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BIBLIA Y PSICOLOGIA

hecper1964rn927 de Marzo de 2014

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La Biblia y la psicología

Hoy, como nunca antes, la gente está interesada en la psicología y en lo que tiene para decir a la humanidad. El estudio de la psicología trata con la mente, sus sentidos y el comportamiento humano. Dado que nuestra mente controla nuestro comportamiento, y nuestro comportamiento influye y es influido de muchas formas, se vuelve un estudio desafiante. Junto con esto están los problemas crecientes de la mente y las relaciones sociales en un mundo complejo hoy, colapsos mentales y morales, el aumento del ocultismo (por ejemplo, la astrología), y el deseo de conocer las cosas futuras y las cosas del mundo no físico. La influencia satánica está creciendo como nunca antes, como dice 1 Timoteo 4:1 y 2 Timoteo 3:2: "El Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios" y "mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados."

Dado que el hombre constantemente está tratando de explorar la mente en el comportamiento humano, parece lógico al cristiano que su mejor fuente de conocimiento sea comprender a Aquel que creó la mente de la humanidad, además de considerar el libro de texto que Él ha escrito sobre la mente y el comportamiento humano. El libro de texto más autorizado sobre el tema del comportamiento humano es la Biblia. No sólo es autorizado, sino que es objetivo y es la palabra final sobre el tema. Y, sea que las personas acepten los principios de la Palabra de Dios y concuerden con ellos o no, todas están sujetas a los principios que se encuentran en la Biblia. Por lo tanto, nos incumbe considerar seriamente lo que Dios tiene para decir sobre este tema de la psicología bíblica. La Biblia no es un libro de texto de psicología, sino más bien es un texto sobre Dios y su relación con la humanidad, que Él creó. Sin embargo, en este contexto hay mucho en la Biblia sobre el comportamiento humano, y cuando la Biblia habla sobre el tema de la psicología, habla con autoridad final.

Las emociones

La humanidad vive en un tiempo y una época que está llenos de muchos temores y problemas y, en cierta medida, como cristianos, hemos quedado aislados de estos temores y problemas. Sí, es cierto que vemos las noticias en la televisión, leemos los diarios, entendemos en cierta medida lo que está ocurriendo en el mundo, escuchamos mucho acerca de los problemas que experimenta la juventud de hoy, las drogas, y todo lo que lo acompaña. Pero, en general, como cristianos, estamos aislados de las realidades del mundo. Sin embargo, y en una forma paradójica, porque somos seres humanos, nos vemos atrapados muchas veces por los mismos problemas que enfrenta el mundo. Hasta cierto punto, el mundo puede ser diferente, y los problemas para nosotros pueden no ser tan grandes o dramáticos, y pueden no tener un efecto tan traumático sobre nosotros como sucede con las distintas personas en el mundo pero, básicamente, todos tenemos la misma naturaleza común, y todos tenemos los mismos problemas comunes.

Dios, que es nuestro Creador, tiene una respuesta para todos estos problemas. Hay cuatro conjuntos de emociones que son comunes a todos-sea que aceptemos por fe los principios de la Palabra de Dios o los rechacemos-que nos asedian y, a menos que nos protejamos de ellos finamente, nos destruirán

El primer conjunto es el síndrome de temor-ansiedad-desasosiego. El mundo está atrapado en esto en gran medida porque dice: "No hay ayuda para la humanidad-este es un universo sin sentido." Al mundo no le importa nada el individuo que es sólo un número y, si bien cada individuo es una persona única, en realidad no hay ninguna ayuda para esa persona. Cada individuo es sólo una entre miles de millones de otras personas. Vivimos en un mundo amoral que es hostil al individuo. Por lo tanto, debido a esto tenemos temores, ansiedades y desasosiego con relación a lo que viene.

El segundo conjunto de emociones que nos aflige es el síndrome de ira-hostilidad-odio, ya que básicamente todos tenemos miedo. Esto es una fachada, y así exhibimos nuestros temores que salen como ira, hostilidad y odio. Y la hostilidad es la acción directa ante la impotencia en nuestras vidas por lo que tememos. Esto aflige al cristiano además del no cristiano.

El tercer conjunto de emociones que nos asedia es el síndrome de depresión-culpa-dolor psíquico. Es interesante notar que la mayoría de las personas que ocupan camas en los hospitales no están ahí por una enfermedad física, sino debido a problemas emocionales, mentales y psicológicos. Si, como seres humanos, pudiéramos liberarnos de estos problemas, habría suficientes camas libres en todos los hospitales hoy. Es una pena persistente que aflige a cada individuo. Para el no cristiano, es una sensación inconsciente de culpa, por más que esa persona pueda no admitirlo o reconocerlo. Para el cristiano, puede ser un pecado no confesado que por lo tanto lleva a sentimientos de depresión y de culpa.

