Roles Funcionales Y Fundamentales

CASO DE NACHO GONZÁLEZ

Nacho González es el empresario de una pequeña fábrica de gorras. Desde que inició, hace seis años, le ha tocado hacer prácticamente de todo.

Con los ahorros que habían logrado reunir entre él y su esposa, pudo comprar máquinas necesarias para empezar el negocio de fabricación de gorras. Para que los gastos no fueran tan grandes, él mismo operaba la máquina de producción y de impresión de logotipos para hacer “gorras personalizadas”.

Igualmente, él hacía todas las compras necesarias, vendía, cobraba, hacía pagos, observaba a la competencia, hacia la publicidad de sus gorras, llevaba las cuentas y administraba el negocio. En otras palabras, Nacho se ponía todas las cachuchas.

En poco tiempo, Nacho vio necesidad de conseguir a dos trabajadores para que operaran las máquinas y, naturalmente, él mismo se dio a la tarea de buscarlos, seleccionarlos, contratarlos, entrenarlos y supervisarlos. Claro que con la ayuda de ellos poco a poco dejó de operar directamente las máquinas, pero ahora tenía las nuevas tareas de capacitar y supervisar a sus trabajadores, pues quería asegurarse de que hicieran el proceso correctamente.

Nacho, como dueño del negocio, se sentía obligado a estar en todo y, naturalmente, eso exigía una gran inversión de esfuerzo y energía.

El caso de Nacho es muy parecido al de muchos otros empresarios que tiene que llevar a cabo al mismo tiempo diversas tareas o actividades concretas y repetitivas, a las que llamaremos “roles funcionales”.

Los roles funcionales que con mayor frecuencia desempeñan los empresarios son de:

• ACCIONISTA o INVERSIONISTA

• VENDEDOR

• OPERADOR PRESTADOR DEL SERVICIO

• COMPRADOR

• ADMINISTRADOR

• ENCARGADO DE PERSONAL

• COBRADOR

• SUPERVISOR

• PUBLICISTA

• ANALISTA DE MERCADO, etc.

No es raro que cuando una pequeña empresa comienza, las principales funciones recaigan sobre el empresario, pues son las tareas concretas a través de las cuales éste hace realidad una idea o un proyecto.

Pero todas esas tareas, que en un determinado momento son muy válidas y, en ocasiones, indispensables, llegan a consumir una gran cantidad de tiempo y de energía y, a veces, por fuerza de la costumbre o de la necesidad, parece que se convierten en la razón de ser del empresario.

Sin embargo, conviene tener presente que todas esas tareas necesarias, que hemos llamado “roles funcionales”, son medios de los que se vale el empresario para darle forma a ciertas inquietudes o actitudes básicas a las que llamaremos “roles vitales”.

Los roles vitales, a diferencia de los roles funcionales, no son actividades o tareas concretas que el empresario realiza, sino actitudes o tendencias a actuar en determinada forma.

Podría decirse que el éxito de una empresa depende en gran medida de la manera en que el empresario desempeña sus “roles vitales”. Para entender mejor esta afirmación demos un vistazo a los roles vitales de todo buen empresario.

Un buen empresario es...

Visionario

Emprendedor

Concertador

Equilibrador

Innovador

Si Nacho González y tantos empresarios dedicaran todo su tiempo a realizar tareas de producción, de compras, de ventas, de cobranza, de administración, de mercadeo. etc., y descuidaran sus roles vitales, correrían el peligro de convertirse en obstáculos para el crecimiento de sus empresas, pues el empresario es la principal fuerza impulsora –o el principal obstáculo- del desarrollo de su empresa.

VISIONARIO

Un empresario descubre oportunidades de hacer buenos negocios y comunica sus proyectos e ideas a la gente adecuada para obtener su apoyo. Un empresario visionario analiza los posibles problemas y obstáculos, pero encuentra la manera de solucionarlos y visualiza la forma en que tendrá más posibilidad de éxito.

Y claro, un empresario es visionario no solo cuando va a iniciar una empresa, sino también cuando descubre y comunica a su gente nuevas oportunidades para mejorar su empresa a actual.

Nacho González fue visionario cuando vio la posibilidad de hacer un buen negocio con una pequeña fábrica de gorras y platicó con su esposa, y tal vez con otras personas, acerca de esa posibilidad.

Seguramente sabía que no sería fácil, pues era preciso tener en cuenta a la competencia; había que pensar en el dinero necesario para empezar, en el local, en los proveedores, en los impuestos, etc. No obstante, encontró la forma en que el balance entre pros y contras fuera favorable.

Nacho fue visionario al principio, pero siguió siéndolo al visualizar la manera de hacer crecer a su empresa: sabía que contratando a otros trabajadores él podría hacer otras cosas importantes.

EMPRENDEDOR.

Un empresario es emprendedor, cuando descubre oportunidades de negocio, trabaja activamente para hacer realidad esas oportunidades y, mediante un esfuerzo constante, logra que el negocio se estabilice y fortalezca.

En otras palabras, un empresario emprendedor no es sólo un soñador de grandes negocios, sino que alguien que pone manos a la obra para concretar ideas y proyectos.

Nacho González fue un emprendedor cuando, al ver la posibilidad de poner una pequeña fábrica de gorras, hizo todo lo que estaba a su alcance para hacerla realidad: invirtió sus ahorros, se puso él mismo a producir, a vender, a cobrar, a pagar, etc. Después, cuando ya era una realidad su taller, siguió buscando la manera de darle más estabilidad y fuerza a su negocio y, por ello, contrató a otros trabajadores. Así, pues, Nacho no sólo soñó y planeó, sino actuó.

CONCERTADOR

Un empresario concertador es capaz de integrar diferentes puntos de vista y de

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