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LA DANZA (1910) - HENRI MATISSE


Enviado por   •  9 de Junio de 2015  •  1.213 Palabras (5 Páginas)  •  342 Visitas

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La sensación de conocimiento y el sentimiento que imbuía los inicios del siglo XX inspiraba a todos aquellos que estaban cambiando de nuevo la concepción del arte y el retorno a un primigenio saber humano. Aún se pudieron realizar cambios mayores pero las concepciones decimonónicas de los gobernantes, tanto políticas como las económicas y la fiebre que de Tiempos Modernos y construcción de Metropolis que reflejan tanto Charles Chaplin como Fritz Lang en su filmes de los años 20, impiden totalmente la posibilidad de que el mundo fuera un lugar más humano y natural, menos cuadriculado y más voluble, puede que hasta más femenino. La máquina nos ha inhumanizado, algo que no debía ser condición sine qua non pues la técnica siempre ha sido un signo identificativo desde la época del humano prehistórico.

Lo natural, lo más humano, la desnudez, los colores básicos, “el arte (parece decir Matisse) aún puede penetrar en las supremas verdades del ser en las infinitas armonías del universo1” comenta Argan en su libro El Arte Moderno: del iluminismo a los movimientos contemporáneos, algo que nos refiere al mundo clásico y a esa búsqueda del origen del conocimiento desde las filosofías de fin de siglo. Es la forma de expresar esa actividad humana que inspirada por la música provoca el movimiento universal, la danza. Ya Friedrich Nietzsche piensa en titular su primer libro originariamente como El nacimiento de tragedia en el espíritu de la música, Die Geburt der Tragödie aus dem Geiste der Musik, refiriéndose a una actitud preclásica del mundo griego, incluso helenística, una música expresada en ese mundo heleno a través de sonidos atonales, o al menos eso se cree, sonidos aún no prostituidos por las ideas posteriores y cercanos a los orientales y busca el explayar la sensación más humana en músicas derivadas del ritmo latente del corazón del planeta, como lo será milenios después en sus comienzos el jazz, heredero de los ritmos africanos, o el rock and roll, del que Salvador Pániker comenta en su libro Aproximación al origen: “Eso sitúa el tema de la música popular, y muy especialmente del rock. Recuperar el ritmo equivale aproximarse al origen. Lo que ocurre es que esta aproximación ha de ser critica y no ingenua. Éste es el tema de nuestro tiempo2.”

El lienzo de Matisse es la danza mediterránea circular y básica que muestra un anterior y posterior al más puro clasicismo griego y su estética de belleza, expresando el arcaísmo en la danza y el helenismo en la voluptuosidad de las formas corporales en un todo circular y que expresa la no-dualidad humana refiriendo a nuestra propia diferencia en sexo femenino y masculino, casi imperceptible en la escena del cuadro. Es esa vuelta al origen, a ese conocimiento puro y natural manifestado a la vez en un uso de colores básicos y saturados y en la línea de los cuerpos. A su vez lleva toda la carga iconográfica del saber occidental y las referencias al arte del siglo XIX. Cezanne en la corporeidad, Gaughin en el color o Vincent Van Gogh, todo ello se encuentra en este lienzo mediterráneo y trágico. Ellos son los artistas, entre otros, que avanzan el arte decimonónico hacia un nuevo siglo marcado por la máquina, unas nuevas formas de plasmar colores, cuerpos, paisajes, genialidad y locura, todo ello manifestación de aquello tan humano y que junto a la evolución de las ideas filosóficas, estéticas, metafísicas y músicas abren la puerta a un siglo que en sus inicios demanda la humanidad de volver a su propio origen harto de guerras inútiles que destrozan generaciones

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