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EL CAPITAL INTELECTUAL DENTRO DE UNA EMPRESA


Enviado por   •  26 de Agosto de 2014  •  1.314 Palabras (6 Páginas)  •  540 Visitas

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EL CAPITAL INTELECTUAL DENTRO DE UNA EMPRESA

Definir el capital intelectual no es algo común y fácil en el ambiente de una empresa, no porque sea algo desconocido, sino porque no tiene un concepto universal y el tema es muy reciente para ámbito organizacional. Cabe destacar la importancia significativa que envuelve este término dentro de la empresa pues permite crear ventajas competitivas y posicionamiento en el sector.

Para hablar de capital intelectual los autores han tenido en cuenta diferentes factores como: adelantos tecnológicos, estudios dentro de la empresa, agrado entre los clientes y los empleados. Dentro de una sociedad lo más importante es el recurso humano, llámese empleados, jefes, clientes, por tal motivo hay que cuidar a las buenas personas al máximo, de ello depende que la compañía se posicione en el sector al cual pertenece.

El capital intelectual engloba muchas estrategias que puede tener un empleado para acercarse a su cliente, es decir el capital intelectual no lo vemos, es algo que cada persona tiene y a veces no sabe aplicarlo. Sin embargo siendo un término nuevo, es de gran interés para muchos autores. Es un lenguaje que enmarca los patrones del pensamiento, engloba las relaciones con los clientes y los socios, los esfuerzos innovadores, la infraestructura de la compañía y el conocimiento y la habilidad de los miembros de la organización. Dentro de una organización o empresa, el capital intelectual es el conocimiento intelectual de esa organización, la información intangible (que no es visible, y por tanto, no está recogida en ninguna parte) que posee y que puede producir valor.”Capital intelectual es la posesión de conocimientos, experiencia aplicada, tecnología Organizacional, relaciones con clientes y destrezas profesionales, que dan a una empresa una ventaja competitiva en el mercado” (EDVINSSON Y MALONE, 1999)

Para poder entender el término “Capital Intelectual”, tengamos en cuenta algunas definiciones y descripciones realizadas por algunos autores.

Stewart (1997), define el Capital Intelectual como, conocimiento, información, propiedad intelectual, experiencia, que puede utilizarse para crear valor. Es fuerza cerebral colectiva. Es difícil de identificar y aún más de distribuir eficazmente. Pero quien lo encuentra y lo explota, triunfa. El mismo autor afirma que en la nueva era, la riqueza es producto del conocimiento. Éste y la información se han convertido en las materias primas fundamentales de la economía y sus productos más importantes.

Para Brooking (1997), el capital intelectual no es nada nuevo, sino que ha estado presente desde el momento en que el primer vendedor estableció una buena relación con un cliente. Lo que ha sucedido en el transcurso de las dos últimas décadas es una explosión en determinadas áreas técnicas clave, incluyendo los medios de comunicación, la tecnología de la información y las comunicaciones, que nos han proporcionado nuevas herramientas con las que hemos edificado una economía global. Muchas de estas herramientas aportan beneficios inmateriales que ahora se dan por descontado, pero que antes no existían, hasta el punto de que la organización no puede funcionar sin ellas. La propiedad de tales herramientas proporciona ventajas competitivas y, por consiguiente, constituyen un activo.

La Multinacional de Seguros Sueca Skandia, pionera en la medición de activos intangibles, define el capital intelectual como la posesión de conocimientos, experiencia aplicada, tecnología organizacional, relaciones con clientes y destrezas profesionales que otorgan a las compañías ventajas competitivas en el mercado.

Según Sveiby (1997), el valor total de mercado de la empresa está formado por el patrimonio visible tangible más tres tipos de activos intangibles: la estructura interna (organización), la estructura externa (los clientes) y las capacidades (las personas), de modo que el valor de mercado de la empresa se puede interpretar como un reflejo directo del Balance Invisible.

