Analisis Pelicula Luna de Avellaneda
Maria Del Carmen VarelaTrabajo13 de Septiembre de 2015
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- INTRODUCCION
El presente trabajo se realiza un análisis de la película “Luna de Avellaneda” de Juan José Campanella, desde un enfoque psicosocial, centrándonos en la teoría de Pichón Riviere y tomando los aportes sobre grupo de otros autores sobre los cuales se nutre su teoría.
Citaremos los conceptos teóricos en los que nos basamos articulándolos con las diferentes situaciones que se despliega en la película.
Los puntos a desarrollar en este trabajo son la reseña de la película, el contexto sociocultural, los personajes centrales, la trama argumental y conflicto central, el análisis y las conclusiones.
Vimos la necesidad de contextualizar el momento socio-cultural en el que transcurre la película a fin de conocer las coordenadas históricas y sociales que condicionan la forma de pensar, sentir y hacer de los personajes y el grupo, entendiendo al sujeto como un ser bio-psico-social, de necesidades, emergente de una trama de vínculos, producido y productor de un determinado contexto.
Analizamos la trama argumental y el conflicto central profundizando en los conceptos de Pichón Reviere de grupo y grupo operativo, clasificación de grupos, modalidades de comunicación observadas, aprendizaje, y el análisis del proceso grupal según “los vectores del cono invertido”.
Por último elaboramos la conclusión y reflexiones sobre las vivencias experimentadas en el proceso de la construcción del trabajo.
- RESEÑA
Luna de Avellaneda nos cuenta la historia de un club de barrio llamado “Club Social y Deportivo Luna de Avellaneda”, fundado por inmigrantes en los años 30, que en el pasado vivió una época de esplendor, con miles de socios y éxitos deportivos. En el presente se ha convertido en la sombra de lo que fue, deteriorado, con un gimnasio con goteras, cada vez menos socios y una enorme deuda con el Municipio.
La película nos muestra a un grupo de integrantes de su comisión directiva, que a pesar de que su vida se cae a la par del club, luchan por recobrar su gloriosa época. Para ellos el club tiene un gran valor, allí crecieron, compartieron sus vidas, es parte de sus historias. Creen que el club es un lugar de inclusión social y por eso no pueden dejarlo caer y harán todo lo posible por sacarlo adelante.
Surge como única salida rentable, la propuesta de un socio, de vender el Club para instalar un casino, lo cual garantizaría 200 puestos de trabajo, pero se aleja totalmente de los ideales y fines de sus fundadores. Se comienza a debatir entre la posibilidad de salvarse a cualquier costo, o de tomar decisiones y reencontrarse con sus propios sueños
- CONTEXTO SOCIOCULTURAL
El club fue fundado por tres inmigrantes españoles, con el objetivo de generar vínculos entre los miembros a través del deporte, crear una especie de “familia” con valores y una identidad compartida, un espacio de cooperación mutua y recreación. Los clubes actuaron como nexo, para que las comunidades de inmigrantes llegados desde fines del siglo XIX, pudieran superar las distancias e hicieran más fácil el destierro.
Está ubicado en la provincia de Buenos Aires, en el barrio de Avellaneda, bordeado por el riachuelo y rodeado por fábricas que fueron el motor para el desarrollo del barrio.
La película comienza situando al club, en su época de esplendor, en la Argentina de los años 60, donde la tradición de la familia tenía gran peso y los roles estaban bien definidos para cada uno de los individuos. Era un contexto ordenado, la economía era sólida, donde las personas podían proyectarse. Una sociedad tranquila, en la que primaba el respeto mutuo y se veía un sentido de comunidad. Las relaciones que se daban en torno al club eran instancias de socialización, todos los vecinos eran miembros, las comunicaciones eran cara a cara, los niños jugaban en las calles y las fiestas eran en familia. Se tenían en cuenta valores como solidaridad, justicia, compañerismo. El club actuaba como un espacio de transición entre la familia y la sociedad más amplia.
Esta época la vemos plasmada en el film como una época alegre, vital, con juegos de kermese, música y colores brillantes. Todo sucedía en el club, a tal punto que el protagonista Román, nace en plena fiesta de Carnaval.
De este paisaje la película nos traslada al año 2001, nos muestra a Román de adulto, secando esa misma cancha, la cual se ve gris, fea, solitaria, venida a menos, un espacio cargado de angustia y tristeza.
Había llegado la crisis, tanto en sentido económico, como en lo político y social. Crisis que afectó a la sociedad argentina en el año 2001 y que, como consecuencia lógica, había llegado también al club.
El sistema cooperativo y asociacionista característico de los clubes colisiono frente a la realidad planteada por el modelo neoliberal. Formados en su mayoría por clases medias, vieron desmoronar sus cimientos institucionales a la par que lo hacia la realidad económica de sus asociados.
