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ADMINISTRACIÓN Y ESTRATEGIA: ¿NUEVA PERSPECTIVA?


Enviado por   •  14 de Septiembre de 2014  •  1.823 Palabras (8 Páginas)  •  235 Visitas

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ADMINISTRACIÓN Y ESTRATEGIA: ¿NUEVA PERSPECTIVA?

Vivimos en una época dinámica (de constantes cambios multidimensionales); cada día somos sorprendidos por fenómenos multivariados que no permiten el conocimiento de la realidad en todo su esplendor y magnitud.

Esta dinámica multidimensional desafía nuestra mente y nos alumbra hacia nuevos senderos y recorridos que deberemos transitar sostenidos por teorías y conocimiento endógeno. Un panorama no lineal desafía nuestro pensamiento, parecería que la manera de abordarlo es en trazos, en senderos, en espacios diferentes a los tradicionales, nuevos, originales. Ellos nos invitan a navegar hacia la conformación de una disciplina compleja. Nos ubica en un campo interdisciplinar, interinstitucional, interactuando con compañeros de viaje que compartan estas miradas desde sus propias identidades profesionales. Ante el cambio y la crisis, la mirada debe sostenerse necesariamente en una malla ética, tejida en una escala de valores que sustente el trabajo facilitando el abordaje de los problemas de manera crítica y multidisciplinar.

Allí es donde tenemos un gran problema porque “En vez de desear una sociedad en la que sea realizable y necesario trabajar arduamente para hacer efectivas nuestras posibilidades, deseamos un mundo de satisfacción, una monstruosa sala-cuna de abundancia pasivamente recibida.” (Zuleta, Elogio de la dificultad y otros ensayos. Elogio de la dificultad, 1994), Es decir, que siempre queremos tomar el camino fácil, la complejidad no nos gusta porque desde la perspectiva positivista lo complejo es confuso.

De hecho el mismo sistema educativo nos forma hacia ese tipo de consideraciones “La eficacia de la educación para preparar los futuros obreros, contabilistas, ingenieros, médicos o administradores, se mide por las habilidades que el individuo adquiera para realizar tareas, funciones u oficios dentro de un aparato burocrático o productivo. Su eficacia depende también del dominio de determinadas técnicas, poco importa que la realización de las tareas productivas coincida con los proyectos o expectativas del hombre que las realiza.” (Zuleta, 1995). Este argumento demuestra el enfoque al que nos ha llevado la especialización y simplificación del conocimiento y si seguimos ideas de grandes autores se que llegaremos a la conclusión de que el sistema educativo está diseñado para crear individuos sirvientes del sistema. Siguiendo la idea de Savater (1997), el sistema no educa, sino que instruye. “Volvamos a la primariamente estéril contraposición entre educación e instrucción. Bien entendidas, la primera equivaldría al conjunto de las actividades abiertas —entre las cuales la ética y el sentido crítico de cooperación social no son las menos distinguidas— y la segunda se centraría en las capacidades cerradas, básicas e imprescindibles pero no suficientes” (Savater, 1997)

Este tipo de sesgos son los que hacen del conocimiento, el estudio y el desarrollo de cualquier disciplina se vean limitados y delineados por restricciones pertenecientes al paradigma de la simplicidad; lo que conlleva a que la administración también tenga estas limitantes (además de muchas otras). Si hacemos un análisis partiendo de lo más general hacia lo más específico y tratando de dar un sentido más completo a la ciencia administrativa encontramos: filosofía – nociologia – epistemología – constructivismo - ciencia social -administración. Pero encontramos que en realidad la administración se aborda desde la perspectiva positivista, como si fuese una ciencia exacta (se sigue el proceso científico, sujeto y objeto de estudio) y se deja de lado la realidad de la naturaleza social de esta ciencia.

Analizando la administración como ciencia encontramos varios sesgos desde sus orígenes, es hija de la empresa, el capitalismo y la industrialización, tiene como base la razón moderna , tiene como premisa la cultura organizacional, es abordada desde la perspectiva positivista.

Siguiendo esta línea de ideas podríamos definir a los administradores como tecnócratas (en términos de Saúl ) superficiales, utilitaristas y pragmáticos.

Ahora bien, en cuanto al sistema capitalista la realidad es que “nos hemos dejado convencer por nuestras elites de que el sistema democrático es un subproducto del sistema de libre mercado. Por lo que si el sistema y sus dirigentes, sus hombres y sus instituciones, nos dicen que hay que introducir tales o cuales cambios…nos limitamos a decir amén y bajar la cabeza en señal de respeto” (Saúl, 1997). Es decir, que el mismo individuo acepta el sistema como producto de la democracia. En cuanto a los aspectos de administración en el positivismo y la razón moderna, vale la pena hacer una salvedad clave que es un defecto y sesgo grandísimo en cuanto a la ciencia administrativa se refiere: “la eficacia es alcanzar los objetivos propuestos...por tanto, lo eficaz es verdadero y si es verdadero se puede comprobar, por medio del proceso científico.” (LeMouel, 1992)

Siguiendo con la línea de ideas la administración abordada como ciencia positivista define a las organizaciones como su objeto de estudio y por tanto la estrategia también estará en función de las organizaciones... Para estudiar las organizaciones debemos tener clara si identidad: “el factor invariable en las organizaciones es el que define la identidad de la misma” (Etkin, 1995)

Para muchos autores la formulación de la estrategia es la función principal del administrador, es decir que la formación debe ir enfocada a la práctica y no al desarrollo teórico “Los problemas se solucionan haciendo, no con conceptos”.

En un sentido crítico y personal no comparto esta postura porque la administración necesita una muy buena base teórica para su implementación (educación filosófica ), no solo por las limitaciones y sesgos que tiene, sino por el enfoque que ha tomado llevando a los administradores a solo pensar en términos utilitaristas y pragmáticos.

En cuanto a la estrategia (de guerra) en sus orígenes se ha desarrollado desde dos perspectivas la oriental y la occidental . Para la primera la clave estratégica está en “la mejor forma de ganar la batalla es evitarla” y para la segunda es “destruye a tu enemigo”. Haciendo una analogía perfecta entre la guerra y el mercado encontramos: El terreno de batalla es el mercado y los enemigos son los competidores.

La administración acogió de la estrategia de guerra para aplicarlo en

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