DIFERENTES COMPORTAMIENTOS DE LOS ALUMNOS FRENTE A UN MISMO CONFLICTO EN EL AULA SEGÚN SU ENEATIPO

ÍNDICE

1. RESUMEN        2

2. INTRODUCCIÓN        2

2.1. ¿QUÉ ES EL EGO Y CÓMO NACE?        2

2.2. ¿QUÉ ES EL ENEAGRAMA?        3

2.3. ANTECEDENTES        5

3. ¿CÓMO SURGE EL PROYECTO?        7

4. PROPUESTA DIDÁCTICA        8

5. OBJETIVOS        9

6. METODOLOGÍA        10

7. HIPÓTESIS        10

8. DESARROLLO DE LA INVESTIGACIÓN        13

9. DESARROLLO DEL ESTUDIO        14

9.1. ENEATIPO 2        15

9.1.1. RESULTADOS Y ANÁLISIS        16

9.1.2. CONCLUSIONES        17

9.2. ENEATIPO 3        17

9.2.1. RESULTADOS Y ANÁLISIS        18

9.2.2. CONCLUSIONES        19

9.3. ENEATIPO 4        19

9.3.1. RESULTADOS Y ANÁLISIS        20

9.3.2. CONCLUSIONES        21

ANÁLISIS Y CONCLUSIONES DE LA TRÍADA EMOCIONAL        21

9.4. ENEATIPO 5        21

9.4.1. RESULTADOS Y ANÁLISIS        22

9.4.2. CONCLUSIONES        23

9.5. ENEATIPO 6        23

9.5.1. RESULTADOS Y ANÁLISIS        24

9.5.2. CONCLUSIONES        25

9.6. ENEATIPO 7        25

9.6.1. RESULTADOS Y ANÁLISIS        26

9.6.2. CONCLUSIONES        27

ANÁLISIS Y CONCLUSIONES DE LA TRÍADA MENTAL        27

9.7. ENEATIPO 8        27

9.7.1. RESULTADOS Y ANÁLISIS        28

9.7.2. CONCLUSIONES        29

9.8. ENEATIPO 9        29

9.8.1. RESULTADOS Y ANÁLISIS        30

9.8.2. CONCLUSIONES        31

9.9. ENEATIPO 1        31

9.9.1. RESULTADOS Y ANÁLISIS        31

9.9.2. CONCLUSIONES        32

ANÁLISIS Y CONCLUSIONES DE LA TRÍADA VISCERAL        32

10. BIBLIOGRAFÍA        32

11. ANEXOS        32

1. RESUMEN

2. INTRODUCCIÓN

2.1. ¿QUÉ ES EL EGO Y CÓMO NACE?

Los seres humanos nacemos en total inconsciencia. Pasan años desde el primer momento de vida de una persona hasta que esta posee la capacidad de saber de su propia existencia, de tomar decisiones por voluntad propia, y no en dependencia de la de otros seres humanos. Esta habilidad es la denominada consciencia.

Esto ocurre debido a que dentro del útero materno, el bebé se encuentra unido y conectado a su madre. E incluso podemos darnos cuenta de que el bebé ni siquiera es consciente de esto, sino que al no conocer nada más que ese estado, se concibe tanto a él mismo como a su progenitora como un único ente, como el todo. Por este motivo, la ruptura de dicha conexión, es decir, el parto, supone su primer y principal trauma. De pronto necesita atención, seguridad y protección, lo cual deriva en la desesperada búsqueda de amor. Esta necesidad de afecto y cariño se manifiesta, según el tipo de personalidad, de maneras diferentes: algunos mediante la necesidad de atención, otros a través de la búsqueda de valoración, también ofreciendo servicialidad y lealtad…

A partir de este suceso, el individuo se va alejando progresivamente de su llamada esencia, también conocida como superyó por el filósofo Sigmund Freud, en la cual se encuentra la verdadera conexión con la felicidad, la paz interior, la vocación y el talento. Para mimetizarse en la sociedad, este acaba enmascarándose con el ego o, en otras palabras, identificándose con una serie de atributos, que definirán su falsa identidad (personalidad) y rechazando otros cuantos, su sombra. Tanto el primer grupo de cualidades como el segundo le pertenecen, con la diferencia de que se sentirá cómodo al mostrar su máscara, pero se mostrará reacio a admitir su sombra, no porque sea negativa, sino porque no forma parte de su personalidad.