La crisis económica dejo al país en quiebra, las empresas estatales pasaron a ser malvendidas a manos privadas generando desocupación, ya que no se reincorporaba a todo el personal. La paridad cambiaria con el dólar, el famoso “1 a 1” favoreció la importación de todo lo que era manufacturado a un precio menor que el nacional, generando así, el cierre de empresas privadas y pérdida de empleo. Los bancos quebraron, ocurrió el llamado “corralito financiero”, la gente no tenía dinero, migraba del país, pasaba hambre y tenía necesidad de trabajo, y de progreso. Quienes tenían la fortuna de tener un trabajo, debían trabajar muchas horas, no les quedaba tiempo para la socialización, el momento para interactuar con gente se limitaba a su lugar de trabajo, al vínculo exclusivo con sus familiares más cercanos o por medio de las redes sociales. Se vive en una sociedad pro individualismo, donde lo colectivo no tiene espacio, puesto que no es compatible con el mercado que fomenta la competencia en desmedro de la cooperación.
Políticamente, se veía a un estado débil, que no era capaz de gobernar como se debía, lo cual llevo a una crisis política.
En la película nos muestran un rio contaminado, las fábricas abandonadas, una villa miseria frente al club y la falta de trabajo de sus socios.
Se observa la pérdida del valor de la familia, del matrimonio, de la comunidad, de la palabra, del esfuerzo y el descreimiento en las instituciones. La pérdida del sentido de comunidad, hizo que el club fuera cayendo, perdiendo socios, y estaba casi quebrado. Esto se refleja en la vida de los protagonistas: Román, con una familia que se desarmaba, estaba separándose de su esposa, y su hijo emigraría a España. Graciela, no tenía dinero para mantener a su hijo, se la ve desbordada en su vida cotidiana, su necesidad en un punto fue tan grande que la lleva a querer tomar dinero del propio club. Cristina estaba descreída por las malas experiencias en las relaciones amorosas que había tenido, ella no se visualiza en un futuro en pareja por miedo al sufrimiento que acarrea el compromiso. Amadeo, tiene problemas de alcoholismo y también tiene miedo al compromiso.
En el club conviven dos realidades la de hoy y la de ayer, las diferencias generacionales, las de los antiguos socios y la de los pibes. La globalización, las nuevas tecnologías y las vacilaciones económicas son algunos de los fenómenos que han modificado la cotidianeidad de las personas, las actividades recreativas, por ejemplo, se han ido desplazando de la esfera pública a la privada, de lo grupal a lo individual y eso repercute directamente en la vida del club.
- PERSONAJES
Don Aquiles: miembro fundador del club “Luna de Avellaneda”.
Representa la historia, el nacimiento, es “la memoria” del grupo, la continuidad con el pasado. Es el que pudo llevar sus sueños a la acción, el que soñó con este club, lo creó y lo desarrolló. Vivió épocas de esplendor, de abundancia, de alegrías y ahora está en una etapa de su vida en dónde las fuerzas físicas se van agotando, pero la fuerza de sus valores no. Representa los valores del club de la “buena época” y es esto lo que empuja a todos los integrantes de la comisión directiva a seguir luchando.
Román: Hijo del recuerdo del carnaval del 59, nacido en el propio club, es el único “socio vitalicio”. Recoge y continúa el legado de sus antepasados, valora sus costumbres las cuales tiene integradas a su ser. El club es parte de su identidad, de sus valores y de su historia. Es un hombre con claros principios, idealista, y solidario. Trabaja cómo remisero entre doce y trece horas diarias y el tiempo libre lo dedica al club. Padre de familia con esposa y dos hijos. Actualmente enfrenta una crisis laboral y personal descuidando así su vida familiar lo que lo lleva a la separación de su esposa, e incomunicación con sus hijos. Manifiesta insatisfacción frente a los fracasos y al modelo neoliberal, en el cual se siente poco comprendido y traicionado hasta por los miembros del club. El club necesita de él pero no tanto como él del club.
Amadeo: Es el personaje transgresor, creativo, espontaneo, sensible, pasional e impulsivo. Es miembro de la comisión directiva y encargado del mantenimiento del club. Tiene problemas de adicción al alcohol y para lograr un bienestar recurre hasta “colgarse del cable”. Logra la aceptación y el cariño de los más jóvenes del club, es premiado por su amistad y simpatía por éstos (ellos reconocen en él los códigos de la amistad y la alegría).
Graciela: Es miembro de la comisión directiva, tiene una fuerte relación de amistad basada en el afecto con Román, entre ellos se establece un vínculo de contención y respaldo. Está atravesando fuertes problemas económicos y emocionales (separada, se hace cargo sola de su hijo y no tiene trabajo estable). Mujer de fuerte carácter, revanchista, vengativa, irónica; su situación tan apremiante la impulsa a estar ofuscada ante todo, siente que todas las cosas le salieron mal y hace lo que puede y cómo puede (no siempre de la manera más correcta).
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