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Veronika Decide Morir


Enviado por   •  9 de Enero de 2014  •  2.653 Palabras (11 Páginas)  •  338 Visitas

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INTRODUCCIÓN

¿Qué es la muerte? Existen diferentes percepciones acerca de ella, percepciones que varían de acuerdo a cada persona, su cultura, creencias, educación, valores, religión… pero lo que es un hecho es que se trata de algo real e inevitable para todo ser vivo. Sin embargo el hombre, como es su naturaleza se ha preocupado por tratar de responder esta pregunta, de saber más, de saber qué existe más allá de ella. Ha inventado respuestas y ha tratado de evitarla porque el hombre siempre lucha por su supervivencia, eso es lo “normal”, ese es su instinto y a pesar de esto, hay quienes no comparten este ideal.

Para algunos, la muerte es el fin de la existencia, la ausencia de los latidos del corazón y la respiración, para otros un castigo, para unos más una oportunidad de cambiar de vida y reencarnar en un ser distinto, para otros la solución a los problemas, pero para otros más no es una opción sino una realidad a la que se deben enfrentar cada día.

Para Veronika fue la solución más cobarde y simple para escapar de la monotonía de su vida, de la ausencia de sus deseos de vivir y luchar por sus sueños…

El autor del libro “Veronika decide morir” Paulo Coelho narra esta historia en tercera persona, tomando el nombre de Veronika como el propio. En su infancia, Paulo fue internado en un asilo para enfermos mentales, aunque nunca comprendió completamente el motivo, probablemente fue por la preocupación de sus padres que observaban en él una combinación de comportamiento tímido y extrovertido aunado a su deseo de convertirse en un gran artista.

Paulo decide plasmar en esta obra dos grandes dilemas en el ser humano: la locura de la vida y la muerte. La historia principal gira entorno a un solo personaje: Veronika, pero junto a ella, Zedka, Mari y Eduard tienen a su vez un pasado que los condujo a cada quien ahí, junto a Veronika.

La finalidad del presente escrito es hacer una reflexión acerca de las diferentes situaciones de la vida y tratar de comprender que todo tiene un sentido y a la vez ninguno, pero eso sólo depende de nosotros, de la manera en que veamos la vida y de nuestros deseos por sentirnos vivos o aun en vida permanecer muertos por dentro, simplemente dejando pasar el tiempo con la esperanza de que algo bueno suceda en nuestra existencia o quejándonos de cada prueba que se nos presente. Porque todo tiene un sentido, sólo es cuestión de saberlo encontrar.

La historia se desarrolla en Ljubljana, capital de Eslovenia. Todo comienza el 11 de noviembre de 1997 cuando Veronika decidió que debía morir. Era muy joven, tenía tan solo 24 años y era muy bonita, tenía ojos verdes, cabello castaño, asistía a lugares de moda, tenía muchas citas con jóvenes atractivos y podría decirse que lo tenía todo, pero en realidad no era feliz. Su vida se había convertido en una absurda rutina, según ella, ya había vivido todo lo que podía vivir y ya no había nada nuevo por descubrir.

Vivía en un cuarto que rentaba a unas monjas y que tenía vista a la plaza de Ljubljana, hacía mucho tiempo ya que había pensado en el suicidio y había pensado en muchas maneras diferentes: ahorcarse, cortarse las venas, lanzarse desde un edificio, etc. Pero tomaba en cuenta todo lo que podría pasar, como que las monjas tuvieran que limpiar la habitación llena de sangre o que sus papás tuvieran que reconocer su cadáver con el rostro desfigurado, y entonces optó porque la mejor manera de hacerlo sería tomando pastillas para dormir, las cuales había conseguido seis meses atrás y había optado por tomar una a una para en un momento determinado tener la opción de arrepentirse en caso de que esto sucediera. Finalmente aquel día, mirando a la plaza y a la gente pasar decidió tomarse las pastillas y esperar tranquilamente su muerte. Aquella era una tarde bonita, Verónica pensaba que las pastillas la dejarían inconsciente inmediatamente pero no fue así solo sentía una sensación de náuseas y después de unos minutos quedó inconsciente. Verónica disfrutó mucho aquella tarde, la gente caminando, los músicos que tocaban frente a la plaza, el chico que la saludó desde la ventana, todo era perfecto pero eso era a lo que Veronika le temía, a tener que vivir una vida donde cada día es igual, tal como ocurre muchas veces con nosotros que sin darnos cuenta convertimos cada día en una rutina hasta que llega el momento en que ya no soportamos y dejamos de encontrarle sentido a nuestra existencia y esto nos lleva a cometer muchas locuras.

Al despertar Veronika se encontraba en una camilla, sujeta de todas sus extremidades sin poder moverse y con un tubo en la garganta que le permitía respirar. La chica estaba en Villete, un manicomio muy famoso de Ljubljana. Ahí había muchas personas, no todos necesariamente locos, tristemente algunos eran llevados ahí por los familiares para deshacerse de ellos y que no fueran más una carga (como sucede con los ancianos por ejemplo, que son abandonados y olvidados para siempre en los asilos), otros para evadir problemas con la justicia, pues al ser diagnosticados como locos se libraban de toda responsabilidad, como deudas por ejemplo y luego de unos años salían sin ningún problema. A pesar de que los médicos sabían que muchos de ellos no tenían problemas mentales los aceptaban porque necesitaban apoyo económico para seguir manteniendo el lugar y mientras los familiares pagaran los gastos ellos aceptaban a los pacientes.

Muchos de los pacientes de Villete entraban enfermos y en contra de su voluntad e irónicamente cuando se curaban preferían permanecer ahí. Quizás sea similar a como ocurre con los presos que a veces después de muchos años de prisión tienen dificultades para adaptarse nuevamente a la sociedad o por miedo al rechazo o los nuevos retos prefieren permanecer tras las rejas en vez de sentirse ilusionados por su libertad.

De cualquier manera Veronika estaba ahí, en un mundo completamente desconocido y aun sin comprender bien las cosas, por fin entendió que donde estaba no era ni el cielo ni el infierno pero según lo que escuchaba en las noticias y las habladurías de la gente, se trataba de algo peor, ¡Villete!

Mediante calmantes fue inducida al sueño durante dos semanas y cinco días pero sin saber cuánto tiempo había transcurrido despertó y vio al Doctor Igor y a un ayudante junto a ella. Preguntó su estado y cuánto tiempo permanecería ahí. El joven practicante no quería decírselo pero los rumores ya circulaban por todo el sanatorio por lo que le tuvo que decir a Veronika que no podría volver a su casa porque tenía un serio problema en el corazón y en cinco días o menos, tal vez un poco más, perdería la vida.

Verónica ya había decidido morir, estaba completamente convencida

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