Antes de iniciar a desmenuzar las características y las habilidades comunicativas que nos encontramos en este discurso, creo que es muy necesario situarnos en el tiempo y espacio en el que se realiza tal evento.

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Antes de iniciar a desmenuzar las características y las habilidades comunicativas que nos encontramos en este discurso, creo que es muy necesario situarnos en el tiempo y espacio en el que se realiza tal evento.

Nos encontramos pues en el año 2005, periodo en el cual Apple estaba volviendo a los beneficios tras un periodo de declive en el desarrollo de su negocio y una fuerte restructuración interna con el propio despido de Steve Jobs incluido. El discurso se realiza en la Universidad de Stanford, lugar al que acuden alumnos de todo el mundo a estudiar en uno de las donde más riqueza se genera en el mundo “Silicon Valley”, receptor de 1/3 de las inversiones en capital riesgo de EEUU, donde se sitúan las empresas tecnológicas más grandes del mundo y lugar al que cualquier  emprendedor tecnológico desea acudir. Podemos entender pues que para la mayoría de los alumnos que se encontraban presentes la figura de Steve Jobs es un ejemplo a seguir tanto a nivel profesional como a nivel personal, una imagen de superación  y motivacional muy potente.  

Llegados a este punto y tras haber situado un poco el contexto en el que se realiza el discurso vamos a centrarnos en los aspectos generales y técnicos que podemos encontrar en él.

Lo primero que llama la atención es ver que pese a estar en un acto de graduación y que va a hablar a título personal y no como cabeza visible de una empresa, la imagen personal que lleva no varía en absoluto. Debajo de la capa característica de estos actos en las universidades americanas vemos que lleva los típicos pantalones vaqueros que porta en toda presentación de la firma Apple, un estilo sencillo, que pretendiéndolo o no provoca que toda la atención se fije en el producto que se está presentando o en este caso en las propias palabras que va a dirigir. Se acerca pues al atril y es curioso que una persona con tal capacidad comunicativa y resolutiva para los temas de su negocio necesite de un papel para seguir el discurso. Empieza entonces intentando y logrando sacar una sonrisa a las personas a las que va dirigido este discurso, profesores y alumnos de Stanford a la par que se muestra humilde y sincero “esto es lo más cerca que estoy de graduarme en la universidad”. Si alguna vez se ha seguido alguna presentación en el ámbito tecnológico y con la cantidad de fanatismo que esto genera en el público éste tipo de puntualizaciones para sacar la sonrisa de las personas que están atendiendo a la presentación es muy común y más en el entorno de Apple y Steve Jobs, muy recomendable la primera presentación del Iphone.

Una vez inicia el asunto principal del discurso vemos que es muy directo, simple, práctico como la figura del interlocutor, nos va a relatar una historia con tres partes diferenciadas, no hay perdida. Al mismo tiempo vemos que el público receptor entra directamente en una situación en el que empieza a prestar totalmente atención al orador, el ruido inicial desaparece y observamos un público dispuesto y atento a lo que está apunto de relatar.

Percibimos rápidamente calidez en las palabras del interlocutor con miradas de complicidad hacía el público de una manera instructiva y reflexiva, resaltando las palabras que está pronunciando con ese tono tranquilo que le caracteriza en sus intervenciones acompañado de una forma de hablar desde la experiencia pura y dura. Es muy curioso observar las sutiles pausas que realiza cuando está comendando un aspecto duro de su pasado, como esperando ver cómo reacciona el público que está atendiéndole. Su posición es tranquila y su expresión relajada junto a una gesticulación comedida, sin sobre actuar. En definitiva vemos que Steve Jobs emplea un estilo asertivo en éste caso pero sin sobrepasarse en la expresividad, las llamadas de atención al público con pequeñas bromas son continuas pero sin desviarse de la principal intención, que no es ni más ni menos que contar su historia y reflexionar sobre ella para que sirva de ejemplo a los estudiantes, que pese a ello en algunos puntos del discurso crean un ruido que podemos entenderlo como muestra de efusividad típica de un acto tan relevante como es el de su graduación.

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