Paul Krugman, Keines Y La Crisis Actual
jonboy296 de Marzo de 2015
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PAUL KRUGMAN, KEYNES, Y LA CRISIS ACTUAL.
Ernesto Molina Molina.1
Paul Krugman, Premio Nobel de Economía, en su libro ―The Return of Depresión
Economics and the Crisis of 2008. W.W Norton & Company, New York London, es
uno de los autores que intenta explicar la actual crisis como consecuencia de las
políticas económicas erróneas, a pesar de las lecciones que otras crisis económicas han
brindado a lo largo de la historia, especialmente, la Gran Depresión de 1929- 1933 y la
economía de la burbuja japonesa de los años 1990.
El criterio principal defendido por Krugman en este libro se asocia a encontrar una
solución plausible a ―la trampa de liquidez‖ que sobreviene después de las explosiones
de las burbujas financieras, originadas por la especulación financiera desenfrenada. En
opinión de Krugman, es necesario volver a Keynes, aún cuando estas nuevas burbujas
financieras rebasen las fronteras nacionales, mucho más allá de aquella que se
desencadenó en Wall Street en 1929.
Las crisis son normales: la depresión es otra cosa.
De la presentación que el propio Krugman realiza − al iniciar el análisis de la crisis
actual − se puede inferir su aceptación del carácter normalmente cíclico de la economía
capitalista. Sólo que determinados errores de política, tal y cual sucedió cuando la Gran
Depresión de 1929-1933, convirtieron dicha crisis en ―una tragedia innecesaria‖; lo cual
exigió ―liquidar el trabajo, liquidar las acciones, liquidar los granjeros, liquidar los
bienes raíces...purgar la pudrición del sistema‖.
Los Estados capitalistas poderosos aprendieron a evitar esas grandes depresiones desde
Keynes hasta Friedman, según afirma Krugman. Determinadas ―recetas‖ de políticas
económicas resultaron efectivas durante varias décadas; hasta que surgió la crisis
asiática de los años 90 del siglo pasado:
―Gobiernos como el de Estados Unidos en 1930-1931 – pueden haber permanecido una
vez incapaces (indefensos) mientras el sistema bancario nacional colapsaba; pero en el
mundo moderno, el seguro de depósito y la disposición de la Reserva Federal de
inyectar efectivo a las instituciones amenazadas, se supone que impidan tales escenas.
Ninguna persona sensata pensó que la era de la ansiedad económica pasó; pero era de
suponer que cualquier problema que pudiéramos tener en el futuro, tendría poco
parecido a los de los 1920s y 1930s.‖2
El abandono de las soluciones Keynesianas − en opinión de Krugman − ―la buena y
anticuada macroeconomía de la demanda‖, ha sido uno de los errores estratégicos
fundamentales para impedir una mejor política ante los peligros inminentes de una
nueva gran depresión.
Profesor Titular del Instituto Superior de Relaciones Internacionales ―Raúl Roa García‖, MINREX.
1
Presidente de la Sociedad Científica de Pensamiento Económico y Economía Política de la ANEC.
Paul Krugman, ―The Return of Depresión Economics and the Crisis of 2008, p. 5, W.W Norton &
2
Company, New York London. (En lo adelante, las citas aparecerán ya traducidas al español, aunque se
respete la paginación en inglés)
De cierta manera, Krugman refleja la polémica entre keynesianos, monetaristas y
ofertólogos, que desde los años 70 del siglo XX hasta el presente, ha dominado el
escenario académico de la economía política convencional, aquella que ha servido de
fundamento teórico para instrumentar las políticas macroeconómicas de los Estados
capitalistas más poderosos, pero sobre todo, de Estados Unidos. En este sentido,
Krugman se manifiesta a favor de un regreso a las medidas anti-crisis Keynesianas:
―¿Qué significa decir que la economía de la depresión ha regresado? Esencialmente
significa que por primera vez en dos generaciones, fallos en el lado de la demanda de la
economía – gasto privado insuficiente para utilizar la capacidad productiva disponible –
se ha convertido en la clara limitación de prosperidad para gran parte del mundo.‖ 3
Si bien se le pudiera calificar a Krugman de ―ecléctico‖, pues no renuncia a las ideas de
los ofertólogos y los monetaristas para el largo plazo; en cambio valora las medidas
keynesianas como efectivas para el corto plazo:
―Aún hoy muchos economistas piensan que las recesiones son un asunto menor, su
estudio un tema ligeramente desprestigiado. El discurso presidencial de Robert Lucas
que yo cito en el capítulo 1, presenta argumentos convincentes de que el ciclo
económico ya no era un asunto importante, y que los economistas debían desviar su
atención al proceso tecnológico y al crecimiento a largo plazo. Eso está bien, los asuntos
del largo plazo son los que realmente importan, sólo que como Keynes señaló, en el
largo plazo todos estaremos muertos.‖4
La medida salvadora: el rescate de los bancos.
