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Ensayo y análisis sobre el “Bienestar”


Enviado por   •  19 de Enero de 2021  •  Ensayos  •  1.839 Palabras (8 Páginas)  •  256 Visitas

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Ensayo y análisis sobre el “Bienestar”

Erik Rendón Ugalde

Rodrigo Martínez Vega

Dulce Yolanda Gómez Ríos

(Tipo Ensayo)

Este planteamiento, ¿estaba ya contemplado en el plan nacional de desarrollo 2018-2024?

Economía para el bienestar

El objetivo de la política económica no es producir cifras y estadísticas armoniosas sino generar bienestar para la población. Los macro indicadores son un instrumento de medición, no un fin en sí. Retomaremos el camino del crecimiento con austeridad y sin corrupción, disciplina fiscal, cese del endeudamiento, respeto a las decisiones autónomas del Banco de México, creación de empleos, fortalecimiento del mercado interno, impulso al agro, a la investigación, la ciencia y la educación.

 POLÍTICA SOCIAL

Construir un país con bienestar

El objetivo más importante del gobierno de la Cuarta Transformación es que en 2024 la población de México esté viviendo en un entorno de bienestar. En última instancia, la lucha contra la corrupción y la frivolidad, la construcción de la paz y la seguridad, los proyectos regionales y los programas sectoriales que opera el Ejecutivo Federal están orientados a ese propósito sexenal.

El Estado de bienestar no es un concepto nuevo. Desde el Siglo XIX, los movimientos obreros impulsaron en muchos países del mundo reivindicaciones que más tarde habrían de quedar plasmadas en políticas sociales tales como los servicios universales y gratuitos de educación y salud, las vacaciones pagadas, la jornada máxima de trabajo y los salarios mínimos. Con marcadas diferencias, tanto en Europa como en Estados Unidos se edificaron Estados de bienestar. En el caso de México, los artículos 3, 27, 123 y otros de la Constitución de 1917 sentaron las bases para un Estado de Bienestar con características propias en un país predominantemente agrario y de tradiciones indígenas comunitarias.

Parte del plan nacional de desarrollo 2018-2024

Al parecer el concepto que se fijará será el de bienestar, por lo tanto; defina el concepto bienestar entendido en términos económicos.

El índice de bienestar económico sostenible (IBES) es un indicador económico alternativo que intenta reemplazar al Producto Interno Bruto (PIB) como indicador de bienestar social. El IBES se evalúa mediante técnicas similares, pero en lugar de contabilizar los bienes y servicios de la economía, contabiliza de un lado el gasto de los consumidores, la utilidad aportada por el trabajo doméstico; y del otro descuenta el coste de las externalidades asociadas a la polución y el consumo de recursos. Es similar al índice de progreso real (IPR) (o índice de progreso genuino (IPG)) que añade al IBES nuevos valores.

¿Cuáles son los principales postulados de dicha visión?

Índice de Bienestar de las y los mexicanos. La clave para que ese Índice sea útil es que su registro se haga a partir de indicadores medibles y de una metodología que le permita ser un instrumento objetivo, que pueda replicarse en el tiempo y, así, permita comparar el avance del bienestar de las personas.

¿qué implicaciones, en todo tipo de ámbitos, ud vislumbra que traerá la posibilidad de este cambio del pib a bienestar?

Indicadores exclusivamente sociales y ambientales. Reconocemos que el registro del Producto Interno Bruto (PIB) es una medida fundamental para documentar el crecimiento económico, pero insuficiente para medir el desarrollo y el bienestar de una población. Hay muchos elementos que son muy importantes en la vida de las personas que no son medidas por el PIB. Por ello, el SPI fue diseñado como una medida complementaria al PIB, por lo tanto, como parte del Índice, no podíamos tener indicadores económicos, sino solo indicadores sociales y ambientales.

Indicadores enfocados en resultados, objetivos y medibles. Era importante que el enfoque fuera en los resultados y no en las acciones o esfuerzos. Por ejemplo, lo importante es qué tan bien está educada la población y no cuánto gastamos en educación. En adición, tenían que ser mediciones objetivas, por lo que un indicador como la felicidad -que es una medida totalmente subjetiva y que depende de muchos factores culturales, no sólo del bienestar objetivo de una población- no resulta informativo para documentar el desarrollo de la población.

Un índice aplicable. Si los datos no permiten diseñar diagnósticos y aplicar acciones, de poco o nada sirve el esfuerzo de crear un índice. Éste debía ser una herramienta para el cambio, no un registro más. Para ello, además de los principios arriba descritos, se requerían dos condiciones adicionales:

Un bajo costo para la integración del índice. Los indicadores debían provenir de fuentes existentes y confiables, utilizando la información disponible y no incurrir en erogaciones para el levantamiento de nuevos datos.

Que los indicadores se pudieran desagregar a nivel local, de forma que las acciones diseñadas a partir del diagnóstico puedan ejecutarse a nivel municipal o, inclusive, a nivel código postal. La metodología debía ser sólida pero flexible, de forma que permita llegar a ese nivel de granularidad.

Dé algunos ejemplos de sectores económicos que se verían beneficiados y otros que se verían negativamente afectados.

Para edificar el bienestar de las mayorías se requería de una fuerte presencia del sector público en la economía, de enérgicas políticas recaudatorias y de una intervención estatal que moderara las enormes desigualdades sociales en las que desemboca de manera inevitable una economía de mercado sin control alguno. Así pues, hasta hace unas décadas era normal y aceptado que en los países capitalistas industrializados el Estado detentara el monopolio de sectores estratégicos como las telecomunicaciones y los ferrocarriles, la operación de puertos y aeropuertos, los sistemas de pensiones y, por supuesto, los sistemas de educación y salud.

En la crisis económica de 1973 los grandes capitales y sus ideólogos, los economistas neoliberales, vieron la oportunidad de desmantelar en provecho propio los mecanismos de redistribución, los derechos laborales, los sistemas de enseñanza y salud y todo lo que fuera de propiedad pública. Se alzó en el mundo un clamor concertado que señalaba al sector público como intrínsecamente corrupto y mal administrador, se afirmó que resultaba demasiado costoso mantener los derechos laborales y sociales adujo que el gasto social era inflacionario y generador de déficits incontrolables que acabarían llevando a los países a la bancarrota. El modelo alternativo, que fue el desmantelamiento del Estado de bienestar y la privatización de todo lo imaginable, tuvo en la dictadura militar chilena (instaurada de manera criminal y violenta en 1973) su primer laboratorio. De allí pasó a Gran Bretaña, en donde fue aplicado por los conservadores y, posteriormente, en 1981, en los Estados Unidos de América en donde se eliminaron un sinfín de leyes que regulaban la economía y las finanzas, se redujeron los impuestos y se emprendió una ofensiva en contra de los sindicatos.

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