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FILOSOFÍA ANTIGUA PANORÁMICA FILOSÓFICA E HISTÓRICA DE LA ÉPOCA ANTIGUA

majariobendito6 de Marzo de 2014

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BLOQUE I

FILOSOFÍA ANTIGUA

PANORÁMICA FILOSÓFICA E HISTÓRICA DE LA ÉPOCA ANTIGUA.

La filosofía surge cuando el logos sustituye al mito en la tarea de explicar la realidad en toda su complejidad: el universo físico, la naturaleza humana, la convivencia social con sus implicaciones políticas y morales. Este acontecimiento se produjo en la cultura griega alrededor del siglo VI a C. Con anterioridad, cualquier fenómeno de la naturaleza era explicado recurriendo a la intervención de dioses, héroes o fuerzas sobrenaturales. No se trataba, por tanto, de explicaciones de carácter racional, sino basadas en la pura imaginación, relatos míticos que dieron sus frutos literarios en obras como "La Iliada" y "La Odisea" de Homero.

Vamos a explicar en qué consistió el paso de las explicaciones míticas a las racionales:

Las explicaciones míticas (el mito) son un conjunto de narraciones y doctrinas tradicionales que explican la configuración del mundo, de los hombres y la sociedad, así como de los dioses. Eran elaboradas y transmitidas por poetas: (Hesíodo, Homero, etc). Estas explicaciones ofrecen una explicación total de los problemas; personifican y divinizan las fuerzas naturales estableciendo que todo lo que sucede es por la voluntad arbitraria de dioses, quienes están sometidos al destino (necesidad). La consecuencia que este tipo de explicaciones tiene es que es imposible la ciencia, pues ésta se basa en la regularidad, necesidad y leyes.

Las explicaciones racionales, que surgen poco a poco en Grecia a diferencia de las anteriores, son discursos en los que se muestra una explicación del mundo, el hombre, la sociedad, etc., partiendo de la regularidad, necesidad, leyes, etc., que se descubren y se pueden demostrar con argumentos. Estas explicaciones racionales se basan en leyes que se aprecian en la naturaleza, regularidades a las que está sometido todo, en lo común que tienen las diferentes cosas, (y que permite clasificarlas), en la búsqueda de los elementos básicos de todo y del principio último de lo real (arché). Este es, sin duda, el primer intento de dar explicaciones científicas, o al menos proto-científicas de lo que ocurre.

Alrededor del siglo VII a.C. la civilización griega es una civilización urbana, compuesta por una serie numerosa de ciudades autónomas e independientes llamadas pólis, en las cuales se ha ido estableciendo una neta división social entre, por un lado, la nobleza como clase ociosa y con tiempo libre para ocuparse en el pensamiento y en los asuntos de la polis, y por otro lado, los artesanos, agricultores, comerciantes y esclavos, dedicados a toda clase de oficios, negocios y trabajos prácticos. Es una sociedad que, debido a su intenso comercio y a su desarrollada técnica de navegación, entra en permanente contacto con otras culturas, relativizando la propia, es decir, no considerándola como poseedora de la verdad absoluta, sino como un modo entre otros de interpretar/vivir la realidad por parte del hombre.

El conocimiento de otras culturas hace surgir, por un lado, la sospecha de las leyendas mítico-religiosas son construcciones creadas por la imaginación del hombre mismo, pues en cada cultura los dioses son representados de una manera distinta, y por otro lado, la convicción de que lo común a los seres humanos es su capacidad/necesidad racional de darse alguna explicación del mundo.

La filosofía surge entre ciudadanos libres que “no reconocen más amos que las leyes que han consentido darse, que discuten en común las decisiones que se han de tomar, que aceptan el arbitraje de los tribunales para resolver los asuntos privados... y que no aceptan más dominación que la de un príncipe abstracto y público: la ley (nómos)”. La democracia supone la isonomía (=todos son iguales ante la ley) y la isogoría (=todos tienen derecho a hablar en la asamblea/plaza, en el ágora).

La filosofía trae consigo la convicción de que nada hay de sobrenatural tras los fenómenos de la naturaleza (physis), únicamente una estructura de causas-efectos necesarios que el filósofo, el amigo del saber y de la verdad, tendrá que ir desvelando con su razón=lógos (‘verdad’ en griego se dice aletheia, que significa “quitar el velo”).

El horizonte mental del hombre griego, dentro del cual surge la filosofía, está constituido por una idea dinámica de la naturaleza o physis. Ahora bien, los primeros filósofos afirman que bajo el continuo cambio y transformaciones de las cosas, hay algo que permanece y hace posible que las cosas sigan siendo lo que son (un árbol, la Luna, Pedro, etc.) a pesar de los cambios que experimentan. Aquello que permanece constante bajo los cambios que observamos en las cosas, aquello, pues, que las constituye esencialmente para ser la clase de cosa que son, los primeros filósofos lo llamaron PHYSIS o NATURALEZA: realidad primaria de donde nace todo cuanto hay y a donde todo vuelve, es lo que permanece tras los cambios y lo que a la vez hace posible todo dinamismo/cambio, es, en fin, lo que hace ser a las cosas lo que son.

