Christopher Nolan, Arquitecto en el Cine

Principios de Historia y Teoría de la Arquitectura

Profesor Julio Jiménez

15 de noviembre del 2016

María Elisa Pardi Uscanga

Christopher Nolan: Un Arquitecto en el Medio Bidimensional

La alteración de la realidad es solo posible a través del arte, ya que al no poder alterarla de forma tangible, buscamos otros medios. Es sorprendente que en una industria donde predominan los efectos visuales, los largometrajes de Christopher Nolan nos absorben dentro de mundos paralelos manteniéndose fiel a técnicas tradicionales. Su negación hacia lo digital^[1] es lo que lo hace uno de los directores de cine más reconocidos de nuestros tiempos. Solo él a logrado construir una nueva realidad física caracterizándose por diseños de producción que dan un sentido de autenticidad a las cosas. Su pasión por el detalle y su forma de experimentar con los espacios realmente convierten a Nolan en un arquitecto dentro del mundo bidimensional que conocemos como el cine.

Richard Serra, conocido escultor estadounidense, nos dice que todo lo que necesita un artista lo puede encontrar en un recuerdo de la infancia. Es por esto que para entender bien el estilo cinematográfico y los diseños de producción únicos de Nolan, podríamos tomar en cuenta elementos de su vida personal. Su pasión por el cine era evidente desde niño. A los siete años de edad, Nolan tomaba la cámara Super 8 de su padre para grabar cortometrajes en los cuales documentaba a sus figuras de acción. Su conciencia arquitectónica, la cual se percibe en sus diseños de producción, posiblemente sea el resultado de una infancia compartida entre Chicago y Londres.^[2] 

De igual forma, su infancia se caracterizó por la afición hacia el espacio exterior. Nolan creció acompañado de películas que tocaban este tema como lo hacía su favorita de la infancia, La Guerra de las Galaxias. Incluso a los ocho años de edad logro hacer un homenaje a esta, el cual nombró Space Wars. A la vez, Nolan creció en compañía de su tío quien trabajaba para la NASA. Esto le permitió acceso desde chico a rodajes que mostraban naves espaciales y otros elementos los cuales adoptaría como inspiración más adelante en su carrera.

El Origen, película que muchos considerarían la obra maestra de su filmografía, contiene ejemplos muy claros del diseño de producción que caracteriza las obras de Nolan. Podríamos hablar de como las reglas de la física son completamente omitidas. Los personajes juegan con la arquitectura ya existente y así crean algo surreal dentro del mundo de los sueños. El mundo de fantasía de Nolan nos absorbe incluso hasta olvidar aquello que es real. Posiblemente este efecto se deba al insólito esfuerzo que hace el director al alterar los elementos de producción en la vida real para generar el efecto en pantalla.

Durante el rodaje de El Origen, Nolan logró asombrar a actores como Cillian Murphy y Joseph Gordon Levitt^[3] al diseñar sets que se adaptaran a la física necesaria en cada escena. Sin duda la escena que presentó mayor reto fue la pelea en el pasillo dentro del sueño. A pesar de tener una duración de treinta segundos en pantalla, tomó más de tres semanas en rodar. El diseñador de producción Guy Hendrix Dyas y el director de fotografía, Wally Pfister, lograron jugar con la gravedad al crear un centrífugo masivo y modificar sus interiores.^[4] Esta escena retoma por completo el diseño utilizado por Stanley Kubrick en 2001: Una Odisea Espacial al rotar la gravedad en la nave espacial permitiendo al protagonista recorrer sus paredes.

Es evidente que Nolan ha sido influenciado por Kubrick a lo largo de su carrera. En múltiples ocasiones se ha declarado su admirador e incluso ha comentado que la obra de Kubrick lo hace sentirse avergonzado de su propio trabajo.^[5] Lo ve como un genio y un ejemplo a seguir y esto se manifiesta no sólo en El Origen con la escena antes mencionada, sino también en Interestelar.

Las similitudes entre 2001: Una Odisea Espacial e Interestelar son innegables. Al analizar los diseños de las naves espaciales y el parecido entre el monolito y TARS, así como la escena del teseracto en Interestelar, queda claro que el diseño de producción utilizado hace referencia a aquel de Kubrick.^[6] En ambas películas los diseñadores de producción buscan alcanzar la exactitud científica jugando con las leyes de la física para proyectar una realidad más creíble de lo que es el espacio exterior. No solo son similares en diseño, sino que ambos largometrajes tocan temas parecidos como es la evolución de la raza humana y el potencial de la inteligencia artificial.

Mediante el diseño de producción, Nolan también logra de forma magistral reforzar el mensaje o tema principal de cada película. Así, en la trilogía Batman: El Caballero de la Noche, no podemos resaltar lo suficiente la importancia que tiene el diseño de la Baticueva.

En la primera película la Baticueva se presenta en una escala monumental lo cual demuestra el deseo de Bruce Wayne de ser una leyenda invencible. Aquí, la Baticueva parece ser algo primitivo, sin tener ningún tipo de acabados por lo cual representa un espacio hostil al igual que su habitante con el cual es uno mismo. El espacio evoluciona con el personaje, siendo en la segunda película una representación de el orden y la tranquilidad que Batman trae a los habitantes de Gotham. Para el final de la trilogía la Baticueva alcanza a ser una mezcla perfecta entre las dos primeras, representando orden sin dejar a un lado grandeza, y disciplina.^[7]

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