PLAN DE NEGOCIOS
liz.alex24 de Noviembre de 2013
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UNIDAD 2
ANÁLISIS ESTRATÉGICO DEL ENTORNO
INTRODUCCIÓN
Hasta hace unos pocos años el entorno reinante posibilitaba que las empresas pudieran
triunfar con estrategias poco dinámicas, y con modelos de gestión basados en la
continuidad y hasta cierto punto, en la tradición. La competencia no era agresiva y las
ventajas competitivas se mantenían en el tiempo sin apenas dificultad.
El cambio en el entorno no estaba previsto, no se aceptaba y tampoco se controlaba. Sin
embargo, en la actualidad las cosas han cambiado. El entorno se ha ido acelerando
progresivamente como respuesta a la necesidad de adaptación continua, en un ámbito
extremadamente dinámico y competitivo, donde el cambio es el factor esencial. Ni
siquiera las empresas más flexibles tienen asegurada hoy su supervivencia.
Nos encontramos, cada vez más, ante un mercado agresivo y creciente, se vende sólo lo
mejor, los clientes son cada vez más exigentes, la calidad está obligada a ser una
necesidad. Todo esto es consecuencia de los rápidos avances en materia de procesos y
gestión, y de las mejoras tecnológicas.
Ante esta situación cualquier empresa que pretenda funcionar adecuadamente y obtener
resultados satisfactorios, debe prestar interés por conocer lo mejor posible el entorno que
la rodea, así como tratar de adaptarse al mismo. De esta manera logrará conocer las
amenazas y las oportunidades que se la presentan, y estará en situación de obtener
ventaja de ello.
Hoy en día, las empresas deben afrontar su futuro previendo oportunidades de negocio,
situando sus metas en función de sus capacidades y tratando que su pasado no sea una
carga para la misma. Para esto es fundamental que la empresa conozca su entorno y se
sepa adaptar a él.
En este contexto de gran complejidad, se puede decir que todas las variables
interaccionan, y la empresa necesita, más que nunca, prever las condiciones del entorno
y armonizar su funcionamiento interno para anticiparse y dar una respuesta sólida a los
cambios que pudieran producirse.
EMPRESA Y ENTORNO
La empresa se puede considerar según la “Teoría de Sistemas”, como un sistema
abierto1, es decir, como un conjunto de elementos relacionados entre sí, constituyendo un
todo indisociable y sinérgico, orientado hacia la consecución de unos objetivos
determinados, en un entorno específico.
Las empresas no son entes aislados, existen en un entorno que las afecta y al que
responden. Está formado por la localización física, la competencia, la comunidad local o
regional, la facilidad para adquirir los recursos…, en resumen por todo el conjunto de
elementos que rodean la organización.
El ambiente externo es el sistema de nivel superior en el que se inserta la empresa, y está
formado por aquellos factores, fuerzas o variables que influyen, directa o indirectamente,
en los procesos de gestión. El análisis del ambiente externo es esencial para conocer el
origen de las oportunidades y amenazas con las que se encuentra la empresa. La
capacidad que tenga la dirección para analizar y predecir la forma en que las fuerzas del
entorno van a afectar a la compañía resulta fundamental para desarrollar una estrategia
empresarial adecuada.
El entorno representa el medio externo de la empresa y puede ser definido de acuerdo
con el Webster´s Third New International Dictionary como:
a) Condiciones ambientales o fuerzas que “influyen o modifican”
b) Conjunto de condiciones sociales y culturales, como costumbres, leyes, lengua,
religión, organización política y económica, que influyen en la vida de un individuo o
comunidad (organización).
Por tanto, se puede definir el entorno como todo aquello que es ajeno a la empresa como
organización (H. Mintzberg, 1984).
El entorno así definido es algo extraordinariamente amplio, que desde un punto de vista
operativo sería casi imposible de analizar por su amplia generalidad. Es por ello, que se
puede convenir que el entorno se refiere a todos aquellos factores externos a la empresa
que tengan una influencia significativa en la estrategia empresarial y que la misma no
puede controlar.
