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Tus Zonas Erroneas


Enviado por   •  12 de Noviembre de 2013  •  2.433 Palabras (10 Páginas)  •  631 Visitas

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Atrás llevando un algo redondeado.

Sabiduría Emocional:

En la vida, los seres humanos tenemos que enfrentar dos sistemas de procesamiento que claramente nos hacen difícil nuestro camino en un mundo complejo; por un lado tenemos aquella que viene de nosotros y es la forma que respondemos a las situaciones que enfrentamos todos los días, es el sistema emocional. Por el otro, una que nos hacer ver lo que está bien o mal y que muchas veces nos reprime, es el sistema racional. En pocas palabras, emoción vs. Razón. La lucha entre lo que nos gustaría ser y lo que deberíamos. Tratamos de suprimir o eliminar emociones innatas en nuestro sistema sólo por creer que son inadecuadas ante una sociedad sumamente crítica y muchas veces surgida en la ignorancia.

Aunque hagamos todo lo posible para evitarlo, somos seres emocionales, y a pesar de que todas las emociones nos enseñan, no todas son buenas y aceptables. Hay sentimientos autodestructivos y altamente peligrosos que debemos saber manejar o eliminar para siempre. En este sentido, tenemos que hay dos tipos de emociones: las emociones primarias que son aquellas con las que nacemos, como el dolor, el miedo, tristeza, ira y alegría y que tienen un corto periodo de duración. Y las emociones secundarias, las cuales son aprendidas y que tienden a perjudicarnos; como el sufrimiento, la ansiedad, la depresión, y que su durabilidad puede ser de años o toda la vida. En un principio, vivíamos regidos sólo por las emociones primarias, donde la tolerancia era más común y donde la mente y el cuerpo trabajaban armoniosamente. Pero nuestra ambición de evolucionar nos hizo perder el rumbo convirtiéndonos en seres egoístas, egocéntricos, incapaces de tolerar a nuestros semejantes.

Sin duda, nuestras actitudes ante los problemas que nos presenta la vida; hacen muchas veces agravar y prolongar la situación. Como resultado, nos vemos envueltos en dos tipos de personalidad para nada saludables. Una es la personalidad Tipo A, adicta al futuro, incapaz de liberarse del poder y la ambición. La otra es la personalidad Tipo C, atada al pasado, incapaz de liberarse de la necesidad de aprobación y al mal hábito de postergar.

Cuando nuestra personalidad esta sujeta al Tipo A, tendemos a darle paso a enfermedades cardio y cerebro vasculares, además de generar altos niveles de estrés y ansiedad en nuestro organismo. Como complemento, se crean climas de alta tensión y patrones de comportamientos totalmente insalubres. Con la penosa realidad de calificarlos como personas brillantes, por su lucha incesante por alcanzar sus metas en un menor tiempo posible y cualquier precio. En resumen, esta personalidad gira en torno a cuatro premisas que empobrecen nuestra salud física y mental: urgencia de tiempo, ilusión y necesidad de control, ambición desmedida e importancia excesiva por los resultados.

Al estar regidos por una personalidad Tipo C, nos predisponemos al cáncer, además de preparar el terrero para desarrollar la depresión. Así como la tendencia de bloquear las emociones, y antes situaciones de estrés, reaccionamos con pasividad, aislamiento, sin tomar en cuenta que la inhibición, represión, y negación de las emociones, y la tendencia a evitar resolver y afrontar problemas, debilita el sistema inmunológico y nos hace personas más susceptibles a contraer enfermedades infecciosas. Esta manera de ser responde a cuatro características principales: postergación, prudencia, sumisión y culpa.

Si queremos mejorar nuestra actitud ante los problemas debemos tener en cuenta los siguientes aspectos: retirarnos a tiempo y saber perder; ya que cuando aprendemos a renunciar a tiempo logramos tres cosas importantes frente al futuro: en primer lugar, descargamos el sistema de expectativas innecesarias; en segundo lugar, aprendemos a perder, es decir, acatamos los hechos dejamos de alucinarnos inútilmente; y en tercer lugar, descubrimos que las consecuencias nunca son tan malas como las imaginábamos. Entregarnos y aceptar lo peor que pueda ocurrir; porque a veces, la mejor manera de ayudarle a la vida es no ofrecer resistencia. La magia del perdón; debido a que conseguimos con éste un beneficio en doble sentido: alivio del resentimiento para quien lo ofrece y de la culpa o vergüenza para quien lo recibe. Y por último, Hablar de ello; ya que cuando contamos nuestras emociones sentimos una mejoría inmediata y el restablecimiento automático de la autoaceptación.

Para finalizar, debemos enfocarnos en alcanzar una personalidad Tipo B; la cual nos ofrece un estilo de vida saludable. Nos impulsa a vivir en el presente, buscando el equilibrio y no los extremos. Al permanecer más tiempo en el aquí y el ahora, se facilitan los contactos internos y el desarrollo de un mayor autoconocimiento. Al adoptar la personalidad Tipo B, entendemos que vivir es un cambio permanente guiado por la autoobservación y esa es la meta a seguir. Cuando decidimos cambiar nuestro estilo de vida como los mencionados anteriormente, comenzaremos a fortalecer nuestro yo. El yo es parte de la mente encargada de darle ese sentido de coherencia y significado personal a la información disponible. Éste nos hace humanos, en cambio el egocentrismo nos enferma.

