Comentario Competitividad Sitémica

Teniendo en cuenta que absolutamente todas las organizaciones buscan un desempeño sin margen de error, todas y cada una de ellas se definen la estrategia competitiva que van a desarrollar; con el paso del tiempo, dicha estrategia ha tenido ciertos avances para llegar a lo que hoy en día se conoce como competitividad sistémica, lo cual implica que el análisis de dicha estrategia de competitividad sea hecho desde cuatro perspectivas distintas, es decir, a nivel meta, macro, meso y micro. En el nivel meta se tienen en cuenta los agentes referentes a la capacidad que tiene la organización para su integración y la estrategia como tal. En el nivel meso se tiene en cuenta primordialmente la elaboración de un ambiente que logre promover los esfuerzos hechos a nivel de organización.

A nivel macro lo que se busca es asegurar que las condiciones de política macroeconómica de una nación sean las adecuadas para un ambiente de competencia e interacción de los diferentes entes económicos para que éstos alcancen un nivel de progreso tal que les permita un enfoque de competitividad no sólo a nivel local sino que esto sea llevado a nivel internacional. Por otro lado, a nivel micro lo que se hace es una evaluación del trabajo que las unidades económicas están llevando a cabo para alcanzar factores tales como la eficiencia y flexibilidad, todo encaminado hacia la mejora de productividad, haciendo uso de diferentes herramientas tales como la introducción y utilización de nuevas tecnologías, de acuerdo a las necesidades y exigencias que vaya presentando el mercado en el cual se desarrollen.

La implementación de lo anteriormente descrito se presenta como consecuencia del proceso de globalización al que inevitablemente se están sometiendo todas las economías del mundo, todas las unidades económicas de los países que atraviesan dicha situación, ya sea que pertenezcan a economías desarrolladas o en vía de desarrollo, están en busca de mejorar su competitividad, para que una organización se vuelva competitiva se consideran dos precisiones especiales: “primero, estar sometidas a una presión de competencia que las obligue a desplegar esfuerzos sostenidos por mejorar sus productos y su eficiencia productiva; segundo, estar insertas en redes articuladas dentro de las cuales los esfuerzos de cada una se vean apoyados por toda una serie de externalidades, servicios e instituciones.” (Pinzón Hernández)

De esta manera todas las organizaciones estaban encaminadas a cumplir las necesidades y exigencias que conlleva la relación mercado-usuario, logrando así que las organizaciones con ánimo de lucro implementaran rápidamente acciones y estrategias para lograr su objetivo de competencia, primordialmente concentrándose en niveles de competencia altos como por ejemplo las organizaciones asiáticas, puesto que éstas aparte de tener un uso acelerado y preciso de los recursos tecnológicos logra ofertar productos con la más alta calidad a un costo cada vez menor.

Es en este sentido en el que aparecen reestructuraciones del manejo de las organizaciones cambiando la manera de llevar a cabo el direccionamiento estratégico de las mismas, pasando de unas bases principalmente enfocadas en la producción de un bien o servicio como fin de las mismas, a una visión mucho más agregada y global, con estudios de mercado, teniendo en cuenta el usuario final como tal, sus necesidades, requerimientos y niveles de satisfacción. Es allí, en esa competencia que se forja entre las diferentes organizaciones

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