En resumen, no somos nuestro ego, a pesar de que nos identifiquemos plenamente con él. Esta faceta es simplemente producto de las creencias limitantes y pensamientos negativos que habitan en nuestro inconsciente, cultivados por el miedo a ser rechazados.

Por otra parte, cabe resaltar que desidentificarse del ego no quiere decir expulsarlo de nuestro ser, sino integrarlo conscientemente; es decir, saber que vive con nosotros, sin identificarnos con él. Esta acción nos sirve para conocer y poder comprender qué somos realmente y así, aceptarnos. Es esta decisión la que marca un punto de inflexión en la mente de la persona en cuestión y le aporta la capacidad de vivir en armonía con ella misma, con su prójimo y con la realidad que engloba a toda la especie humana. Este fenómeno se conoce como centramiento. Su antónimo recibe el nombre de descentramiento, y se refiere al sufrimiento causado por la negación de las situaciones externas que provoca la inconsciencia. En este estado, pensamos que podemos adaptar los acontecimientos que escapan de nuestra responsabilidad a nuestras egocéntricas expectativas y demandas.

2.2. ¿QUÉ ES EL ENEAGRAMA?

Existen incontables métodos que sirven para acompañarnos en el camino hacia el autoconocimiento, como la psicología cognitiva, la meditación, etcétera. No obstante, nos vamos a centrar únicamente en la menos conocida en el mundo occidental: el Eneagrama.

La palabra Eneagrama tiene su origen etimológico en la lengua griega: enea (εννέα, significa nueve) y grama (γράμμα, trazo). Es decir, es un grafismo en forma de estrella de nueve puntas.

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En él quedan representados los eneatipos, o, en otras palabras, los nueve tipos de personalidad en los que se clasifica la humanidad de los que hablábamos anteriormente, cada uno con sus respectivas virtudes, capacidades y limitaciones. A su vez, todos ellos poseen una pasión dominante, que es la que los mueve a actuar de la manera en que lo hacen. De las nueve que hay, siete de ellas resultan ser los conocidos pecados capitales de la religión católica: soberbia, envidia, avaricia, gula, lujuria, pereza e ira. Las dos restantes son la vanidad y la cobardía.

Los eneatipos se clasifican, según desde qué parte de su psique toman las decisiones, en tres tríadas: la tríada emocional (según los sentimientos) conformada por los eneatipos 2, 3 y 4; la tríada mental (según los pensamientos) constituida por los eneatipos 5, 6 y 7; y la tríada visceral (según el instinto) donde se encuentran los eneatipos 8, 9 y 1.

El Eneagrama nos permite conocer las motivaciones profundas, mayoritariamente inconscientes, que nos inducen a llevar a cabo ciertas conductas y acciones. Se trata de una herramienta que traza un mapa de nuestro ego, ayudándonos a identificar nuestros patrones neuróticos, y las creencias empoderadoras y las limitantes con las que nos identificamos, de manera que podamos profundizar en el autoconocimiento y utilizarlo a nuestro favor para aprender a ser felices.

Como bien hemos comentado, y así lo explica Borja Vilaseca en su libro Encantado de conocerme, se trata de un mapa, no del territorio. Cada persona es diferente, ya que nadie ha vivido jamás una misma situación de manera idéntica, debido a que la realidad, neutra, queda a interpretación de nuestras percepciones egoicas. Esto significa que, a pesar de que varias personas compartan un mismo eneatipo, jamás habrá dos que sean exactamente iguales, porque el mapa es solo una guía: no plasma con exactitud lo que la realidad ofrece.

Asimismo, explica el periodista que el Eneagrama sería, metafóricamente hablando, una balsa: un medio perfectamente válido para permitirnos alejarnos de la orilla del miedo y encaminarnos hacia la del amor y la sabiduría. Pero, una vez cruzado el río, es necesario abandonar la balsa para no llevar una carga innecesaria, y así evitar caer en el dogma y en el fanatismo. Esta última sentencia refleja el objetivo principal del eneagrama: dejar de ser el eneatipo.

No obstante, no es Borja Vilaseca el único interesado en el estudio profundo del eneagrama, sino el más actual. Viene precedido por otros filósofos, como George Gurdjieff y Óscar Ichazo, y por el psiquiatra Claudio Naranjo. Estos autores realizaron enormes aportaciones sobre el Eneagrama al mundo occidental, las cuales explicaremos posteriormente. Primero, es indispensable saber distinguir el símbolo del Eneagrama, y entender en qué consiste exactamente, del estudio de la psique en sí.

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