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Resumen Libro A cada cual su cerebro

ValPsicMonografía8 de Noviembre de 2020

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A CADA CUAL SU CEREBRO

PLASTICIDAD NEURONAL E INCONSCIENTE

FRANCOIS ANSERMET

PIERRE MAGISTRETTI

RESUMEN DEL LIBRO

Capítulos

1. El oso polar y la ballena.

Apuestas de la plasticidad

2. Diego y Haydn.

Percepción y memorias

3. La inhibición a orillas del lago Trasimeno.

Destino de la percepción

4. La aplysia, la rata y el hombre.

De la experiencia a la huella

5. El olvido del nombre de Signorelli.

Huella sináptica y huella psíquica

6. Clara y el Papa.

Percepción y emociones

7. La leche y el ruido de la puerta.

Huellas psíquicas y estados somáticos

8. El hombre y el lobo.

Fantasía, objeto y acción

9. Un llamado imprevisto.

Origen y destino de la pulsión

10. El incesto y el refrigerador.

Placer y displacer

11. Freud y James.

Resumiendo al extremo

12. …Redibit non muerit…

Plasticidad del devenir y devenir de la plasticidad

13. La pareja en el semáforo

Incidentes de la realidad interna

14. La hora de las huellas

Inconsciente, memoria y represión

15. La Ferrari y el remolque

Más allá del escenario fantasmático

1. El oso polar y la ballena. Apuestas de la plasticidad.

Aquí planteamos los dos términos de un debate que involucra, por un lado, la realidad neurobiológica y, por otro, las producciones de la vida psíquica. Establecer entre ellos algún puente puede parecer imposible. Si se consideran, en particular, las neurociencias, por un lado, y el psicoanálisis, por otro, es posible constatar hasta qué punto son dos campos inconmensurables que, incluso, podrían llegar a perder sus propios fundamentos al confundirse en un sincretismo impreciso. Un descubrimiento realizado en un campo, puede no serlo para el otro, pero esto no impide que ambos formen parte de un mismo fenómeno.

Los neurocientíficos se preguntaban por la etiología biológica de las enfermedades, mientras que los psicoanalistas rechazaban frecuentemente las neurociencias para defender sus propias concepciones. El fenómeno de plasticidad neuronal demuestra que la experiencia deja una huella en la red neuronal, al tiempo que modifica la eficacia de la transferencia de información a nivel de los elementos más finos del sistema. La experiencia modifica las conexiones entre las neuronas, el cerebro es considerado como un órgano extremadamente dinámico en relación, por un lado, con el medio ambiente, y por otro, con los hechos psíquicos o los actos del sujeto.

La plasticidad demuestra que la red neuronal permanece abierta al cambio y a la contingencia, modulable por el acontecimiento y las potencialidades de la experiencia, que siempre pueden modificar el estado anterior. Basta con retener que la plasticidad transforma considerablemente la opinión generalizada sobre la función cerebral y sus relaciones con el medio ambiente y la vida psíquica.

La plasticidad permite demostrar que, cada individuo se revela único más allá de las determinaciones que implica su bagaje genético. La cuestión del sujeto, como excepción a lo universal, se ha vuelto tan central para las neurociencias como para el psicoanálisis; de ahí un punto de encuentro. El fenómeno de la plasticidad exige pensar al sujeto psicoanalítico en el propio campo de las neurociencias, si se admite el concepto de plasticidad, es necesario entonces introducir en el campo de las neurociencias la cuestión de lo único y, en consecuencia, la de la diversidad.

El concepto de plasticidad altera los datos de la ecuación al punto de concebir una causalidad psíquica capaz de modelar lo orgánico, en efecto, el nivel de la expresión de un gen dado puede estar determinado por las experiencias; esto demuestra la importancia de los factores epigenéticos en la realización del programa genético. Plasticidad y epigénesis están vinculadas en un mismo proyecto, se considera que entre el genotipo y su expresión fenotípica operan la incidencia de la experiencia y el impacto del ambiente, y que se trata de una interacción que modula la expresión del genotipo. El genotipo, por un lado, y la experiencia o el acontecimiento, del otro, constituyen dos dimensiones heterogéneas de la plasticidad, en efecto, la plasticidad integra genoma y ambiente en un mismo nivel lógico.

Las enfermedades monogenéticas representan sólo el 2 y el 3% de las afecciones observadas en la práctica médica, incluida la psiquiátrica. Actualmente, se supone que diferentes genes están implicados en una enfermedad psiquiátrica o, más exactamente en la susceptibilidad para la enfermedad, es decir, la aparición de una enfermedad dependerá, entonces, de una interacción entre genotipo y medio ambiente.

