Diagnostico Psicoeducativo
Maggys239Tarea5 de Octubre de 2018
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Diagnostico Psicoeducativo
El problema identificado en el grupo escolar del preescolar Ya Nfadi está centrado en el desarrollo de dos de las habilidades del lenguaje: hablar y escuchar, ya que se observó que 15 de 20 alumnos son capaces de escuchar la lectura y narración de cuentos, así como de hacer comentarios en los que relacionan la historia con su vida cotidiana; sin embargo hay cinco alumnos que se distraen con facilidad o que durante la lectura están platicando con algún compañerito y eso provoca que no escuchen atentamente. La mitad de los niños pueden expresar y compartir lo que les provoca alegría, tristeza o miedo de manera clara y concisa pero sin hacer elaboradas explicaciones, por ejemplo: un niño que dice “a mí me dan miedo los perros”; pero es solo la mitad del grupo quienes pueden hacer eso, los demás no se animan a hablar frente a sus compañeros, incluso ante la educadora si se les cuestiona de manera individual.
Hay niños que tienen dificultades para expresarse claramente, cuando se les pide que informen a sus compañeros algo de sí mismos o que expliquen sus preferencias por un juego o un programa de televisión la mayoría lo hace pero hay tres niños que se quedan callados cuando deben hablar ante el grupo en actividades colectivas de intercambio verbal.
Hay once alumnos que de manera espontánea o voluntaria comparten con la educadora suceso o eventos y hablan de ellos haciendo referencia espaciales (como fui a un lugar, allá o mencionan el nombre de) y temporales (mañana, ayer, el sábado, el domingo) cada vez más precisas, cabe señalar que dos de estos niños se dirigen a la profesora para evocar estos suceso de manera personal y el resto de los niños pueden hablar abiertamente para todos sus compañeros.
Los niños del grupo no dialogan para resolver problemas entre compañeros incluso cinco alumnos no utilizan el lenguaje oral para solucionar un conflicto sino que emplean a agresión física.
La mitad de alumnos tienen dificultad para hacer uso de la toma de turnos de habla ya que se observó que no han comprendido que solo debe hablar una persona a la vez y que los demás deben de estar atentos para escuchar lo que se dice, aunque levantan la mano para pedir la palabra, varios niños hablan a un mismo tiempo. Y en varias ocasiones se les ha dicho que si se expresan de esa manera no se puede escuchar lo que dicen; son pocos los que respetan los turnos, aproximadamente 8 de 20 alumnos.
A la mayoría de los alumnos se les dificulta narrar cuentos siguiendo la secuencia y el orden de las ideas ya que únicamente describen de manera muy breve las acciones realizadas por los personajes, esto puede deberse a que no se han tenido las suficientes oportunidades para que realicen este tipo de actividades dentro del aula.
Se puede decir que el lenguaje oral es una herramienta esencial de comunicación y aprendizaje ya que mediante el las personas se conocen, conviven, comparten, aprenden cosas nuevas, etc. En el desarrollo lingüístico intervienen varios aspectos como son la capacidad de escucha, de tomar turnos, confianza y seguridad para hablar ante un público, expresarse con claridad, es decir, que se pronuncien bien las palabras y no solo eso sino también que se diga el mensaje que se quiere con claridad y sencillez, etc.
El desarrollo del lenguaje oral sigue ciertas etapas, que van de las primeras palabras a las oraciones simples, y así sucesivamente los niños van acumulando más vocabulario, conceptos, hasta que van formando cada vez oraciones más complejas. En el preescolar la educadora debe de ser un modelo lingüístico para apoyar el desarrollo de los niños, eso significa hablar con un lenguaje culto, poseer un vocabulario amplio, pronunciar las palabras de manera clara y correcta para que los niños las aprendan y así mismo las reproduzcan.
Los factores que influyen en este desarrollo son varios principalmente es el contexto sociocultural que rodea al niño, es decir, la familia, la escuela, el medio circundante; otro factor determinante es la variedad de estilos que el pequeño recibe de su contexto sociocultural, pero también tienen influencia las diferencias individuales pues se acepta que cada niño es único y diferente.
De los problemas observados fue posible pensar en distintos aspectos involucrados en ellos; tomando como referencia lo expresado párrafos anteriores se formulan las siguientes preguntas:
¿Porque no todos los alumnos se expresan oralmente ante la educadora y sus compañeros?
¿Por qué hay alumnos a los que se les dificulta hablar en actividades sociales?
¿Qué sucede con la participación individual y colectiva?
¿Para qué sirven la toma de turnos del habla dentro del salón de clases?
¿Qué importancia tiene que los alumnos hagan uso de la toma de turnos al hablar?
¿De qué manera se puede ayudar a los niños a superar las dificultades al momento de expresarse?
