METODOLOGÍA PARA CONSTRUIR ÍNDICES DE COMPETITIVIDAD DEL COMERCIO EXTERIOR
Sandralcz4 de Diciembre de 2013
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DISCUSIÓN DE ENFOQUES
El estudio del comercio internacional ha sido motivo de múltiples análisis y concepciones teóricas que han desencadenado una parte activa y polémica de la economía. En este sentido, el tema de la competitividad ha ido cobrando cada vez mayor interés, no solo en el ámbito del comercio internacional, sino también en otras áreas de la economía moderna. La teoría macroeconómica define que el tipo de cambio real mide la competitividad de un país en el comercio internacional. Esta variable relaciona los precios de los bienes producidos en el exterior, expresados en la moneda del país, y los precios de los bienes producidos en el interior. Un aumento del tipo de cambio real o, lo que es lo mismo, una depreciación real, significa que los precios del exterior han aumentado respecto a los precios internos. Es decir, los bienes del exterior se han hecho más caros en relación con los bienes domésticos, lo que significa que en condiciones inalteradas los individuos van a preferir comprar bienes nacionales en vez de adquirir bienes importados. Esto suele ser descrito como un aumento de la competitividad de nuestros productos, ya que éstos se hacen más baratos con relación a los producidos en el extranjero. Por el contrario, un descenso del tipo de cambio real o, lo que es lo mismo, una apreciación real, significa que los bienes producidos en la economía doméstica se han encarecido relativamente; es decir, que dicha economía ha perdido competitividad.
En particular, interesa saber si los productos y sus respectivos precios son lo suficientemente competitivos para estar por debajo de los vigentes en el mercado mundial. De esta manera, se asocia la eficiencia con el nivel de precios. Por lo tanto, la vinculación de la competitividad con los precios implica considerar, adicionalmente, aspectos relativos a costos y rentabilidad. Por otra parte, algunos economistas1 asocian la competitividad con el desempeño de las exportaciones. Por ejemplo, cuando se desea medir la competitividad de las mercaderías de algunas manufacturas que están ampliamente relacionado con su participación en la oferta internacional de determinados productos, se estaría abordado un concepto más generalizado de competitividad, toda vez que se estaría incluyendo ciertas condiciones de producción así como algunos factores de políticas comerciales internacionales o convenios entre países específicos (políticas cambiarias, la eficiencia de los canales de comercialización y los sistemas de financiamiento, estrategias de firmas transnacionales, etc.). De igual manera, se incorporan otros elementos a la noción de competitividad, partiendo de la definición que dice que la competitividad es la capacidad de un país para mantener o expandir su participación en los mercados internacionales y elevar simultáneamente el nivel de vida de su población.
Otra definición concibe a la competitividad como una característica estructural, en la cual se mide la capacidad de un país para producir determinados bienes, igualando o superando los niveles de eficiencia observados en otras economías.
Asimismo, la competitividad debe ser abordada desde el punto de vista del comercio internacional, en la cual las políticas de promoción de las exportaciones son consideradas como "neutras"; en la medida en que apenas compensan los sesgos anti-exportación dados por la protección. De esta manera, las diferencias de precios, cuando se puede aislar los efectos "espurios" de intervención del Estado en el mercado, reflejan las diversas dotaciones de recursos y constituyen el indicador ideal del nivel de competitividad de actividades específicas para los diferentes países.
De acuerdo con Jadresic (1990)2 existen dos mecanismos para lograr la competitividad internacional y el crecimiento: los "espurios", que pudiendo ser efectivos y funcionales en el corto plazo, en el largo plazo son insostenibles o comportan alto riesgo de empobrecimiento, si no son acompañados por los "auténticos". Los mecanismos "espurios" son: el proteccionismo, el subsidio a las exportaciones, la sobrevaloración de la divisa o la depresión de los salarios y la explotación extensiva de recursos naturales. Por su parte, los mecanismos auténticos son básicamente dos: la inversión y la innovación tecnológica.
La competitividad puede ser analizada en el ámbito del producto. En estos casos, se utiliza la información de cuentas nacionales, que permite la construcción de algunos indicadores tales como el saldo de las exportaciones e importaciones, o índices que involucran también relaciones con la producción o demanda interna.
