COMPACT DISC: LA REVOLUCION DIGITAL
ortipacheco4 de Mayo de 2012
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1. INTRODUCCIÓN
¿Os habéis planteado alguna vez toda la magia que se esconde en el simple, y tan común para nosotros hecho de reproducir un CD? Dentro de ese pequeño disco de apenas 12 cms de diámetro se guardan unos 70 minutos de música, con una calidad insuperable, con una pureza de sonido, que hace que la escucha de sonido en cualquier otro tipo de soporte, nos parezca entrañable, anticuado, con cierto gusto añejo, y solamente admisible desde el punto de vista del proceso melancólico del gusto por lo pasado, de la vista atrás hacia un mundo quizás mejor, quizás no tan perfecto, pero si más “auténtico”. Pues bien, esa sensación tan natural para nosotros como es la de, encender el equipo de música, poner el disco en el reproductor, darle a reproducir, y disfrutar de un sonido puro, sin ruidos intermedios, salvo los propiciados durante la grabación, es algo muy reciente, muy actual, que apenas tiene 32 años (yo soy más viejo que él), y sin embargo, rápidamente se extendió, y se hizo con todo el mercado de la música grabada, hasta tal punto que nos hace experimentar y vivir, no sin cierta nostalgia, como algo novedoso, la escucha de un disco de Vinilo, o de una cinta casete.
Pues bien, veamos con un poco de detenimiento, como se produjo, y cuáles son los elementos que entran en acción, cuando pulsamos el botón y nos sentamos en el sofá de nuestro salón.
2. UN POCO DE HISTORIA
Desde los tempranos comienzos de la posibilidad de grabar y reproducir sonido, allá por el año 1877 con la invención por parte de Alva Edison del fonógrafo, sucedido rápidamente por el gramófono, cuya invención se debe a Emil Berliner, se buscó en todo momento que la calidad de la escucha, y de la reproducción del sonido grabada, fuera lo más alta posible. Desde el primer momento se vio en la reproducción musical el principal objetivo del invento, para poder difundir, y por otra parte abrir un mercado inmenso, las piezas más conocidas y a los intérpretes más afamados, ofreciendo la posibilidad de tener un experiencia personal y única tantas veces como se desease.
Con este objetivo de fondo, la mejora tecnológica fue una constante a lo largo de los no más de 100 años que van desde la invención del fonógrafo, a la aparición del soporte digital. En este período, asistiremos a las grabaciones eléctricas, a finales de los años 20, propiciadas por el invento del micrófono, cuyo uso venía extrapolado de la aparición del teléfono, con la consiguiente ampliación en el espectro de frecuencia registrable. Más adelante, en 1948, aparece el LP, o disco de larga duración, el cual aumenta la resistencia del soporte, y alarga el tiempo de reproducción del mismo hasta las 60 minutos, con la reproducción por ambas caras, dejando atrás al disco de ebonita. Los años 50, verán el nacimiento de la música en estéreo, y la posibilidad de integrar el concepto espacial en las grabaciones. En los 60, la cinta casete se presentará como una alternativa económica y de mayor durabilidad al disco de vinilo, consiguiendo una gran calidad, gracias al uso del DOLBY, como supresor de ruidos. El formato era muy interesante, pero presentaba el inconveniente de localizar los contenidos en su interior.
A pesar de todos los avances que se habían producido seguía existiendo el problema de la fiabilidad de los discos, y de la gran cantidad de distorsiones que se producían durante la reproducción, las cuales podían deberse al polvo, ralladura en la superficie, o a distorsiones en el proceso de grabación, como interferencias en los micrófonos o el sonido de paso de la cinta máster.
La grabación y reproducción analógica podría minimizar, pero no suprimir la interferencia en el sonido grabado, por lo que se plantea desde comienzos de los 70 la posibilidad de incorporar las técnicas digitales, con las que se habían empezado a trabajar en el desarrollo de los computadores y la telefonía, al campo de la imagen y el sonido. En 1969, Philips empieza a trabajar en el desarrollo de un soporte mixto , que albergara imágenes y sonido, con el fin de lanzar al mercado un videodisco de unos 60 minutos de duración. Se basaba en la misma tecnología que la radio FM, aprovechando el ancho de banda analógico, que rápidamente se demostró igual de poco fiable que los LP. Por su parte Sony, había estado trabajando desde comienzos de los años 70 en el tratamiento digital de la imagen y el sonido, y en 1976 pudieron presentar un prototipo de Laser videodisc, que ya sí usaba la tecnología digital. Tras un proceso de negociación y de toma de decisiones, ambas compañías llegan al acuerdo, en Octubre de 1979, de unir sus fuerzas en el desarrollo de un formato de audio digital estándar que poder ofrecer en el mercado de la música.