Desarrollo del niño de 4-5 años
Características generales del desarrollo físico
Según el neurodesarrollista Luis López, en términos del desarrollo humano, los niños entre los cuatro y cinco años se encuentran en la culminación de un período muy importante de desarrollo, pues han logrado una serie de estructuras a nivel neural, muy bien conformadas. A la edad de cuatro años su cerebro es extremadamente plástico (plasticidad cerebral), en términos de desarrollo de las funciones cerebrales, esto permite que si antes de esta edad sucede una situación anormal, como por ejemplo, un daño cerebral, el niño pueda recuperarse en un alto porcentaje. Ya a los cinco años esta plasticidad cerebral disminuye debido a que se han estabilizado los circuitos neuronales que se encargan del cerebro, por ejemplo, los correspondientes al lenguaje ya están establecidos
(Comunicación personal, abril 19, 2000).
El pediatra Jorge Ureña manifiesta que los niños a esta edad ya tienen bien desarrollada la visión y la audición, por lo que se recomienda realizar un examen de agudeza visual y una audiometría anualmente.
También la dentición está casi completa, ya pueden comer prácticamente de todo. El sistema digestivo y enzimático está lo suficientemente maduro para poder digerir todo tipo de alimento. El peso promedio de estos niños oscila entre 16 y 18 kilos, y la talla entre 105 cm. y 107 cm.
A esta edad, ya deben controlar esfínteres, si no lo hacen se recomienda tomar medidas específicas, incluso acudir a algún médico para hacer una valoración que indique la posible causa del problema.
Área socioemocional
Esta área involucra un proceso mediante el cual el niño adquiere conductas, y construye creencias, normas, actitudes y valores; propios del medio familiar y cultural en el que se desenvuelve; con el propó- sito de establecer relaciones armoniosas consigo mismo, con los demás y con el medio que le rodea.
Según la especialista en educación preescolar, Licenciada Ana Isabel Fonseca, el período de edad entre los cuatro y cinco años de vida del niño es como un puente, dado que constituye la suma de logros del bebé y el potencial increíble del niño más grande. De esta manera, el niño se siente poderoso, está haciendo una identificación de sí mismo, y por esta razón es capaz de decirle a la maestra, no quiero, no me da la gana, como al instante decir niñita perdóname, te amo.
El neurodesarrollista Luis López, agrega que el niño de cuatro a cinco años prueba diariamente, es el chiquillo típico de no haga eso. A esta edad puede ser un niño berrinchoso oposicional, que saca de casillas a todo mundo, el que dice “yo no quiero”, “yo no como”, el que le punza los ojos a los hermanos, etc; es un niño difícil, capaz de imponerse. Según este especialista a esta edad el niño aún no tiene reglas establecidas, apenas las está construyendo en su relación con la gente (Comunicación personal, abril 19, 2000). Fonseca, explica que este niño es muy dado al berrinche, porque deja de ser bebé y se integra a un grupo mayor. Por eso ella considera que el área afectiva es la más vulnerable, porque el infante aún no ha dejado el calor de los pañales y todavía requiere el calor del afecto del adulto que pueda en un momento u otro alzarlo, acariciarlo e inclusive hasta cantarle
Área psicomotriz
Para Cobos, (1997) el desarrollo psicomotor se encuentra entre lo estrictamente madurativo y lo relacional, o sea que tiene que ver tanto con leyes biológicas como con aspectos interactivos susceptibles de estimulación y de aprendizaje. Para esta autora, la meta del desarrollo psicomotor está dirigida hacia el control del propio cuerpo, involucrando la acción, que le permite al niño entrar en contacto con los objetos y las personas a través del movimiento; y la representación del cuerpo que tiene que ver con el desarrollo de los procesos. Cobos (1997) señala que el desarrollo psicomotor se manifiesta en psicomotricidad gruesa y psicomotricidad fina. La primera se refiere a la coordinación de grupos musculares grandes que involucran actividades como equilibrio, locomoción y salto. La segunda hace referencia a la actuación de grupos musculares pequeños, principalmente aquellos que controlan los movimientos de los dedos.
Esta autora manifiesta que es importante contemplar que el proceso de desarrollo psicomotor se ajusta a la ley céfalo-caudal y a la ley próximo-distal, por eso es que el niño controla inicialmente las partes del cuerpo que están más cerca de la cabeza y del eje corporal. León (1998) manifiesta que durante esta etapa el desarrollo físico refleja menos cambios que en las etapas anteriores. El desarrollo motor es más lento, más variado y más dependiente de los estímulos y las prácticas, contrasta con la intensidad y velocidad del desarrollo mental. Agrega, además, que el cuerpo del niño de esta edad se va asemejando cada vez más al del adulto: el crecimiento de su cabeza disminuye en relación con el resto del cuerpo y las extremidades inferiores crecen con más rapidez. Esta autora señala que a esta edad las actividades motoras gruesas ocupan gran parte del tiempo del pequeño, pero también ya comienzan a evidenciarse períodos un poco más largos de “tranquilidad”.
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