ENSAYO DE EL PSICOANALISIS
NancyJanethMuEnsayo22 de Marzo de 2016
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UNIVERSIDAD JUÁREZ DEL ESTADO DE DURANGO[pic 1][pic 2]
FACULTAD DE MEDICINA
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LIC. EN PSICOLOGIA
ENSAYO DE EL PSICOANALISIS
ENCARGADO DE LA MATERIA: LIC. DOLORES DE VILLA
ALUMNA: NANCY JANET MUÑOZ GARCIA
GRADO: 1º SECCIÓN: “B”
16/10/2015
EL PSICOANÁLISIS
La obra de Freud, que se origina en las disciplinas especializadas de la Neurología y la Psiquiatría. Sus conceptos sobre la condición humana, que chocaban violentamente con las opiniones predominantes de su época ofrecen un medio complejo e imperioso para observar el desarrollo normal y anormal.
Freud exploro áreas de la psique que eran discretamente ocultadas por la moralidad y la filosofía victorianas y concibió nuevos métodos para tratar al enfermo mental. Su obra contradijo tabúes culturales, religiosos, sociales y científicos lo cual lo convirtió en el centro de un círculo de críticos y amigos que cambiaban constantemente.
No es posible describir totalmente en un solo ensayo la obra de Freud; lo que vamos a ver enseguida es una simplificación de un sistema complejo.
Postulados fundamentales
Determinismo Psíquico: Freud inicia su concepción teórica suponiendo que no hay ninguna discontinuidad en la vida mental. Afirmaba que nada sucedía al azar, ni aun en el menor de los procesos mentales.
Existen tres postulados que son pilares dentro de la teoría psicoanalítica: lo inconsciente, lo preconsciente y lo consciente.
Lo consciente, o mejor dicho, la mente consciente hace referencia a lo que el ser humano ubica normalmente, de lo que se da cuenta, las sensaciones físicas, las emociones, los recuerdos y los pensamientos. La funcionalidad del consciente es percibir y registrar lo que ocurre en torno a la persona.
El inconsciente es todo aquello que es inaccesible, tanto para la persona como para el psicoanalista y los demás; del mismo modo, es una parte muy primitiva en el ser humano, oculta material en lo profundo de la mente humana, información que quizá nunca llegue a emerger, es decir, es material que difícilmente se puede llegar a conocer.
El material preconsciente es información que de alguna manera se encuentra disponible; sin embargo, es complicado entender esta información, debido a la manera en cómo se manifiesta en el individuo; el modo en el cual se puede acceder a este material puede ser mediante los sueños, las fantasías y los recuerdos. De hecho, este es el material con el que el psicoanalista trabaja mayormente con sus pacientes. La funcionalidad del preconsciente es hacer disponible, como un filtro, la información inconsciente a la parte consciente del individuo, así como retener información que sea inaccesible y guardarla en el inconsciente.
Instintos básicos
Freud describió de dos maneras los instintos básicos. En sus primero modelo describe dos fuerzas opuestas: La sexual (o más generalmente la erótica que satisface físicamente) y la agresiva o destructiva.
La libido y la energía agresiva
La libido es la energía disponible para los instintos de la vida. Otra característica importante de la libido es su “movilidad”, la facilidad con que puede pasar de un área de atención a otra.
Catexia
La catexia es el proceso mediante el cual la energía libidinal disponible en la psique se une o esta investida en la representación mental de una persona, de una idea o de una cosa.
Concepciones fundamentales de la personalidad
El Ello: está constituido por los instintos y deseos básicos que Freud denomina pulsiones, las cuales describe en dos categorías:
∙ Eros o pulsión de vida: Pulsión de vida Se caracteriza por los instintos de satisfacción de necesidades, como comer, beber, excretar desechos, la protección, el descanso; es decir, instintos que tienen que ser satisfechos para garantizar la supervivencia de todos los organismos.
∙ Thanatos o pulsión de muerte: Pulsión de muerte Está caracterizada como una pulsión agresiva que provoca que los organismos rechacen lo que no les agrada, que destruyan o agredan aquello que les amenaza.
