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LA COMPOSICION MUSICAL AL SERVICIO DE LA IMAGEN CINEMATOGRAFICA.


Enviado por   •  23 de Abril de 2015  •  4.356 Palabras (18 Páginas)  •  124 Visitas

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Partiendo del cine mudo como documento histórico y subrayando el valor artístico de la música que lo acompaña, el presente artículo plantea la relación existente entre discurso musical y discurso cinematográfico. El análisis de los elementos que facilitan el diálogo entre ambos discursos permitirá al autor describir procedimientos de creación audiovisual, así como las posibilidades de intervención educativa que de esta actividad se derivan.

Musical composition at the service of the cinematographic image

Starting with silent films as an historical document and underlying the artistic value of the music that accompanied them, the present article sets out the existing relationship between musical and cinematographical discourse. The analysis of the elements which eases the dialogue between them allows the author to describe audiovisual creation systems, such as the possibilities of educational participation from which this activity is derived.

Asistimos en los últimos meses a un sinfín de actos conmemorativos del centenario de la creación del cinematógrafo por los hermanos Auguste y Louis Lumière, hecho que situamos en un ya lejano 28 de diciembre de 1895 en París, con la exhibición pública de las escenas documentales tituladas Salida de los obreros de la fábrica Lumière, El regador regado, Llegada del tren a la estación de La Ciotat, hasta un total de diez montajes.

Inicialmente, el cine es una actividad que gira en torno a la imaginación y al esfuerzo de una sola persona, el director, que será el encargado de elaborar un guión, seleccionar los actores, preparar los decorados, buscar y realizar las tomas de exteriores, efectuar las proyecciones... El director es, por consiguiente, el único responsable de todas las fases del proceso cinematográfico: producción, realización y exhibición (en este estadio, aún no podemos hablar de la comercialización del trabajo cinematográfico).

A partir de estas primeras realizaciones, el cine se va especializando, convirtiéndose progresivamente en un arte de amalgama en el que confluyen profesionales pertenecientes a diferentes ámbitos de la creación artística: guionista, fotógrafo, compositor, etc, dando lugar a un complejo engranaje de esfuerzos e intenciones complementarias.

Eduardo Jimeno y su hijo rodarán los primeros metros de película en nuestro país en el año 1896, trabajo que conocemos con el título de Salida de misa de doce del Pilar. Muchos fotógrafos adquirirán las primeras cámaras para filmar, y los eventos sociales, culturales y políticos quedarán impresionados en un nuevo soporte: el celuloide. La exhibición cinematográfica experimenta una rápida expansión por todo el territorio nacional, habilitándose todo clase de locales y, en su defecto, realizándose las proyecciones en la plaza pública. Junto al cinematógrafo tienen lugar otros espectáculos (malabaristas, payasos, equilibristas, músicos, etc) que lo transforman en una fiesta social y popular.

Esta nueva expresión artística experimenta una vertiginosa evolución, tanto desde el punto de vista creativo como comercial. Apoyado en una compleja estructura económica, el cine se ha convertido en el referente cultural por excelencia de las sociedades industrializadas. Las diferentes manifestaciones de la actividad cinematográfica (películas, documentales históricos, textos fílmicos de animación, video-clips, etc) generan un importante volumen de negocio en los principales países productores: EEUU y Francia. Debido a estos dos motivos (referente cultural y actividad económica) el cine es objeto de atención prioritaria en los presupuestos culturales de diferentes Estados que, en ocasiones, se han visto obligados a arbitrar medidas proteccionistas para combatir políticas de comercialización (la americana) que ponen en peligro la subsistencia de la producción propia de numerosos países, el nuestro entre otros.

En el presente trabajo abordaremos desde un punto de vista teórico-práctico las posibilidades de interrelación entre discurso musical y discurso cinematográfico, así como la descripción de los procedimientos técnicos que intervienen en el proceso de sonorización de una producción, para finalizar con una breve reflexión acerca de las posibilidades educativas de los medios audiovisuales.

LA MUSICA SE INCORPORA AL CELULOIDE

La incorporación de la música a la pantalla se produce de forma gradual. En primer lugar, lo hace como testigo sonoro de un cine que no ha encontrado su propia voz, a través de la interpretación musical en directo durante la proyección de la película. No toda la música que acompaña al cine mudo se debe a la improvisación musical de un pianista o a la interpretación de diferentes obras por la orquesta local. Son muchos los directores que encargan partituras a compositores para que sean éstas las que acompañen su obra cinematográfica.

"En los años veinte todas las grandes producciones estaban acompañadas de una elaborada partitura interpretada en los cines de estreno por una orquesta sinfónica.

Las películas menos importantes se acompañaban con una lista de piezas conocidas que debían ser interpretadas en cada escena.

La música de acompañamiento tenía una gran importancia y podía determinar el éxito de un film (1)".

F.W. Murnau, autor de Fausto (1926), Sunrise (Amanecer, 1927)... fue uno de los grandes maestros del cine mudo. Concedió una enorme importancia a la función que la música debía desempeñar en su obra y encargó partituras a compositores destacados de música cinematográfica, como Hans Erdmann (Nosferatu, 1921), Werner Richard Heymann (Fausto, 1926), Hugo Riesenfield (Sunrise, 1927), etc.

"Murnau había recibido formación musical de su madre y quería aplicar al tiempo cinematográfico las estructuras temporales musicales. Un film debía ser algo parecido a una sinfonía. Los ritmos de cada secuencia variaban dramáticamente y la música de acompañamiento debía apoyar este efecto (2)".

Murnau filmó muchas de las escenas de sus películas mientras se ejecutaba música en directo, con el fin de crear, según las características del discurso narrativo, el clima psicológico adecuado a los actores (3).[En la fotografía: rodaje de Sunrise, de Murnau. El acordeón, fuera de campo, crea el clima psicológico a la actriz]. Esta práctica nunca ha llegado a desaparecer y directores como Federico Fellini y Stanley Kubrick la han utilizado frecuentemente.

En la década de los años 20 se producen en Alemania investigaciones de gran importancia para la aparición

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