Liderazgo

“El que quiera ser el primero debe antes ser servidor. Si quieres mandar, tienes que servir” Jesucristo

Desde el inicio de los tiempos siempre hemos tenido lideres, algunos a los que admiramos por sus logros y por la manera en que los alcanzaron, otros a los que no admiramos por lo que hicieron pero nos asombran por el poder que tenían para influir a las personas. Para lograr entender que es un líder primero tenemos que definirlo, Hunter. C. James define el liderazgo como "El arte de influir sobre la gente para que trabaje con entusiasmo en la consecución de objetivos en pro del bien común" . Nosotros sabemos que para ser un líder debes de tener poder, es decir, tener la capacidad de influir en las personas y lograr que hagan tu voluntad. Como nos dice Di Tella Torcuato “Al líder lo hacen, en gran medida, sus seguidores.”

Definimos el carisma como una vía fácil de hacerse querer, es un poder que atrae, considerado también como magnetismo personal. Pocas personas nacen con carisma excepcional. No es muy fácil constatar por qué una persona tiene carisma y otra no, pero la verdad es que la persona carismática atrae y convence. Además de que genera admiración y respeto.

El carisma facilita el camino hacia el liderazgo, si bien no es una condición indispensable. Se puede ser un extraordinario líder sin tener carisma y se puede tener muchísimo carisma y no ser un líder.

Un factor importante que define a un líder carismático es su capacidad de seducir, tiene una personalidad enormemente atractiva con la que consigue atraer a los demás miembros del grupo. El carisma permite unir a todo un grupo u organización alrededor del líder.

Los líderes carismáticos siempre están buscando nuevas oportunidades para cambiar las cosas. Cuando quieren lograr algo, son impacientes, lo quieren para el mismo día, siempre quieren ver acción. Otra cualidad que tienen es su capacidad para resolver defectos y motivar el cambio mediante su visión estratégica.

Un líder carismático actúa para atraer a sus seguidores y algunas veces es rechazado por sus colegas y superiores; con el tiempo el líder carismático se verá rodeado cada vez más por personas que procuraran acabar con él.

Max Weber considera que un líder carismático, además de ser un héroe para sus seguidores debía ser profeta.

Un ejemplo de líder carismático es Adolf Hitler, uno de los lideres más conocidos en el mundo. Hitler predicaba para gente desesperada, les ofrecía esperanza y lo hacía con seguridad en sí mismo, esto lograba que todos se sintieran enlazados con él.

En su “carisma”, Hitler tuvo la habilidad de “conectar con los sentimientos, las esperanzas y los deseos de millones de alemanes”. Laurence Ress

El carisma de Hitler empujó a una nación entera a causar más de 6 millones de asesinatos de la raza judía y muchos miles más en las batallas del ejército nazi. El alemán demostró cómo una persona sin demasiados estudios, sin una profesión conocida, puede ser capaz de convertirse en un referente para sus iguales. La lealtad de su pueblo y sus colaboradores fue total, incluso cuando la derrota bélica estaba muy cerca. De hecho, en su búnker de Berlín no solo se suicidaron Hitler y su pareja, sino también su ministro de propaganda y mano derecha, Joseph Goebbels, junto a su mujer y sus 6 hijos. Su liderazgo creció al hacer creer al pueblo que era una especie de mesías que venía para guiarle y salvarle mediante un nacionalismo radical. Llegó en un momento de crisis económica y social en Alemania, un caldo de cultivo idóneo para el surgimiento de las posturas extremas. Sus discursos llenos de rabia, con una potente voz y entonación, pronto empezaron a calar en sus compatriotas. También ayudó de forma decisiva su aureola de héroe después de la Primera Guerra Mundial, cuando fue condecorado con la Cruz de

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