Estas pulsiones existen desde que nace el individuo, porque corresponden con los instintos básicos que tiene la especie humana. El ser humano, con el tiempo adquiere comportamientos y actitudes características de un ser social y gregario, esto implica que los instintos o pulsiones se replieguen, aunque no significa que lleguen a desaparecer; sin embargo, pertenecer a una sociedad civilizada implica reprimir o canalizar las pulsiones para ser aceptado en ésta.
Freud llamó Superyó a la incorporación de normas sociales, reglas de comportamiento, deberes y obligaciones. El Superyó es una característica del aparato psíquico que involucra a todas las normativas sociales. Este proceso de socialización implica que la satisfacción de las necesidades, pero sin que esto comprometa su aceptación social.
Debido a que las pulsiones no pueden emerger con libertad, el individuo tiene que elegir la manera en cómo satisfacer estas necesidades. Este proceso de elección y filtro entre las pulsiones del Ello y las imposiciones del Superyó, Freud lo denominó Yo. El Yo tiene la tarea de filtrar información procedente del ambiente (normas y reglas), y del Ello (deseos e instintos), para ser funcional en el ambiente social. La forma en cómo el individuo equilibra deseos e imposiciones sociales constituye la personalidad.
Etapas Psicosexuales del desarrollo
Así como Freud describe el proceso por el cual el aparato psíquico se desarrolla y los elementos que intervienen en su desarrollo, también existen etapas en el ser humano a las cuales Freud describe según lo que ocurra en diferentes estadios del individuo. Una persona fijada en determinada etapa preferirá satisfacer sus necesidades en formas más simples o infantiles y no en forma más adulta que resultaría de un desarrollo normal.
A estas etapas, Freud las denominó de desarrollo psicosexual y son las siguientes:
Etapa oral (desde el nacimiento hasta los 12 o 18 meses): abarca los primeros seis meses del lactante. La boca es la zona erógeno preminente y procura al bebé no sólo la satisfacción de alimentarse, sino sobre todo el placer de chupar. Es decir, de poner en movimiento los labios, la lengua y el paladar en una alternancia rítmica.
Una persona fijada en esta etapa constantemente mordisquean algo, los fumadores o aquellos que suelen comer en exceso.
Etapa anal (12-18 meses hasta 3 años): en esta época la fuente principal de placer y conflicto potencial son las actividades en las que interviene el ano. Con frecuencia representa el primer intento del niño por convertir una actividad involuntaria en voluntaria. Los niños pueden experimentar dolor o placer ya sea al retener o al expulsar sus desechos fisiológicos. Debemos separar aquí el placer orgánico de defecar, aliviando una necesidad corporal, del placer sexual consistente en retener las heces y los gases para después expulsarlos bruscamente.
Las características adultas que tienen relación con la fijación parcial en la etapa anal son la meticulosidad, la parsimonia y la obstinación.
Etapa fálica (3 a 6 años): se extiende de los tres a los cinco años, el órgano sexual masculino desempeña un papel dominante. Freud considera que el clítoris es considerado por la niña como una forma de falo inferior. Al comienzo de la fase fálica los niños y las niñas creen que todas las personas poseen falo y la diferencia entre tener o no falo se percibe como una oposición por castración. Cada uno toma rumbo diferente al entrar en lo que Freud denomina Edipo o complejo de Edipo en el cual primero se da una identificación con la madre en ambos casos. El niño siente deseos sexuales hacia su madre, y al percibir a las niñas como castradas abandona sus deseos por temor a que le ocurra lo mismo, creándose en el varón la angustia de castración que lo lleva a identificarse con su padre. La niña abandona a la madre porque la cree culpable de su castración y surge la envidia del pene. Sin embargo, se da cuenta de que si es como su madre puede acceder a un pene, a lo cual reacciona identificándose con ella y aparece el deseo de engendrar un hijo de su padre.
La obsesión en esta fase genital —sostuvo Freud— puede conducir a la desviación sexual o a la identificación con identidades sexuales débiles y confusas.
Período de latencia (desde los 6 años hasta la pubertad): en este período se desarrollan fuerzas psíquicas que inhiben el impulso sexual y reducen su dirección. Los impulsos sexuales inaceptables son canalizados a niveles de actividad más aceptados por la cultura. Freud le llamaba período de calma sexual. No lo consideraba una etapa, ya que no surgía nada dramáticamente nuevo.
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