Los roles fundamentales del lenguaje
felipe1005Tutorial19 de Enero de 2014
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1. Actos de Lenguaje Vol. 1: La Escucha Rafael Echeverría (versión extendida)
2. Los roles fundamentales del lenguaje El lenguaje nos proporciona uno de los aspectos más destacados de nuestra existencia: el sentido. Nosotros estamos en la vida haciendo sentido sobre ella; estamos en el mundo haciendo sentido sobre lo que en él acontece; no dejamos de preguntarnos por el sentido de nosotros mismos. La vida en sí misma no tiene sentido. Sin embargo, no nos es posible vivirla si no le encontramos un determinado sentido. Si la vida misma en un determinado momento pierde sentido, en vez de culpar a la vida es necesario asumir nuestra responsabilidad en regenerarlo. No siempre es fácil, pero al menos sabemos que esa carencia no está en la vida, sino en nosotros mismos. Dostoieswsky dice que el sentido de la vida se sustenta, no en elucubraciones intelectuales que los individuos sean capaces de hacer, sino en el amor a la vida. Y el amor a la vida se alimenta de las relaciones que somos capaces de construir. Sentido, relación y acción son tres dominios diferentes en los que el lenguaje juega un rol determinante.
3. El carácter relacional del lenguaje Lo central del lenguaje es su carácter relacional. Requiere poder establecer con otro un dominio consensual de significados comunes. A este sonido, a este gesto, ambos (o una comunidad entera) le conferirán un particular significado. En este consenso ya podemos coordinar acciones. El lenguaje no está dentro de nosotros, está “entre nosotros”. A partir del ser social que llevamos dentro – aunque a veces no lo reconocemos -, es por lo cual nos desarrollaremos individualmente. El lenguaje nos antecede Al nacer, el lenguaje nos está esperando.
4. La Escucha El autor reconoce que hoy tiene una nueva interpretación de la “escucha”. Cuando antes la escucha la formulaba como “oir e interpretar”, ésta le parece incompleta: “Descubrirme equivocado es una manifestación de que estoy vivo y de que sigo creciendo. Quienes se contradicen, muestran que son capaces de escuchar”. En función de la escucha, construimos nuestras relaciones personales, interpretamos la vida, nos proyectamos hacia el futuro y definimos nuestra capacidad de aprendizaje y de transformación del mundo. Cuando no nos sentimos escuchados es muy posible que esté comprometiendo el sentido de vida y la dignidad personal de la persona que sostiene no sentirse escuchada. El cambio en el otro será el resultado de nuestro propio cambio. Lograremos que nos escuche una vez hayamos aprendido primero a escucharlo mejor y luego que hayamos también aprendido a hablarle de una manera diferente de la que hoy utilizamos.
5. La Escucha La mejor manera de intervenir en el cambio de aquellos cosas que nos molestan en los otros, es intervenir en nosotros mismos. Ello sucede por cuanto el cambio en nuestro comportamiento muchas veces conduce a cambios en el comportamiento de los demás. La escucha valida el habla El habla sólo logra ser efectiva cuando produce en el otro la escucha que el orador espera. Hablamos para ser escuchados. Éste es el propósito del habla. Si lo que he dicho nadie lo entiende, si digo una cosa y se me escucha otra, mi habla no ha sido efectiva. La escucha como precondición del habla efectiva Para lograr concitar la escucha en el otro, uno de los factores más importantes a considerar es si aquello que vamos a decir responde a las inquietudes del oyente, a lo que a éste le interesa.
6. Escuchar es interpretar Para escuchar, decimos, no basta con oír, es necesario interpretar lo que el otro dice. Mientras no haya interpretación no hay escucha. La interpretación es el corazón de la escucha. Antes “Escuchar era= oir + interpretar”. Además de la acción perceptiva del oír, suele haber otros componentes de la percepción presentes en el acto de la escucha. Uno muy importante es la visión y muy particularmente la capacidad de observar la corporalidad del orador. En rigor, escuchamos con todos nuestros sentidos y no sólo con el oído. Y cada elemento perceptivo incide en la interpretación que realizamos. La fórmula inicial quizás debiera ser corregida de manera de expresar “escuchar = percibir + interpretar”.
7. Escuchar es interpretar Si relaciono el escuchar con la interpretación, reconozco el carácter activo de la escucha. Si ésta involucra una acción interpretativa, de ello se deduce que cada vez que me hallo escuchando estoy muy activamente procurando hacer sentido de lo que se está diciendo. El proceso interpretativo se refiere al carácter histórico de los seres humanos. Toda interpretación es realizada desde un pasado, desde una tradición de sentido que remite tanto a nuestra historia personal como a la historia de la comunidad a la que pertenecemos. De la historia surgen elementos que se activan en la escucha como los supuestos, prejuicios, opiniones, modalidades de valoración, patrones habituales de conferir sentido. Todo esfuerzo por conferir sentido nace de nuestros prejuicios. Son ellos los que nos permiten lo que se nos va a decir. Así como no nos podemos desprender de los juicios, es importante aprender a soltarlos y conferirle fluidez y capacidad de auto transformación a nuestra capacidad de escucha.