Los primeros filósofos o científicos (aún no se distinguía entre estas dos disciplinas), buscan lo que denominaban Arché, es decir, el principio fundamental, esto es, buscan la esencia, la causa y el origen de todo lo que nos rodea, (la esencia: lo que no cambia, lo fundamental de todo lo que nos rodea; - la causa: el por qué, en la naturaleza, ocurre lo que ocurre; el origen: cosmogonía: el porqué las cosas y nosotros mismos, son como son. Cada uno de los primeros pensadores, llamados “Presocráticos” dieron una respuesta diferente de qué era ese Arché; así, algunos pensaron que ese primer principio era un elemento material: -- Tales de Mileto (585 a.C.) argumentó que era el agua; Anaxímenes de Mileto (525 a.C.) el aire; Anaximandro de Mileto (547 a.C.) el “apeiron”; Heráclito de Éfeso (544-484 a.C.) el fuego--; otros algo inmaterial: -- Pitágoras de Samos (530 a.C) y los pitagóricos los números; Parménides de Elea (540-470 a.C.) el ser--; y otros, en fin, una pluralidad de elementos: -- Empédocles de Agrigento las homeomerías; Anaxágoras de Clazomene (500-428 a. C.) dos principios el amor y odio, y Demócrito de Abdera (460-370 a.C.) los átomos). (ver mapa y esquema).

Pero lo que importa de estos proto-científicos, no es la respuesta que dieron a qué era ese principio fundamental, sino que fueron los primeros que se atreven a buscar respuestas no míticas, y sí racionales.

Vamos a ver los problemas filosóficos que plantearon algunos de los presocráticos y que influyeron posteriormente en la filosofía de Platón y de Aristóteles.

La influencia de Parménides y su escuela en Platón está clara en muchos de sus escritos y tesis (a este filósofo dedicó el diálogo Parménides): la concepción del Ser como inmutable, la división de lo real en dos regiones, el mundo aparente y el mundo verdadero, en paralelo a la división del conocimiento en dos tipos la ciencia o verdadero conocimiento, que corresponde al ejercicio de la razón (la llamada por Parménides “Vía de la verdad”) y la opinión, como conjunto de verdades de rango muy inferior que se ofrecen a los sentidos (la llamada por Parménides “Vía de la opinión”) son una muestra de ello. Además la Ideas de Platón tienen características muy similares al Ser de Parménides. Profundicemos un poco más en estas dos vías:

La vía de la verdad: Es el verdadero camino del conocimiento. Parte de la afirmación básica e incuestionable de que “El ser es y el no ser no es”. Esta vía prescinde de los sentidos, que tan sólo nos proporcionan apariencias engañosas. Su objeto es EL SER, lo que existe, la Realidad. Para Parménides el SER es Uno, Ingendrado, Imperecedero, Indivisible, Inmutable y finito. Puesto que el Ser es único e inmutable, Parménides considera que la pluralidad y el cambio no son reales, sino tan sólo una apariencia engañosa de los sentidos. Aunque los sentidos nos enseñan la naturaleza como una multiplicidad de cosas, la Razón nos muestra que existe una única realidad, el Ser.

La vía de la Opinión. Los sentidos nos dicen que una cosa es esto y no lo otro, cuando en realidad todo es Ser, todo es Uno. Si seguimos esta vía tan sólo obtendremos opinión, y no un conocimiento verdadero.

Pero también está presente Heráclito (el diálogo Crátilo es también un homenaje, con el nombre de uno de los discípulos de Heráclito). Heráclito ha pasado a la historia de la filosofía como el filósofo que afirmó que todo fluye y nada permanece, todo está en constante movimiento. Heráclito decía que “no se puede entrar dos veces en el mismo río, pues quienes se meten en él se sumergen siempre en aguas distintas”. Platón conoció la doctrina de Heráclito a través de la versión deformada de Crátilo, y la entendió en el sentido de que la realidad física es algo evanescente, no permanente, que todo cambia y nada hay estable en el universo físico. Platón acepta de Heráclito la idea de que en el mundo físico y material todo cambia y todo está en perpetuo devenir. De ahí, Platón extrajo la conclusión de que es imposible alcanzar un conocimiento verdadero del mundo sensible, pues de lo cambiante no puede haber conocimiento. (No obstante, hay que matizar que según Heráclito, los cambios que se producen en la naturaleza están sujetos a una ley cósmica que él llama logos, por ello, el devenir desemboca, no en el caos, sino en el orden y la armonía, y por ello podemos vivir, entender y conocer este mundo físico donde vivimos).

En uno de sus viajes marchó a Italia Meridional a fin de conocer las ideas de Pitágoras allí presentes

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