Más allá de la idea de interacción, el concepto de plasticidad permite abordar de manera crítica la modulación de la expresión del genotipo por factores del entorno. Dos determinismos paralelos, aunque diferentes, están presentes: un determinismo genético, o más bien poligenético, y un determinismo ambiental o psíquico; ambos forman parte de la plasticidad.

La plasticidad de lugar a un nuevo paradigma y permite efectuar una revolución científica, en el sentido propuesto por Kuhn. Proponemos, entonces, que el psicoanálisis se vincule con las neurociencias por medio del concepto de plasticidad, que resulta operativo en el campo del psicoanálisis por medio del concepto de plasticidad, que resulta operativo en el campo del psicoanálisis, aunque sea una noción que proviene de la biología.

¿Cómo pensar, entonces, la relación entre neurociencias y psicoanálisis a partir del concepto de plasticidad? La plasticidad elimina de entrada tanto la idea de una heterogeneidad absoluta como la de una superposición indistinta. Afirmar que neurociencias y psicoanálisis pertenecen a dos órdenes heterogéneos no quiere decir que no tengan ningún tipo de relación. Se podría formular como hipótesis paradójica que neurociencias y psicoanálisis pueden articularte gracias a su inconmensurabilidad. ¿Acaso se trata de una relación que forma un conjunto, o más bien de una interacción entre dos órdenes heterogéneos donde cada uno afecta al otro? El modelo de reunión implica una desnaturalización de las características propias de cada orden; el modelo de la intersección admite que neurociencias y psicoanálisis pueden ponerse en relación por medio de la plasticidad, respetando al mismo tiempo la existencia de elementos diferentes. Solo este último modelo da cuenta del fenómeno de la plasticidad, donde lo psíquico marca lo orgánico y afecta a la materia, o sea, deja huellas materiales acordes con la experiencia. En efecto, neurociencias y psicoanálisis pueden afectarse recíprocamente. La zona de intersección plantea la cuestión de la huella dejada por la experiencia, la cuestión de la huella es común a los dos órdenes heterogéneos.

2. Diego y Haydn. Percepción y memorias.

La percepción puede dejar una huella en el sistema nervioso y volverse memoria. Dicho de otro modo, la percepción inscribe un signo en los circuitos nerviosos, al que se podría identificar con el concepto freudiano de signo de la percepción. Las modalidades de dicha inscripción, y como consecuencia los mecanismos de la memoria, se hallan fundados sobre una propiedad esencial del sistema nervioso: la plasticidad neuronal. ¿Qué propiedad confiere dicha plasticidad neuronal a nuestro cerebro? La propiedad de registrar de forma durable en los circuitos neuronales las informaciones provenientes de nuestro entorno, y la de permitir que las experiencias vividas por cada individuo dejen una huella en los circuitos neuronales. La utilización del término “huella” se trata de huellas moleculares y celulares dejadas en el nivel de los mecanismos más finos de funcionamiento de las neuronas. Estos mecanismos de plasticidad neuronal han sido estudiados especialmente en el contexto de los procesos de aprendizaje y de memoria, pero cabe pensar que pueden involucrar cualquier experiencia vivida por un individuo y, especialmente lo que las neurociencias contemporáneas llaman memoria emocional.

Los mecanismos de plasticidad que nos ocupan se centran en torno a los contactos entre neuronas, allí donde intercambian informaciones, este intercambio de información de neurona a neurona se llama sinapsis. Cada neurona recibe aproximadamente 10.000 sinapsis que provienen de otras neuronas. La parte presináptica de la sinapsis presenta una especie de pequeñas bolsas, las vesículas, en cuyo interior se acumulan miles de moléculas: los neurotransmisores. Los neurotransmisores son las moléculas a través de las cuales las neuronas transmiten sus señales: se liberan cuando la terminación axonal es activada y cuando las vesículas vuelcan su contenido de neurotransmisores en la hendidura sináptica. Es posible condicionar de forma durable a una neurona para que libere más neurotransmisores frente a una misma estimulación. En la medida en que la cantidad de moléculas de neurotransmisores por vesículas sea relativamente uniforme, para una activación presináptica dada, una cantidad determinada de moléculas de neurotransmisores se encontrará en la hendidura sináptica y provocará una determinada respuesta en el nivel postsináptico.

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