El desarrollo del talento humano basado en competencias

Ensayo

El desarrollo del talento humano basado en competencias

Alejandra Solano Argüello

Es importante aclarar o definir un par de conceptos para contextualizar lo que se va exponer, ¿qué es talento? Según RAE el talento es la capacidad para entender o desempeñar algo, entonces ¿qué son competencias? El mismo diccionario lo define como pericia, aptitud o idoneidad para hacer algo o intervenir en un asunto determinado. Así se podría dar una primera definición del tema diciendo que consiste en desarrollar la capacidad de entender algo que nos convierte en la persona idónea para intervenir en un asunto determinado.

Para poder desarrollarse como persona, como profesional, no es necesario solo tener mucha información o conocimiento sino que esto sirva para algo. El proceso de aprendizaje no es igual para todos, así que el primer paso es aprender a aprender, creo que esto lo aprendemos en el paso por la universidad cuando a pesar de que el sistema es bastante cuadrado, ya el estudiante sabe cómo aprender a su manera y también sabe que para ser un buen profesional siempre tendrá que capacitarse y que un título no significa que ya lo sé todo.

A veces parece que aprender cosas nuevas es difícil, el mundo y la tecnología están en constantes cambios y cuando se es adulto estos cambios son más veloces que nuestro aprendizaje, sin embargo hay cosas más complicadas de cambiar como lo es desarrollar competencias porque esto implica modificar hábitos, costumbres, estilos de vida.  Sin embargo el problema no son los cambios, sino la resistencia al mismo.

Con la frase “no todos servimos para todo, pero todos servimos para algo” podríamos entender de la forma más básica que todos tenemos un talento, este podrá ayudarnos a desarrollar competencias en diferentes áreas, entendiendo desarrollo como el aumento de algo, es un proceso que nos llevará a perfeccionar los talentos que tenemos y de paso descubrir otros.

Lo que es cierto es que el autodesarrollo es una cuestión de actitud, “es una actitud que debe adoptar quien quiera desarrollar sus competencias, actitud que puede ser compartida y reconocida como tal por la superioridad de la empresa.” (Alles, 2014)

Las competencias nos son cualidades innatas, no se desarrollan sólo con la experiencia que se tiene en alguna área o función, sino que es poder unir el conocimiento, la experiencia y la vida para potencializar el talento a su punto máximo.

La experiencia es una “práctica prolongada que proporciona conocimiento o habilidad para hacer algo.” (RAE) la experiencia nos ayuda a encontrarle sentido a los conceptos que aprendemos en la escuela, es un proceso que nos permite evaluar lo que sabemos y que nos alimenta para perfeccionarnos, por tanto esta es útil para el desarrollo profesional.

Volviendo al tema del aprendizaje, se dice que existen varios tipos, según la bibliografía se definen los siguientes:

• Los divergentes: asocian una percepción concreta de las experiencias y una preferencia por transformarlas mediante la reflexión.
• Los asimiladores: se ponen en contacto con la realidad de manera abstracta y la tratan mediante la reflexión.
• Los convergentes: combinan comprensión abstracta y experimentación activa
• Los acomodadores: se caracterizan por el contacto abstracto y la elaboración activa.

Para cualquiera de los tipos se necesita una vivencia social, para aprender se necesita motivación y además modelos que podamos seguir. Es más fácil copiar una conducta porque la vemos a diario que aplicar un concepto aprendido de memoria  que puede resultar lejano.

Desde una perspectiva social ¿podría ser el desarrollo de competencia un proceso natural? Según la autora “El conocimiento se mejora y se incrementa con la puesta en práctica. La experiencia permite analizar éxitos y fracasos, y en este proceso se generan nuevos conocimientos. Si sólo se desarrollan en un plano teórico, los conocimientos también se incrementan, y continúan en ese plano; pero el verdadero enriquecimiento de los mismos tiene lugar cuando se verifican en la práctica.” (Alles, 2014) Es decir, si se evalúa y aprender de los errores si puede ser un proceso natural, porque sin evaluación podría tratarse los resultados obtenidos pueden otorgarse a la suerte y no al desarrollo de la persona. Tanto los éxitos como los fracasos indican cosas por aprender y mejorar, la voluntad de ese cambio, debe producirse en lo íntimo de la persona, mediante acciones que él mismo decida realizar.

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