Su contenido trata sobre la importancia de volver a lo natural y saber integrar las emociones biológicas a nuestra vida de manera constructiva. El autor muestra la diferencia entre las emociones primarias, que hay que salvar, y las secundarias, inventadas por la cultura, que hay que eliminar.

Más específicamente se rescatan el miedo, la ira, el dolor, la tristeza y la alegría, se muestran sus propiedades curativas y se alerta sobre el peligro de sus similares inventados por la mente: la ansiedad, el rencor, la depresión y el apego.

La obra está fundamentada en los datos más recientes de la psicología cognitiva y la moderna teoría de las emociones, así como en la experiencia clínica del autor.

Su contenido trata sobre la importancia de volver a lo natural y saber integrar las emociones biológicas a nuestra vida de manera constructiva. El autor muestra la diferencia entre las emociones primarias, que hay que salvar, y las secundarias, inventadas por la cultura, que hay que eliminar.

Más específicamente se rescatan el miedo, la ira, el dolor, la tristeza y la alegría, se muestran sus propiedades curativas y se alerta sobre el peligro de sus similares inventados por la mente: la ansiedad, el rencor, la depresión y el apego.

La obra está fundamentada en los datos más recientes de la psicología cognitiva y la moderna teoría de las emociones, así como en la experiencia clínica del autor

«Querer enterrar las emociones no sólo es una tarea imposible, sino peligrosa para la salud… dejemos que la emoción actúe con nosotros y a través nuestro. » Walter Riso

Estas páginas constituyen un llamado a restaurar el equilibrio mente-cuerpo mediante el rescate de uno de nuestros recursos más valiosos, el cual se encuentra hoy en día cada vez más relegado y desprestigiado. Nos referimos a la emoción biológica. En la autorizada opinión del terapeuta Walter Riso la inteligencia racional es una de las grandes herramientas adaptativas con las que cuenta el ser humano y gracias a la cual ha podido sobrevivir. Sin embargo, ésta no basta para garantizar el equilibrio, la armonía interna ni la salud física y psicológica de las personas. Es necesario complementar dicha parte de nuestro ser con el poder y la sabiduría innata que habita en las emociones. Este libro nos enseña a integrar dicho componente de manera constructiva y aprovecharlo en nuestro beneficio.

La mente puede llegar a ser un estorbo. En ciertas ocasiones el que piensa pierde.

No estamos acostumbrados ha hacer contacto con nuestras emociones, somos como ignorantes emocionales, aferrándonos a amuletos, a las estrellas, al horóscopo. Nuestras emociones primarias, como sentir miedo, alegría o tristeza son naturales, no aprendidas, son un mecanismo que evoluciono durante miles y miles de años como para dejarlas de lado.

Existen otras emociones secundarias, que son aprendidas, como la ansiedad la depresión, el estrés que no son útiles, son creadas artificialmente por nosotros, pues en ocasiones nos preocupamos por cosas que no dependen de nosotros, generan incertidumbre y esta es otra emoción no natural o secundaria.

Sin embargo algunas emociones secundarias o aprendidas socialmente pueden llegar a ser útiles cuando son bien enfocadas, como la ira, que nos permite impulsar mas allá nuestras actitudes como un mecanismo adaptativo biológico que nos alerta sobre la necesidad de emplear “el Turbo” en nuestra vida. ¿Quien no se ha sentido bien cuando desahoga su ira en algo creador?

Existen personas que no paran: de trabajar, de pensar, de hacer algo, transmiten estrés, no pueden quedarse quietas contemplando un atardecer, son hiperactivos, ansiosos siempre de un futuro perfecto y de un control absoluto de las personas y las cosas que le rodean.

En el otro extremo existen las personas depresivas, queridas, amables y también frágiles. Con una necesidad de aprobación aunque les cueste la dignidad. Postergan todo, son sumisas y con sentimientos de culpa.

Entre estos dos extremos existe un punto de equilibrio en el que debe aprenderse entre oras cosas el arte de retirarse antes de tiempo y saber perder, el de entregarse y aceptar las consecuencias de algo que pueda ocurrir, pues a veces la mejor forma de ayudar a la vida es no ofrecerle resistencia Aplicar la magia del perdón. En síntesis vivir sin la carga del pasado y la amenaza del futuro.

La menta inventa la ansiedad y el dolor, son emociones secundarias, creadas por nuestra propia mente y que contradicen nuestra naturaleza que es en esencia sabia.

Esto sucede pues nuestra mente esta viciada, contaminada por un medio de energías que desgastan y marchitan. Nuestra mente inventa cosas como la mala suerte, la ansiedad, el rencor, el autocastigo, la tristeza etc., que si bien prácticamente son inevitables en nuestra vida, deben administrarse bien, de manera adaptativa para sacarles provecho natural, al no se posible eliminarlas deben equilibrarse y debemos estar conscientes de su origen.