8. Escuchar es interpretar El modelo de emisor, receptor y mensaje le asigna un rol pasivo al oyente, al receptor. Creíamos con este modelo que lo más importante era el emisor porque era el elemento activo. Suponíamos que si lográbamos hablar bien la escucha estaba garantizada. Las máquinas reproducen, pero no interpretan. Lo central de la escucha humana ha sido dejado afuera. La escucha como problema: la brecha inevitable La escucha, en la medida que es una interpretación que hacemos de lo que el otro dice, siempre será una aproximación, más o menos certera, de lo que el orador ha buscado expresar. Al reconocer la brecha, descubrimos que disponemos de dos herramientas para hacernos cargo del problema que nos plantea. La primera es aprender a respetar las diferencias que inevitablemente surgirán en toda relación.
9. Escuchar es interpretar La segunda herramienta, es que, en la medida que reconocemos la existencia de esta brecha, podemos también hacernos cargo de ella, hacer una suerte de monitoreo y gestión de la brecha y procurar que ella no alcance proporciones críticas. Nuestra escucha es espontánea, no está guiada por nuestras intenciones, no la “producimos”. Simplemente nos pasa que escuchamos lo que escuchamos. Algunas herramientas básicas para reducir la brecha Es un aprendizaje que se da en dos niveles: El primer nivel, consiste en identificar algunas acciones que permitan detectar la brecha a la que hemos aludido, reconocerla, para desde allí buscar su reducción. El segundo nivel, es sin duda mucho más importante. De lo que se trata es de procurar una radical transformación del observador que hemos sido hasta ahora frente al fenómeno de la escucha, de manera de generar un entendimiento diferente y, desde allí, producir capacidad autónoma para intervenir en él.
10. Algunas herramientas básicas para reducir la brecha Tres acciones útiles Verificar escuchas Compartir inquietudes Indagar Verificar: Si he sido el orador, puedo pedirle a mi oyente que, en sus palabras (lo que me interesa no es que repita lo que he dicho) me diga lo que entiende de lo que yo le he dicho. Si estoy como oyente, es muy importante que desarrolle una capacidad para sospechar de mi propia escucha. La verificación de escucha no sólo es pertinente cuando no estoy seguro de entender, sino que suele ser igualmente necesaria cuando creo estar seguro de entender. Compartir inquietudes: Problemas frecuentes en nuestra escucha suelen resultar de no saber cuál es inquietud que conduce al orador a decir lo que dice. Cuando la inquietud que conduce al orador a hablar no está presentada, se sugiere, como una forma de afinar la escucha y reducir posibles brechas, preguntar por ella.
11. Algunas herramientas básicas para reducir la brecha Tres acciones útiles… Indagar Lo que hacemos es preguntar, es pedirle al orador que se nos proporcione más información de manera de afinar, de completar, de corregir, lo que hasta el momento hemos escuchado. El objetivo es siempre asegurar que la interpretación que surge de nuestra escucha disponga de todos los elementos para que esa brecha sea lo más pequeña posible. La escucha como apertura Escuchar es abrirse al otro, al cambio por efecto del comportamiento de otros. La apertura requiere estar fundado por un lado en la humildad, en el que sabemos limitados y precarios y por otro lado, en el respeto al otro, un respeto que acepta la posibilidad de que él o ella puedan mostrarnos algo nuevo.
12. La escucha como apertura La falta de respeto, la no valoración del otro, cierran la posibilidad de nuestra apertura. La escucha requiere que le confiramos al otro algún grado de autoridad para mostrarnos algo que posiblemente no vemos o no sabemos. La escucha como resultado, nos remite a dos acciones para lograrla: La apertura a la comprensión de otro diferente La apertura a la transformación personal. 1. Primer proceso de apertura: la apertura a la comprensión de un otro diferente Si queremos evaluar nuestra propia capacidad de escucha, nos limitemos a sopesar nuestra capacidad de comprensión de otro diferente a nosotros. ¿Qué significa comprender a otro diferente? Significa ser capaz de hacer sentido de lo que dice sin descalificarlo por sostener algo diferente de lo que nosotros pensamos. Aceptar, por lo tanto, la diferencia como legítima.
13. La apertura a la comprensión de un otro diferente Sostenemos que hay cuatro niveles diferentes en este primer proceso de apertura: La escucha del sentido semántico y práctico del habla del orador La escucha de las inquietudes del orador. La escucha
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