El cuarto conjunto de emociones que nos afectan es lo que puede denominarse egoísmo destructivo. Esta es otra forma de temor; "Yo soy yo mismo, tengo un ego, y tengo el deseo de edificarlo hasta cierto grado. Y, sin embargo, en mis deseos de edificar mi ego, hay también cierto grado de temor, así que estoy intentando equilibrar mis temores con mi ego como individuo," y eso causa problemas a todos.

Por sobre estos cuatro conjuntos de emociones adversas, hay necesidades que necesitan ser satisfechas, porque si no estas tendencias destructivas nos vencerán como seres humanos. Aquí es donde los principios de la Palabra de Dios están fuertemente centradas en el libro de Filipenses. Brevemente, pueden ser señalados como sigue:

La primera necesidad emocional que necesitamos satisfacer es la del afecto-amar y ser amados. Todo bebé que nace en el mundo desea esto. Hace un tiempo, se hizo un experimento en Colorado, en el cual un médico tomó un grupo de bebés no deseados que habían sido abandonados. Encontró que dentro de un año la mayoría de ellos murió. Sí, fueron bien cuidados y bien alimentados, y las enfermeras los atendieron; pero murieron porque les faltó afecto y amor, porque todo ser humano necesita esto. Es por esto que Dios nos dio madres, para dar de mamar a los bebés, no sólo por el beneficio de la leche de la madre que recibe el bebé, sino por esa sensación de seguridad que recibe el bebé mientras está en brazos de su madre. Esto es algo que no logrará ningún biberón, y todo ser humano necesita este afecto, no sólo como bebé sino por el resto de su vida.

La segunda necesidad que necesita ser satisfecha es la de aceptación-de lo que uno es, y del carácter único de cada individuo. Necesitamos sentirnos aceptados por otras personas. Esto es parte de nuestra comunidad de estar juntos.

La tercera necesidad es la de la apreciación-tener una estimación crítica favorable hecha en nuestro propio interior. Cierto sentido de aprobación, una palmada en la espalda por un trabajo bien hecho. Damos medallas, cartas de recomendación, relojes, banquetes de apreciación-entregamos premios y recompensas, y muchas clases de cosas. ¿Por qué? Porque todos lo necesitamos. Necesitamos ser apreciados.

La cuarta necesidad que todos tenemos es el logro-no sólo una sensación de satisfacción o de logro, sino también de aquello que es digno de encomio, para que cuando logremos cierto objetivo haya cierta cantidad de apreciación por ese logro, y nos haga sentir bien, para que lo deseemos.

Estas cuatro necesidades son básicas para todo individuo, y a fin de vencer las emociones que nos asedian constantemente y contrarrestarlas, Dios ha provisto la respuesta en el libro de Filipenses.

El cristiano y la psicología

Para el cristiano, los problemas surgen en el área de la creencia y la incredulidad. Cuando el supuesto "hecho de la ciencia" entra en conflicto con la creencia de una persona, pueden aparecer problemas. El conflicto en una persona surge de cuánto cree que la herencia y el ambiente modelan su pensamiento. Si el comportamiento está completamente determinado por estos factores, como piensan algunos, entonces la libertad es una ilusión. En el mundo existencial y pragmático de hoy, el hombre está condicionado a ser totalmente "libre" de toda restricción y atadura que pueda inhibirlo por la herencia y/o el entorno. Para el cristiano que vive en el mundo de hoy, su problema se ve realzado por la idea de algunos que dicen que las creencias religiosas se vuelen una atadura irreal a su "superyo" (que se considera como algo parecido a la "conciencia moral" propia). A fin de liberarse de este control, suele sugerirse que debería dedicarse a "vivir la vida." Para liberarse de su supuesta esclavitud, la idea consiste en sugerir que esto aflojará (o tal vez endurecerá) su conciencia para que no esté tan ansioso por lo que hace. Esto supone que el "superyo" está determinado por el entorno (padres, iglesia, normas externas impuestas por otros cristianos, etc.) y que debe volverse "libre" para actuar como quiera. El "yo" entonces se vuelve más insensible y el individuo menos ansioso.

Lo que sucede en realidad con mayor frecuencia es que el individuo se siente más lleno de culpa y por lo tanto estas ansiedades se ven incrementadas. Lo que se necesita realmente es un tratamiento del verdadero problema de la libertad en Cristo, a través de una comprensión de la Palabra de Dios y un patrón de vida consistente con la Biblia. Gran parte del problema en la sociedad cristiana actual es una imposición de "lo que hay que hacer" y "lo que no hay que

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