En la vida, los seres humanos tenemos que enfrentar dos sistemas de procesamiento que claramente nos hacen dificil nuestro camino en un mundo complejo; por un lado tenemos aquella que viene de nosotros y es la forma que respondemos a las situaciones que enfrentamos todos los dias, es el sistema emocional. Por el otro, una que nos hacer ver lo que esta bien o mal y que muchas veces nos reprime, es el sistema racional. En pocas palabras, emocion vs. razon. La lucha entre lo que nos gustaria ser y lo que deberiamos. Tratamos de suprimir o eliminar emociones innatas en nuestro sistema solo por creer que son inadecuadas ante una sociedad sumamente critica y muchas veces surgida en la ignorancia.

Aunque hagamos todo lo posible para evitarlo, somos seres emocionales, y a pesar de que todas las emociones nos enseñan, no todas son buenas y aceptables. Hay sentimientos autodestructivos y altamente peligrosos que debemos saber manejar o eliminar para siempre. En este sentido, tenemos que hay dos tipos de emociones: las emociones primarias que son aquellas con las que nacemos, como el dolor, el miedo, tristeza, ira y alegria y que tienen un corto periodo de duracion. Y las emociones secundarias, las cuales son aprendidas y que tienden a perjudicarnos; como el sufrimiento, la ansiedad, la depresion, y que su durabilidad puede ser de años o toda la vida. En un principio, viviamos regidos solo por las emociones primarias, donde la tolerancia era mas comun y donde la mente y el cuerpo trabajaban armoniosamente. Pero nuestra ambicion de evolucionar nos hizo perder el rumbo convirtiendonos en seres egoistas, egocentricos, incapaces de tolerar a nuestros semejantes.

Sabiduria emocional

Un reencuentro con las fuentes naturales del bienestar y la salud emocional

Su contenido trata sobre la importancia de volver a lo natural y saber integrar las emociones biológicas a nuestra vida de manera constructiva. El autor muestra la diferencia entre las emociones primarias, que hay que salvar, y las secundarias, inventadas por la cultura, que hay que eliminar. Más específicamente se rescatan el miedo, la ira, el dolor, la tristeza y la alegría, se muestran sus propiedades curativas y se alerta sobre el peligro de sus similares inventados por la mente: la ansiedad, el rencor, la depresión y el apego. La obra está fundamentada en los datos más recientes de la psicología cognitiva y la moderna teoría de las emociones, así como en la experiencia clínica del autor.

La obra está fundamentada en los datos más recientes de la psicología cognitiva y la moderna teoría de las emociones, así como en la experiencia clínica del autor.

Libertad

Es el primer valor que destaca más porque, porque mediante ello nos permite ser libre de todo y sobre todo de poder controlar nuestras emociones y poder tener una buena estabilidad en nuestro crecimiento y desarrollo como persona.

Responsabilidad.

Este valor tiene que ver mucho en esta obra porque nosotros somos responsables de nuestros propios actos y de la manera como llevamos nuestra vida y como la dirigimos.

Autoestima.

Este valor también destaca en la obra porque de alguna manera ayuda a tenernos más confianza en nosotros mismos y afrontar los retos y los miedos que nos presenta la vida y no dejarnos vencer por nuestros pensamientos.

Voluntad

Este valor tiene que ver con respecto de que debemos tener la actitud de olvidar las tristezas, el pasado y vivir el presente, el ahora ya si lograremos grandes cosas en nuestra vida personal, profesional y espiritual.

Autoaceptacion

Este valor nos habla de que debemos saber aceptarnos lo que valemos y cuán importante somos en este mundo. Esto nos permitirá afrontar los retos que nos presente la vida.

Felicidad.

Es uno de los valores de mayor prioridad porque gran parte de la obra nos muestra que podemos ser felices a través de un buen control de nuestras emociones.

ANTIVALORES.

Egoísmo

En esta obra refleja que a veces tomamos este tipo de actitud porque nos creemos mejor que los demás y no nos damos cuenta que estamos siendo por nuestro yo negativo que al final somos capaces de tolerar a nuestros semejantes.

Ira.

Es un antivalor demuestra que es su mejor herramienta para resolver un problema, lo cual está muy equivocado ya que no sabe controlar sus emociones y que se deja llevar por causa de un fracaso.

Ambición

Se refiere que a veces no medimos la forma de cómo lograr las cosas y para conseguirlo terminamos pasando por encima de los demás y no nos damos cuenta que nos está haciendo perder nuestro rumbo convirtiéndonos en sere egoístas y egocéntricos.

Postergación.

Este antivalor se da cuando nosotros dejamos las cosas para otro momento y también cuando uno desea evadir algunos momentos de felicidad y que espera que las cosas se resuelvan por si solas.

Valora el momento presente. Aférrate a cada momento de tu vida y saboréalo.

La búsqueda de la aprobación se convierte en una zona errónea sólo cuando se convierte en una necesidad en vez de un deseo.

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