desarrollo personal cuando llega al punto de convertirse en una necesidad. Uno puede desear la aprobación de los demás, y esto no es un mal en sí mismo. Cuando necesitamos que cada uno de nuestros actos o cada uno de nuestros pensamientos, sea bien recibido por una o más personas, estamos poniendo nuestra vida en manos de esas otras personas.

La búsqueda de aprobación implica la pérdida de la verdad: los otros no te hablarán con franqueza cuando perciban esa necesidad, y tú sacrificarás tu propia opinión para adaptarte a las opiniones de los otros.

La sociedad ejerce una constante presión sobre sus miembros para que éstos no piensen por sí mismos y, por el contrario, adopten los puntos de vista socialmente aceptables en detrimento de los propios. La presión para que la persona no piense por sí misma comienza en la familia y continúa en la escuela. Son muchos los padres que, en vez de estimular el comportamiento independiente de sus hijos, procuran por todas maneras (algunas de ellas muy disimuladas) que no se aparten ni un ápice de la manera

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