NIVELES DE ENTORNO
Existen diversas clasificaciones del entorno. Para empezar presentaremos una de ellas
que distingue entre dos niveles: el microentorno y el macroentorno.
El microentorno está formado por todas aquellas variables sobre las que la empresa
puede influir o actuar de algún modo. Por su parte el macroentorno está compuesto por
todas aquellas variables que influyen en la organización y que ésta no puede controlar,
aunque, suelen ser muy poderosas y tienen un efecto decisivo sobre la organización.
A diferencia de los factores que forman el microentorno, los factores del macroentorno,
teóricamente, no guardan una relación causa-efecto con la actividad empresarial. Son
genéricos y existen con independencia de la compañía en el mercado
Otra clasificación habitual es la que distingue entre entorno general y entorno específico,
tal y como se representa en al figura.
El entorno general se refiere al medio externo que rodea a la empresa desde una
perspectiva genérica, es decir, a todo lo que rodea a la empresa derivado del sistema
socioeconómico en el que desarrolla su actividad. Dentro de él se consideran el conjunto
de factores económicos, socioculturales, tecnológicos, políticos y legales, que conforman
el marco global de actuación. Con respecto al entorno general, la empresa no tiene
prácticamente capacidad de control –los fenómenos que en él se registran son meros
datos para la empresa y como tal debe tomarlos.
El entorno específico, sin embargo, se refiere a la parte del entorno más próxima a la
actividad habitual de la empresa, es decir, al sector o industria en el que la empresa
desarrolla su actividad. Consta de una serie de factores que afectan de forma específica a
las empresas pertenecientes a un mismo sector, y sobre los que la organización tiene
cierta capacidad de control. Según Porter, estos factores son: los clientes, los
proveedores, los actuales competidores, los competidores potenciales y los productos
sustitutivos.
Existen otras clasificaciones que distinguen entre entorno general, entorno operativo y
entorno interno, dependiendo de las implicaciones que tengan sobre la estrategia
empresarial.
El concepto de entorno general es el mismo que el de la clasificación anterior, mientras
que el entorno operativo coincide con el específico. Por su parte, el entorno interno
incluye el conjunto de fuerzas que operan dentro de la organización y que tienen
implicaciones específicas para la gestión empresarial.
Un primer nivel formado por la propia empresa, que constituye el núcleo básico del
marco. La agrupación que se lleva a cabo tiene al comienzo una categorización
principalmente alrededor de la empresa, como agente central, hasta que progresivamente
se va ampliando hacia un ámbito más global. Según se vaya progresando a través de los
distintos niveles del marco y, consecuentemente ampliando las fronteras de la empresa,
se irá desdibujando su capacidad de negociación.
Un nivel que engloba al anterior y que está definido por lo que se conoce como sector.
La consideración del sector supone un marco sólido para el análisis de la competitividad.
De acuerdo con el planteamiento de Porter, al hacer referencia al sector se estudia a éste
desde la perspectiva de las fuerzas competitivas que en él se conforman. El análisis del
sector nos plantea como primer problema establecer la frontera del mismo, ya que no
coincide con una clasificación sectorial convencionalmente realizada ni con un grupo de
empresas similares, sino que va mucho más allá. La frontera que delimita el entorno
específico está relacionada con las misiones y fines de la empresa y con su capacidad de
negociación. No obstante, en la esencia del sector se sitúan una serie de fuerzas
(competidores, clientes, proveedores, productos sustitutivos y competidores potenciales)
que de forma dinámica interactúan permanentemente con la empresa y que son el
elemento fundamental a considerar para definir su competitividad.
El siguiente nivel es el área, ámbito geográfico o nación. El área establece un ámbito
que no engloba necesariamente al sector ni a la cadena de actividades empresariales,
aunque se interrelaciona con él. Es un espacio intermedio que puede equipararse a un
cierto espacio económico, nación o región en el que múltiples cadenas empresariales
desarrollan su actividad y en el que las administraciones públicas o los agentes
económicos representan un papel más o menos destacado en el desarrollo de la misma.
Porter, al estudiar las ventajas competitivas de las naciones, considera la existencia de lo
que denomina “el diamante”, formado por cuatro elementos:
- Las condiciones
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