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ENSAYO..EDUCACIÓN PARA LA VIDA O PARA EL CONOCIMIENTO


Enviado por   •  3 de Junio de 2013  •  2.529 Palabras (11 Páginas)  •  419 Visitas

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EDUCACIÓN PARA LA VIDA O PARA EL CONOCIMIENTO

ENSAYO

Este trabajo lo realice con el fin de poner al tanto a muchas de las personas que creen que lograr ser exitosos en la vida es un camino imposible, y que hoy quiero contarles que si es difícil pero jamás imposible, y como sabemos La educación constituye el medio fundamental para hacer posible el desarrollo integral de las sociedades, y permite estar alerta y preparado para los grandes cambios que día con día experimentamos en los diversos campos de la vida humana: en el desarrollo de la investigación científica,

tecnológica y humanística, en el acceso y la distribución de la información.

Y que actualmente se considera a la educación superior como la puerta de acceso a la sociedad del conocimiento: da respuesta a las necesidades de crecimiento con equidad y diversificación, de innovación permanente de los contenidos y métodos didácticos, y de mejoramiento de su gestión y operación, con un alto nivel de calidad y de vinculación con la sociedad.

Este proceso se lleva a cabo gracias a todas aquellas personas que contribuyen día a día para que nosotros crezcamos más en un ámbito profesional, y esas gracias se las debemos a nuestros maestros, padres y familiares, que poco o mucho contribuyen por esta noble causa, “la educación”

En estos tiempos de comienzo de siglo, es común escuchar que estamos en la sociedad del conocimiento, y parte de esto se debe a que el hombre de hoy es un sujeto más informado. La información se despliega a lo largo y ancho de la sociedad, es como algo dinámico por quela información penetra a través de la televisión, la Internet, la radio, y la prensa, entre otros; medios que permiten al individuo estar al tanto de todos los sucesos que ocurren en el planeta o en gran parte de este.

La mayoría de los hombres y las mujeres de hoy, son sujetos que, sin tener en cuenta su situación económica, disponen de un radio, un televisor o del otro medio, para saber cómo se deben vestir, hablar, comportarse, comprar, pues lo común es usar lo que el resto de la población consume.

Es un sujeto globalizado que: incluido o excluido, siempre se encuentra informado; tal vez no en la misma proporción de aquellos que pueden acceder a medios tecnológicos más avanzados, pero en la cotidianidad de la vida, se encuentra informado

Esta información llega a todos por igual, tanto a seres que tienen un conocimiento científico, como a seres educados en conocimiento popular; seres del común, de la vida; seres que hacen parte del conocimiento que muchas veces no es razonado, ni verificado, sino que da la posibilidad de cometer disparates.

Esa información que a la vez es conocimiento dado por la tradición y la experiencia; que no es sistemática, ni regulada, ni controlada sino cotidiana, es a la que me quiero referir, pues es la información producto de un conocimiento que hace parte de mi actuación frente a la vida y la vida de los otros. Conocimiento que me permite vivir como ser social; conocimiento que en ocasiones no necesita del pensar, sino que aparece manifiesto en la palabra viva que expresa lo que se siente y lo que se vive.

Es el conocimiento del mundo de la vida, que es comunicado por medio del lenguaje en todas sus manifestaciones (verbal, corporal, escrito, artístico); conocimiento no institucionalizado que me permite representarme y representar a los demás. Conocimiento que es parte de mi ciclo y espacio vital y a la vez nuestro; conocimiento comunicado en la escuela de la vida, del barrio, donde mis maestros por así decirlo, fueron mis padres, tíos, abuelos, conocidos, vecinos o cualquier persona que estuvo cerca en mi crianza-educación y que haya compartido donde nací.

Es la vida que difiere de los informes científicos casuísticos; es la vida donde está inmersa la tienda, la panadería, la escuela, el ancianato, la iglesia, la zapatería, el parque y otros tantos espacios que hacen que el sujeto esté compuesto de algo más que simple materialidad corpórea y que toca la esencia de su espíritu construido por el otro.

En medio de este mundo vital, mi mamá decía: “hija, estudie para que sea alguien en la vida”. Cuando me lo dijo la primera vez, supe equivocadamente que en ese momento no era nadie, y que tal vez, necesitaba de una preparación especial para poder serlo. No sé si se refería a que necesitaba conseguir dinero para ser importante, y por fin ser alguien en la vida. O tenía que saber en conocimiento formal más que otros para realmente ser alguien en la vida. En conclusión, no sé a qué se refería; lo que sí me llamó la atención en esos momentos, es porque no me dijo: hija, estudiemos para que seamos alguien en la vida. De pronto la oportunidad para ella ya había pasado, no sé quien se lo dijo o como se lo creyó.

Respecto a lo que sucedió después, es la iniciación y transcurso de mi vida escolar, la cual quiero relatar en forma corta, con el fin de poderles compartir que en la vida no hay que luchar para ser alguien, pues la esencia de la misma se encuentra en todas partes, y la escuela, es sólo una más de nuestras experiencias como seres sociales, donde no se encuentra todo el conocimiento, sólo una parte de este.

Pues bien, me entraron a la escuela, porque según mamá y personas cercanas del sector, esa era la posibilidad de ser alguien en la vida. Lógicamente adquirí conocimiento más no dinero; me extrañó que en vez de recibir algo de capital, tenía más bien que dar para el aseo del plantel y para el resto de cosas que pedían en el colegio.

En la escuela, supe las simplezas de la matemática, lo raro de esta materia es que siempre sumaba cosas que no veía, solo las imaginaba; aprendí el orden de las letras que unidas entre sí forman las palabras; el orden correcto de estas, mas no la forma como ellas hacen poesía.

Ahora que lo pienso, creo que aprendí a sumar antes de que me enviaran a la escuela, no sólo porque me quedaba con algo de dinero en los mandados, sino porque las otras personas hacían tantas cuentas a mí alrededor, que era cotidiano sumar, restar y hasta leer, pues las calles comerciales se encontraban llenas de avisos que me fascinaban leerlos mientras caminaba.

Que vida tan distinta la de mi escuela a la que llevaba en el pequeño rincón de mi espacio vital, parecían dos mundos distintos; de chica

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