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Burín, D., Drake, M., Harris, P. - “Evaluación Neuropsicologica en adultos” Capítulo 7 - Evaluación del lenguaje


Enviado por   •  26 de Abril de 2019  •  Resúmenes  •  2.765 Palabras (12 Páginas)  •  241 Visitas

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Capítulo 7: Evaluación del Lenguaje

  1. Introducción

Afasia adquirida es la pérdida o alteración de algún aspecto del procesamiento del lenguaje como consecuencia de una lesión cerebral. Este concepto excluye la explicación del trastorno en términos de déficit motores o sensoriales elementales, así como las dificultades en la adquisición del lenguaje conocidas como difasia.

A comienzos del siglo XIX, Paul Broca y Karl Wernicke presentaron los primeros casos de afasia estudiados científicamente y, de este modo, sentaron las bases de la neuropsicología del lenguaje.

El test de Rieger es uno de los primeros instrumentos diseñados para evaluar pacientes con afasia. Luego Weinsburg y McBride diseñaron una batería exhaustiva que contaba, por primera vez, con datos obtenidos de muestras de sujetos normales y lesionados cerebrales.

En cada test de evaluación subyace una concepción teórica que guía la selección de las pruebas y las variables a controlar en cada caso. Lo mismo ocurre con las inferencias y conclusiones que se deriven de su aplicación.

Se pueden distinguir 2 enfoques en el abordaje de la afasia:

  • Sindrómico: tiene por objetivo agrupar síntomas bajo un síndrome particular a partir del rendimiento de un paciente en diferentes tareas como lectura en voz alta, denominación, repetición, etc.
  • De neuropsicología cognitiva: se basa en modelos cognitivos del procesamiento del lenguaje y procura identificar los componentes y procesos alterados y conservados en cada paciente particular.

Ambas concepciones proponen formas específicas de evaluación que ponen de manifiesto los distintos supuestos en los que se basan.

  1. La evaluación del lenguaje

Las pruebas que evalúan el lenguaje pueden formar parte de baterías generales que valoran diversas funciones cognitivas o estar específicamente diseñados para explorar el procesamiento lingüístico en particular. Nosotros veremos aquellos que están específicamente diseñados a analizar el procesamiento del lenguaje en lesionados cerebrales y también aquellos que evalúan algún aspecto específico, como la semántica, el discurso o las habilidades pragmáticas.

  1. Según el modelo clásico

Objetivos:

  • Determinar la presencia de síndromes afásicos, lo que permite la clasificación y agrupamiento de los pacientes en función de los mismos.
  • Describir los síntomas que aparecen desde una perspectiva semiológica o lingüística.

Para lograr estos, se elaboraron instrumentos de evaluación estandarizado y se introdujeron los grupos control con la finalidad de comparar los resultados obtenidos por sujetos normales con los obtenidos por los pacientes.

En el siglo XIX se da la división de las afasias:

Fluentes: consecuencia de lesiones posrolándicas y que manifestaban un severo trastorno de la compresión, acompañado de una producción fluente con emisiones excesivas, parafasias y dificultades en la evocación verbal.

No fluentes: caracterizadas por un lenguaje de esfuerzo y situadas en regiones pre-rolándicas.

A partir de la década del setenta, la neuropsicología incorporó nociones como las de lenguaje articulado (Martinet) o desarrollo del lenguaje (Jakobson) y sirvieron para describir los niveles en los que se producían las alteraciones en los pacientes afásicos o el modo en que se dañaban estructuras lingüísticas adquiridas. Luego se comenzaron a realizar descripciones fonéticas, fonológicas, morfológicas, sintácticas y semánticas. Ya no solo se trataba de clasificar a los pacientes en cuadros, sino también en describir la cualidad de sus producciones y limitaciones en la comprensión. Estos aportes enriquecieron las tareas incluidas en las baterías.

Evaluación de la afasia y de trastornos relacionados – Test de Boston

Objetivos:

  • Diagnosticar la presencia y tipo de síndrome afásico.
  • Evaluar el desempeño de los pacientes en un amplio rango de habilidades para describirlo detalladamente en la evaluación inicial y poder detectar cambios en las evaluaciones sucesivas.
  • Aportar un instrumento como guía del tratamiento.

La batería está organizada en secciones:

  • Habla conversacional y de exposición: consiste en una serie de preguntas, la descripción de una lámina y unos minutos de conversación libre. De esta forma se puede establecer un perfil de características del habla.
  • Comprensión auditiva: contiene subpruebas: discriminación de palabras (presentando una lámina, “señale la letra R”), identificación de partes del cuerpo, órdenes y material ideativo complejo (preguntas de sí o no, ¿Una tabla se hunde en él agua?).
  • Expresión oral: contiene pruebas de agilidad no verbal que apuntan a las habilidades articulatorias (que repita una serie de movimientos los más rápido posible), agilidad verbal (que repita palabras rápidamente), secuencias automatizadas (ej, meses del año), recitado (completar refranes), canto y ritmo, repetición de palabras, frases y oraciones, lectura de palabras, respuesta de denominación a preguntas, denominación por confrontación visual, fluidez y lectura de oraciones en voz alta.
  • Comprensión del lenguaje escrito: incluye pruebas de discriminación de letras y palabras, asociación fonética y comprensión del deletreo oral; apareamiento dibujo. palabra y lectura de oraciones y párrafos.
  • Escritura: incluye mecánica de la escritura (firma, domicilio, etc.) deletreo al dictado y denominación escrita por confrontación; recuerdo de símbolos escritos y escritura narrativa.
  • Pruebas verbales complementarias: incluyen la exploración psicolingüística de la comprensión auditiva, la exploración psicolingüística de la expresión y el test de vocabulario de Boston.
  • Pruebas no verbales complementarias: evalúan funciones cognitivas cuyos déficits suele estar asociados con la afasia, como la construcción, el cálculo, la orientación, las praxias y las gnosias.

El Test de Boston permite obtener un perfil de características del habla con una escala de severidad en las diferentes tareas y otro perfil con un resumen de los subtests y los percentiles por cada uno de ellos. Proporciona una idea general del desempeño de un paciente con un simple golpe de vista.

El manual del test brinda ejemplos de perfiles de pacientes para los principales síndromes afásicos, a fin de ilustrar características salientes que orientan al examinador al momento de relevar los resultados de las subpruebas.

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