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La vida de la pequeña Dalia


Enviado por   •  27 de Junio de 2019  •  Síntesis  •  2.808 Palabras (12 Páginas)  •  229 Visitas

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La vida de la pequeña Dalia

En el año 1975, allá en la provincia del Guayas, en un pueblo cercano a Guayaquil, residía una pequeña niña de aproximadamente 7 años que se llamaba Dalia.

Ella vivía en una villa con su pequeña familia, que estaba compuesta por su padre Julio, que era vendedor en una tienda de electrodomésticos y su madre Carmen, que era ama de casa y cuidaba de ella, en aquella casa la niña estaba llena de amor y felicidad gracias a la protección de sus padres.

Los padres de Dalia, se habían conocido muy jóvenes y su familia no estaba de acuerdo con un matrimonio tan prematuro, por lo que se opusieron fervientemente a esta relación. Ellos a pesar de todos los obstáculos creyeron más en su amor y decidieron casarse sin el consentimiento de sus parientes.   Aproximadamente 2 años después de aquel matrimonio, llega sus vidas aquella niña que tanto habían anhelado, a la cual llamaron Dalia. La consideraron el regalo más grande que Dios pudo haberles dado para complementar su amor.

Dalila era una niña que media de 125 centímetros, con cabellos largos y rizados, con un color de piel moreno y grandes ojos marrones.  Ella era una niña muy divertida, parlanchina, amable e inteligente, disfrutaba su tiempo en la escuela con sus maestros y compañeros, en sus ratos libres le encantaba salir a pasear con sus padres. Todos en el barrio la conocían porque ella era muy amable con sus vecinos, sobre todo las abuelitas porque le encantaba conversar con ellas.

La fecha que más le agrada a Dalia era la navidad, porque se recuerda el nacimiento de Jesús, y en todos los hogares de su pueblo se llenaban unión, amor y paz. En su barrio todos los vecinos y amigos, reunían a todos los niños para realizar una fiesta en honor a esta fecha, la cual se disfrutaba en armonía.

El padre de Dalia, pasaba mucho tiempo fuera de casa, porque tenía que vender mucho para poder cubrir los gastos de su familia, y en estas fechas aún más, debido a que en esta época del año es la que mayor porcentaje de venta tiene, aunque se sacrificaba mucho en su trabajo, el disfrutaba de que su familia tuviera lo necesario para celebrar esta ocasión.

La familia de Dalia pasaba la navidad en su vivienda, todos los años la madre en la noche buena preparaba una linda mesa decorada con adornos de la época y una deliciosa cena. Antes de sentarse a cenar ellos oraban pidiendo a Dios, que todos en el mundo pudieran disfrutar de una comida llena de amor como ellos la tenían. Pero esta navidad no sería tan feliz como las anteriores.

El día de noche buena en ese año, los padres de Dalia salieron al hospital, ya que la mamá estaba muy enferma con dolor de estómago. La pequeña niña quedo sola en la casa, donde por primera vez le toco recibir la navidad sin la compañía de sus amados padres. Esa noche Dalia fue a su habitación sintiéndose triste por la enfermedad de su madre y la soledad de la vivienda, pero con la esperanza de que mañana su madre y su padre estarían en casa de nuevo.

A la mañana siguiente Dalia se despierta muy temprano con la ilusión de que sus padres habían regresado a casa, y que su mamá estaría esperándola como todos los días con el desayuno en la mesa y una sonrisa en la cara como era su costumbre, pero ese día era todo diferente. El día había comenzado con una lluvia torrencial, su mamá no estaba en la cocina preparando el desayuno como era la rutina diaria y su papa no estaba en la sala. Ella se sentía triste porque sus padres no se encontraban en casa, así que se sentó en silencio toda la mañana viendo por la ventana como caía la lluvia.

A media tarde del día de navidad en medio de la lluvia, que no había parado alguien toca su puerta, era una vecina que había venido a informarle lo que sucedía con sus padres, la pequeña niña al ver a la señora se asustó mucho porque pensó que le había sucedido lo peor a sus padres.

La señora al ver la reacción de Dalia trato de tranquilizarla, pero la niña se desato en un llanto incontrolable. Cuando la pequeña por fin se tranquilizó pudo contarle que sus padres se encontraban allá en hospital y que habían sufrido un accidente y que sus abuelos pasarían por ella para llevarla a su casa.

Aquella señora no le había contado toda la verdad a Dalia sobre el accidente sufrido por los padres, porque cuando la vio toda frágil y triste no quiso que ser la portadora de tan malas noticias para la niña.

Horas después, Dalia se dirigió a la casa de sus abuelos. Al llegar a la casa los abuelitos se sintieron muy preocupados, porque no sabían cómo decirle la triste notica a su nieta. La pequeña Dalia nota en sus abuelos síntomas de tristeza y preocupación, por lo que la sensación de que algo iba mal regreso y con insistencia les pregunta a sus abuelos que sucedía, diciendo: “ya por favor díganme la verdad”, ¡Qué pasó con mis padres!

 El abuelo al ver la desesperación en Dalia, decidió confesar la triste realidad. Ambos se acercaron a ella, la abrazaron y le contaron, “Dalia el vehículo en el que viajaban tus padres fue envestido por un camión fantasma, tu padre murió en el acto y tu madre murió cuando era trasladada hacia el hospital en la ambulancia”. La niña no pudo contener el llanto, pego un grito desgarrador y dijo ¡por qué Dios, me tiene que pasar esto!, los abuelos trataron de calmarla, pero la pequeña no podía contenerse y salió corriendo horrorizada por la cruel noticia en medio de la torrencial lluvia que no cesaba. El abuelo de Dalia la siguió hasta cuando la pequeña dejo de correr y por fin pudo traerla con el a casa.

A la mañana siguiente llegaron los cuerpos de sus padres, todos los familiares cercanos se habían enterado del fallecimiento y se encontraban presente para mostrar sus respetos a Dalia y sus abuelos. El día prosiguió con la llegada de muchos familiares dando condolecías, pero la niña aun no asimilaba su situación hasta que llegó la hora de darles el último adiós a sus padres.

 Al llegar al cementerio el clérigo los estaba para dar inicio al servicio religioso. Cuando por fin termina el largo servicio, Dalia queda solo acompañada por sus abuelos en el cementerio, viendo con tristeza y llorando en el momento que los cuerpos de sus padres eran bajados a esa fría tumba, se queda ahí quieta hasta que cae agotada, por todos esos sentimientos de dolor y las lágrimas que la abrumaron.

El abuelo de Dalia, al ver que la pequeña no podía más la lleva en sus brazos hasta el automóvil, donde se dirigen de regreso a casa.

Días después de la muerte de sus padres la niña aun sigue con una profunda tristeza, hasta el punto de no querer salir de su habitación. Esta situación preocupa muchos a sus abuelos ya que la amaban mucho y querían que ella dejara de sufrir, pero no sabían cómo ayudarla.

Un día cuando Dalia se encontraba en su habitación media dormida, cuando escuchó unas voces muy familiares, se levanta y se sienta en su cama intentando reconocer de quienes eran, hasta que descubre que eran las voces de sus amados padres, que le decían ¡hija no estés triste!, pero ella con desesperación les responde, ¡cómo no quieren que este triste, si me hacen tanta falta!, los padres les responden ¡nosotros siempre te vamos a cuidar y amar!.

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