Al comprender todas estas definiciones podemos tener en cuenta que el capital intelectual puede referirse al conocimiento que hace parte importante del patrimonio de la empresa, buscando un conocimiento colectivo que nos lleve a la innovación exitosa dentro del a compañía. Esto puede abarcar sencillamente lo que el empleado debe saber de los productos que ofrece, ventajas y desventajas para lograr un buen proceso, él como acercarse a un cliente, como mantenerlo, como es su papel dentro del mercado y lo importante combinar estos elementos para ser competitivos y marcar la diferencia.

Para encontrar el capital intelectual de una empresa se debe hacer una planificación y el control de acciones orientadas a su desarrollo para permitir el logro de los objetivos de la compañía. Para lograr el conocimiento colectivo se debe tener en cuenta el perfil de los empleados, sus capacidades, para así buscar las estrategias que permitan incentivarlo en su labor, un empleado que tenga un buen salario, un buen trato con su jefe, un buen ambiente laboral, siempre buscara como recompensar a la empresa, dando lo mejor de sí, haciendo que su trabajo sea eficaz, innovador y dinámico.

El equipo de Skandia, dirigido por Edvinsson, se plantea cómo es posible que una empresa que invierte en las cosas que la hacen competitiva, como capital humano y tecnología informática, a corto plazo sufre un deterioro de su cuenta de pérdidas y ganancias, lo cual reduce el valor del balance y, por ende, el valor en libros, por lo que consideran que eso es “absurdo” y es necesario un nuevo sistema de valoración. Esto se vio reforzado por la creciente diferencia que se produce entre el valor de mercado y el de libros. Así, establecen que el valor de mercado de una compañía viene determinado por un capital financiero y unos valores ocultos que, en su conjunto, denominan capital intelectual. Este capital intelectual en un principio está formado por la suma de:

El Capital Intelectual, es un activo intangible, que en la mayoría de los casos no aparecen reflejados en los estados contables ni financieros en las organizaciones, pero es la principal ventaja estratégica en las empresas que apuntan a posicionarse en la nueva economía. Es decir no basta solo con invertir en tecnología, en infraestructura y en capital, si dejamos de un lado la parte intelectual, no resultaran los otros aspectos a la hora de conformar una estrategia exitosa, para lograr los objetivos empresariales.

A través de este nuevo concepto lo que se busca es bienestar, productividad, desarrollo y competitividad en el sector económico al cual se pertenece, pero esto no se logra de un momento a otro, se debe interactuar detenidamente con los empleados, brindándoles estrategias que maximicen sus resultados; el desarrollo debe ser armónico, capacitar a los empleados, incentivarlos para que ellos fortalezcan y descubran sus actitudes y capacidades para así puedan aplicarlas a los procesos tecnológicos y se vean los resultados.

Los trabajadores deben aportar valor a la empresa y lo pueden hacer mejorando su relación con clientes para poder así satisfacer sus necesidades., .Aumentando la eficiencia y calidad de los servicios prestados para así encontrar un ambiente laboral armónico; los jefes deben motivar y formar a sus trabajadores para que aporten sus ideas y sus conocimientos y participen activamente en las actividades de innovación.

El valor de un negocio se mueve cada vez más de los activos fijos a los intangibles: Marcas, patentes, franquicias, software, programas de investigación.

Hasta ahora empieza a despertar interés en las compañías en medir este activo, que contribuye a crear una brecha cada vez más grande entre el valor contable y el valor de mercado; este cambio es cada vez más dramático en la empresas de amplia base tecnológica (Internet, software, biotecnología etc.).

Podemos decir que el factor que marca esta diferencia es el capital intelectual. (EDVINSSON Y MALONE, 1999)

El capital intelectual en la empresa genera una estrategia competitiva, porque atrae mejores profesionales y se adquiere una mejor rentabilidad y la compañía se puede desenvolver en el sector con mayores ingresos. Es de vital importancia entender que el conocimiento se ha convertido en un activo en la empresa, en este sentido el capital intelectual es un generador de valor para los trabajadores, para aprovechar al máximo las oportunidades, dando lugar a la generación de beneficios en el futuro.

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