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La filosofía de la época más antigua de la filosofía


Enviado por   •  28 de Noviembre de 2017  •  Biografías  •  4.688 Palabras (19 Páginas)  •  722 Visitas

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Daro Alejandro Esquivel

La filosofía de la época más antigua de la filosofía

El problema del principio

Al ingresar al extraño mundo de la filosofía, es menester afrontar el arduo trabajo que importa el estudio de su origen entre los griegos de la antigüedad clásica, quienes en los siglos VII y VI a C. dan nacimiento a la reflexión racional en Occidente. Alumbrada en las costas del Asia Menor (Jonia)[1], la filosofía es el fruto de una extraordinaria capacidad de observación alimentada por una curiosidad no menos extraordinaria. Y por si estas cualidades fuesen pocas, aún debemos sumar la formidable aptitud y versatilidad de la lengua griega para dar cuenta de la realidad circundante y sembrar en el espíritu griego los primeros porqués filosóficos[2], sin los cuales la filosofía occidental hubiera sido imposible.

Esta singular empresa de adentrarse a terrenos filosóficos conlleva además la preocupación por abordar la cultura griega, –e incluye, naturalmente, la necesidad de conocer su historia[3]- propia de un escenario[4] con características propias y distintas de nuestro escenario idealista-egocéntrico, que a su vez se corresponde con un imaginario social completamente diferente[5] al de las póleis clásicas[6].

Al fin de cuentas, la filosofía sigue siendo la filosofía griega. Pues como veremos a lo largo de este trabajo, sus interrogantes fundamentales son los que hace más de dos mil quinientos años fueron planteados y discutidos por los griegos, quienes asimismo fijaron la agenda de sus problemas para la posteridad. Una agenda por redescubrir y explorar hoy, en el siglo XXI.

Los dos grandes temas

 

Hay dos momentos que debemos considerar en función de nuestra primera exploración filosófica. El primero se conecta con la noción de arkhé o principio y el segundo con el desplazamiento de la reflexión desde el plano de lo cosmológico al de los asuntos humanos: de la physis al nómos. El primer momento enmarca las preocupaciones de los filósofos presocráticos, la indagación sobre una primera causa material (arkhé), monista o plural, de la realidad. Por cierto, hablar del arkhé nos remite a un debate filológico que escapa a nuestra competencia y que no hace al propósito de este trabajo. Pero si convenimos en asignarle el significado de principio[7], no tardaremos en sentirnos familiarizados con un concepto que campea todo el sinuoso terreno de lo socio-institucional, desde las reglas que remiten a principios generales del derecho hasta las teorías o doctrinas que postulan un principio o principios en tanto elementos, parte integrante o criterio último del ordenamiento o sistema jurídico.

En términos de filosofía primera, arkhé hace a la pregunta por el ser que es en sí y por si o que tiene en sí mismo el fundamento -la razón de ser- de la existencia de las cosas. El interrogante por la substancia primera. Subyace a este primer porqué, ya propiamente filosófico, una concepción de la realidad dependiente de una percepción natural, directa y objetiva que la tradición filosófica ha denominado convencionalmente realismo[8].

Más la dificultad no es poca al intentar dar cuenta del surgimiento de la reflexión filosófica si no tenemos ciertas prevenciones con las licencias que empleamos para hacer comprensible el universo filosófico de los primeros filósofos griegos. Pensemos, por ejemplo, en que los vocablos cosa (traducción castellana del vocablo latino res) y realidad (derivada del vocablo latino) no tienen equivalente en el griego antiguo y que los testimonios de los primeros filósofos que habrían reflexionado sobre el principio de las cosas han llegado a nosotros gracias a comentarios contenidos en las obras de doxógrafos muy posteriores a aquellos, que por cierto no hablaban de cosas en el sentido en que lo hacemos en la actualidad, ni les asignaban -de referirse a todo lo que es singularizable en la realidad fenoménica- la significación abstracta y genérica que menta nuestro sustantivo abstracto cosa[9].

Según Teofrasto (fragmento A 9) e Hipólito (fragmento A 11), Anaximandro pudo haber sido el primero en utilizar el término arkhé o principio, aunque Tales habría sido su maestro y el primero en indagar acerca del ser de la realidad o lo que es lo mismo, la physis. En punto a la elucidación de esta noción crucial, nos parece pertinente tener presente la enseñanza de Martin Heidegger, quien pone de manifiesto la necesidad de rescatar el sentido primigenio de physis, forjado inicialmente a caballo de una experiencia “radical del ser”, tanto poética como intelectual[10].

Siguiendo a Heidegger, nos parece que hay que despejar dos malentendidos muy corrientes: por un lado, el que –al amparo del estandarte y la ideología del progreso- ve en la filosofía cosmológica algo así como un estadio primitivo del pensar humano, propio de una mentalidad primaria y arcaica; por otro, el que exagera el “naturalismo” de los primeros filósofos, asimilándolos a los científicos de la Física actual. Tanto una como otra nos muestran una caricatura de la filosofía presocrática que sólo se explica en función del imaginario de la ciencia moderna conforme el cual se entiende la noción de physis lisa y llanamente como naturaleza y a los primeros que habrían empleado la razón para explicarla a la manera de arcaicos investigadores naturalistas o precursores de los científicos de la era actual.  

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