A partir de dicho acuerdo en la unión de fuerzas, entre 1979 y junio de 1980, cuando se produjo la presentación a la industria discográfica, se sucedieron un sinfín de encuentros entre los ingenieros de Philips y Sony con el fin de poner en común los avances en la investigación y de llegar a acuerdos en cuanto a los parámetros que adoptar para la presentación del producto definitivo. Cuestiones como la amplitud de muestreo, la cuantificación, el tamaño del disco, o el tiempo total de reproducción fueron materias muy discutidas por los técnicos de ambas compañías y en muchos casos requirieron de las decisiones de la alta dirección, ante la imposibilidad de ponerse de acuerdo entre ingenieros. En este momento se cruzan los condicionantes técnicos con el deseo de ofrecer la mejor calidad posible, y el mayor tiempo de reproducción, sin sobrepasar un tamaño excesivo que lo hiciese difícil de transportar. A este respecto, es curioso cómo se alcanzó la decisión del tamaño del disco, que de la inicial propuesta de 10-11 cms., quedo finalmente fijada en los 12 cms. que hoy tiene el disco. Parece ser que la mujer del vicepresidente de Sony, la señora Ohga, sugirió a su marido que la duración del nuevo disco, debía ser suficiente al menos, como para albergar la grabación completa de la Novena Sinfonía de Beethoven, la cual era su favorita. Se rastreó en los registros existentes la duración más larga que existía de dicha sinfonía, encontrándola en la versión que había realizado la orquesta del festival de Bayreuth en 1951, dirigida por Wilhelm Furtwängler, con una duración total de 74 minutos, lo que determinó que el nuevo disco tuviera que ampliarse a los 12 cms. Detrás de esta curiosa anécdota se escondía el interés por parte de Sony de igualar la competitividad de ambas compañías en lo que a la producción del nuevo disco se refería. Esto se debía a que Philips ya disponía de una planta de producción en Hanover, desde la que poder producir discos de 115mm, y si se seguía adelante con esa medida, Sony se encontraría en desventaja en lo que a capacidad productiva se refería. De hecho es muy significativo el hecho de que a pesar de que la capacidad del disco llegase a los 74 minutos, los primeros discos que salieron al mercado solo presentaban una capacidad máxima de 72 minutos, debido al límite de grabación que imponía el grabador utilizado, conocido como el U-Matic video recorder. Como dice Schoumaher: “The decision regarding diameter/playing time was taken outside of the group of experts responsible for the CD format” .
Para el resto de parámetros también se debió a decisiones de la alta directiva. El desarrollo del código de recuperación de la señal, conocido como EFM, permitió la ampliación del tamaño del hueco de pista (track pitch), que pasó de 1.45 a 1.6 µm, y el tamaño del bit se amplió de 0.5 a 0.6 µm, lo que facilitó una más fácil lectura del disco, y el abaratamiento tecnológico de los sistemas de reproducción.
El nuevo formato estaba creado y listo para su distribución. Tan sólo quedaba convencer a las discográficas y al usuario final de las mejorías del nuevo producto, y de las ventajas con respecto a los discos de vinilo, para lo cual ayudaron algunas figuras de primer orden como el director Herbert Von Karajan, y el poder de mercado que disponían las fábricas al tener participación en dos de las discográficas más importantes en aquellos momentos, Polygram y Sony music.
3. TRIUNFO DEL FORMATO
Los comienzos en la salida al mercado del nuevo formato, no se produjo en las circunstancias más propicias. El comienzo de la década de los ochenta, estaba marcado por una crisis económica de escala mundial, auspiciada por el alto precio del petróleo, que había hecho que las compañías discográficas hubieran registrado dos años seguidos de disminución de ventas . Por otro lado, la aparición del nuevo formato tenía que abrirse camino, ante un mercado del disco de vinilo, que no estaba dispuesto a ceder terreno fácilmente en la lucha por ser el más encontrado en la mayoría de hogares del mundo. Podían competir con la casete de audio, que a pesar de ofrecer mucha más resistencia y durabilidad, todavía ofrecía bajos estándares sonoros y el problema de localización de contenidos, pero el disco compacto podría significar su desaparición, y por ello algunas compañías de discos apostaron fuerte por mejorar el sistema de reproducción del LP a base de reducir la distorsión y el ruido. Auspiciado por los laboratorios de investigación de la CBS, nacía a mediados de los 70, el sistema CX (Compatible eXpansion), que se anunciaba como un sistema de reducción de ruido para la reproducción de LPs. Fue presentado en la feria de IFA (Internationale Funkausstellung Berlin) en 1981, y suponía la posibilidad de disminuir el ruido de reproducción y aumentar el rango dinámico en unos 20 dB. Por otro lado, Telefunken lanzó al mercado su propia propuesta, basada en tecnología digital,
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