LA ÉTICA EMPRESARIAL EN TIEMPOS DE CAOS

LA ÉTICA EMPRESARIAL EN TIEMPOS DE CAOS

Por: Eryc Leguisamon Betacourt

Habitualmente al referirnos al término ´Ética` en un grupo social de amigos o familiares, prevalece el concepto alusivo al conjunto de valores morales, que con base en las creencias, costumbres y hábitos que se nos haya impartido en el seno del hogar desde la infancia, sobresalen en las diferentes situaciones que se sortean en nuestro diario vivir, teniendo en cuenta que le son intrínsecas al individuo como tal, y en cierto sentido definen su personalidad, es decir, es el componente moral que lo identifica dentro del conglomerado social. Dependiendo de lo aprehendido en el transcurrir de los años de vida, se podrá apreciar el fortalecimiento o desgaste de dichos comportamientos éticos.

De acuerdo con lo aunado, se hace preciso manifestar, que la acepción concerniente a ética empresarial, no dista de lo comentado. Por cuanto, una persona honrada y honesta se visiona como un administrador cuerdo y sensato. No obstante, en la actualidad hemos sido testigos de los numerosos casos de corrupción empresarial, razón por la cual es menester indicar que obedece a las ansías desmedidas de ostentar poder ante los demás, intentando consolidar sus empresas como las elites pioneras en el avance tecnológico, financiero y organizacional. Dicho pensamiento argumentativo relacionado a blindar sus empresas con las mejores estrategias y herramientas de marketing, sólo camuflan las verdaderas intenciones y sed de avaricia que reina en el saber de muchos gerentes de multinacionales, con el fin último de generar responsabilidad social empresarial por consentimiento si no por imposición legal.

Y con fundamento en lo dilucidado, se entiende que con el tipo de publicidad engañosa y carente de valores morales que se ventilan en los medios y consumidos por la sociedad, se cultiva una generación de próximos empleados y gerentes de grandes empresas con comportamientos faltos de respeto, lealtad y compasión hacía su prójimo; generando personas con bajo grado de integridad y sin ningún aprecio por la dignidad humana. Es muy cierto el refrán “La palabra convence, pero el ejemplo arrastra”, considerando que si desde infantes observamos conductas idóneas de las que se ilustre la urbanidad que caracteriza a nuestros abuelos, podría denotarse un gran cambio en la posteridad, cosechando hombres y mujeres orientados a ser mejores elementos tanto para el entorno nuestro, como para el que ha de conectarse con nosotros.

Es así como las convicciones de los empleados y directivos de empresas, juega un papel primordial en el encaminamiento del desarrollo de los ideales del objeto social de la gestión administrativa que establezcan realizar, esto es, dependiendo de cómo estén orientados respecto de lo que convenga tanto parar sí, como para el futuro de las compañías en las que laboren o dirijan; se podrá determinar si se aplica dentro de la organización alguna forma de ética. Por cuanto, sólo se tendría en consideración las ideologías respecto de su crianza y experiencia de vida de los individuos que conforman una empresa.

Más allá de enfocar a la ética como aquello correcto y justo, de lo que se supone un listado de valores morales, es imprescindible advertir, que en muchas ocasiones lo correcto, no es lo justo. El concepto en cita, suele ser ejecutado de una forma subjetiva que conlleva a la discrecionalidad en su modo de aplicarla a los casos que se nos presentan en nuestra cotidianeidad. En tal sentido, lo esencial es enfocar la responsabilidad colectiva o bien sea el interés general, como estandarte para determinar el norte de las opiniones empresariales. Puesto que si se prioriza el bien común como aquello que empuja las estrategias corporativas, se denotaría un gran cambio en la sociedad, toda vez que la publicidad que se impartiría a los niños y comunidad en general, sería acorde a lo justo, equitativo e igualitario. De modo que los directivos de la gestión administrativa están adecuadamente orientado conforme a la ética responsable, influiría a esculpir una mejor sociedad, desarrollando políticas empresariales satisfaciendo las necesidades de sus compradores o vendedores con calidad.

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