Todo el discurso de Krugman está dirigido a dar fundamento a la política seguida,
primero, por la administración W. Bush, y después, por la administración Obama, del
rescate de los Bancos:
―La solución obvia es poner más capital. De hecho, esa es la respuesta estándar en las
crisis financieras. En 1933 la administración Roosevelt usó la Corporación para la
Reconstrucción de las Finanzas para recapitalizar bancos mediante la compra de
acciones preferenciales – acciones que tenían rango superior sobre las acciones
comunes en términos de sus reclamos de ganancias. Cuando Suecia sufrió una crisis
financiera a principio de los 1990s, el gobierno intervino y le proporcionó a los bancos
capital adicional equivalente al 4% del PIB del país – el equivalente de $ 600 mil
millones para los Estados Unidos hoy – en pago a una propiedad parcial. Cuando Japón
rescató sus bancos en 1998, compró más de $ 500 mil millones en acciones
preferenciales, el equivalente relativo al PIB de alrededor de 2 billones de inyección de
capital en los Estados Unidos. En cada caso, la provisión de capital ayudó a restaurar la
habilidad de los bancos para prestar y descongeló los mercados de crédito.‖ 5
El supuesto ―eclecticismo‖ de Krugman se hace evidente cuando reconoce que el
mercado −y no el intervencionismo estatal keynesiano o socialista− ha de ser el que rija
para el largo plazo: sólo en situaciones graves como las actuales, es imprescindible que
Ibidem, p. 182.
3
Ibidem, 183.
4
Ibidem, 185.
5
el Estado asuma las riendas discrecionales del manejo de la economía, después debe
regresarse a la privatización.
Al considerar que el rescate de la banca por parte de la administración de W. Bush ha
resultado insuficiente, afirma:
―Mi opinión es que la recapitalización con el tiempo tendrá que ser mayor y más amplia,
y que tendrá que haber mayor autoridad de control gubernamental – en efecto vendrá
más cercana a la total nacionalización temporal de una parte significativa del sistema
financiero. Solo para estar claro, esto no es un objetivo a largo plazo, el asunto es
apoderarse de las cumbres dominantes de la economía: las finanzas deben ser
reprivatizadas tan pronto como sea seguro hacerlo, de la misma manera que Suecia puso
la banca de nuevo en el sector privado después de su gran rescate financiero a principio
de los 1990s. Pero por ahora lo importante es liberar crédito por cualquier medio al
alcance, sin atarse a nudos ideológicos.‖6
Salvar al capitalismo es encontrar fuentes de crédito en estas circunstancias difíciles. ¿Y
de dónde pueden provenir las fuentes de crédito? El sistema financiero internacional, bajo
el dominio de Estados Unidos luego de terminada la Segunda Guerra Mundial, ha
seguido un camino tortuoso que hasta cierto punto pareciera darle la razón a Krugman en
cuanto a la gravedad que provocan las ―malas‖ políticas económicas: ―fuente‖ de las
grandes depresiones. Ese camino tortuoso se ha caracterizado por la falta de escrúpulos
−por parte de Estados Unidos− para obtener fuentes de financiamiento
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