De acuerdo con Pinto (1996) la evolución de la competitividad sólo se podrá apreciar en un período largo de tiempo. En tal caso, se define a la competitividad como una variable de efecto y no de causa, es decir un resultado que debe ser interpretado y que puede tener varias causas que no son necesariamente los salarios, los costos unitarios y los precios, sino que existe una multiplicidad de causas y de elementos que la caracterizan y determinan.
Adicionalmente, la competitividad está en estrecha relación con la evolución de la especialización productiva que está determinada, a su vez, por la satisfacción de las necesidades internas de la economía y por la tasa de exportación (exportaciones sobre producción). Por tanto, sea cual fuere la causa de un incremento del nivel de especialización, este implicará un mejoramiento del nivel de competitividad, ya sea por una reducción de las importaciones debido a un aumento de la tasa de cobertura interna, o por un aumento de las exportaciones.
La estructura del comercio exterior de los países en desarrollo ha venido cambiado en los últimos años; nuevos productos tanto de exportación como de importación se han incorporado a los distintos sistemas económicos, principalmente en América Latina. Ha aumentado particularmente la importancia de los productos no tradicionales de exportación que han ganado terreno, en particular, determinados productos primarios de exportación. Pero también en el caso de los manufacturados la composición de las exportaciones está cambiando.
El presente estudio tiene por objetivo dar a conocer las diferentes metodologías que se utilizan en la construcción de indicadores que miden el grado de competitividad y especialización productiva del comercio exterior. Para el efecto, se ha tomado como referencia la experiencia bibliográfica de algunas economías latinoamericanas, particularmente los casos de Ecuador, Chile, Uruguay y México.
II. INDICADORES DE COMPETITIVIDAD
Generalmente la medición de la competitividad se efectúa a través del tipo de cambio real. No obstante, la literatura económica ofrece un análisis alternativo para dicha medición que consiste en el diseño de indicadores construidos con base en la composición de los principales productos de exportación e importación de una economía. De esta manera y con el objeto de conocer las características de cada uno de ellos con relación al desempeño del comercio exterior, a continuación se exponen los cinco indicadores más utilizados en este tipo de análisis:
El índice de especialización productiva
La ventaja comparativa revelada
El índice de posición competitiva relativa
El descuento neto exterior; y,
La tasa de cobertura
El índice de especialización productiva
Este indicador permite evaluar, en el tiempo, los elementos del mercado que influyen en la configuración de la producción; se puede medirlo relacionando la producción de bienes con las exportaciones e importaciones de un mismo producto. Adicionalmente, permite establecer una tipología de los productos para un cierto período.
De forma general, el índice de especialización se establece de la siguiente manera:
en donde P es la producción, M las importaciones y X las exportaciones.
O bien, se puede escribir de la siguiente manera:
Se define al numerador como la Tasa de Coherencia o Cobertura Interna (TCI) e indica en qué medida la producción de determinado producto cubre el consumo interno. Por su parte, el denominador, se refiere al Índice de Orientación Exportadora (IOE); que expresa la cuantía relativa de la producción que se destina al mercado externo. La relación (X/P) también es conocida como la Tasa de Exportación (TE); que mide la dependencia de los productores nacionales con relación al mercado externo y crece con la parte exportada de la producción del producto; en general, es inferior a 1. Por lo tanto IE se puede escribir de la forma siguiente:
Para entender mejor el comportamiento de este indicador, Caño-Guiral plantea cuatro escenarios:
Si X = 0 y M = 0, TCI =1 e IOE = 0; por tanto, IE = 1.
En este caso, el comercio exterior es nulo, TCI es igual a la unidad y por tanto, IE también será igual a uno.
Si X > 0 y M = 0, TCI = 1y 0 < IOE < 1; por tanto, IE > 1. En este segundo escenario, la economía es abierta pero con una fuerte protección a los productos importados dentro del mercado interno. Por tanto, cuanto mayor sea el grado de abastecimiento al mercado externo (mayores niveles de exportaciones), mayor será el nivel de la especialización productiva.
Si X = 0 y M > 0, TCI < 1 e IOE = 0; por tanto, IE < 1. En este caso, también la economía es abierta, la producción se destina exclusivamente
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