CUAL ES LA ESCALA DE INTELIGENCIA DE WECHSLER PARA ADULTOS-IV

ESCALA DE INTELIGENCIA DE WECHSLER PARA ADULTOS-IV

(WAIS-IV)

MARCO TEÓRICO

A través de la historia de la psicología se han evidenciado  diversas posturas teóricas acerca de la inteligencia que han permitido tener en la actualidad  las bases necesarias para continuar abarcando esta gran esfera cognitiva.

Según Fandiño (2008):

La palabra inteligencia (inter-legentia) fue introducida por Cicerón como una  traducción casi literal del término griego usado por Aristóteles día noesis, del cual deriva el vocablo diagnosis. Desde sus comienzos la inteligencia se definió como una cualidad abstracta común y peculiar a todos los procesos intelectuales. Sin embargo, la noción de inteligencia ha variado según la época, la fuente o el autor que se consulte. En el siglo XIX, por ejemplo, la definición de inteligencia incluyó tres conceptos diversos: cualidad innata distinta de cualquier habilidad que la persona adquiriera a través de su educación o experiencia; capacidad cognitiva o intelectual distinta de las demás características de la personalidad, y una cualidad general partícipe en todos los procesos intelectuales que no depende de una habilidad particular.

De acuerdo a lo anterior en el siglo XIX se le otorgaron principalmente tres características importantes a la inteligencia; primero que esta sujeta a un desarrollo innato y propio de cada persona. Segundo se logra diferenciar de las demás características cognitivas y por ultimo se determina que independientemente del aprendizaje o las experiencias, la inteligencia no se da por un solo factor particular.

Gamarra (2012) argumenta que:

En un inicio, la inteligencia se consideró como algo más bien biológico, hereditario, que estaba dentro de la mente del individuo y que podía medirse; es decir, atributo unitario situado en la cabeza de los individuos. Para Thorndike (1920) es: “La habilidad para comprender y dirigir a los hombres y mujeres, muchachos y muchachas, y actuar sabiamente en las relaciones humanas”. Spearman (1927) sostenía que es más fácil medir la inteligencia que definirla. Además existen otros dos tipos de inteligencias: la abstracta, habilidad para manejar ideas, y la mecánica, habilidad para entender y manejar objetos.

Se hace evidente que en tiempos anteriores se consideraba la inteligencia de carácter bilógico solamente y su único interés era medirla.

El ser humano por naturaleza posee capacidades que le permiten distinguirse dentro de los demás seres vivos, puesto que su evolución en el tiempo da evidencia de los avances y creaciones respecto a su desarrollo cognitivo.

Antoni (2004). Concluyo que:

Según un enfoque cognoscitivo, el ser humano es activo en cuanto es un creador de representaciones y es un continuo organizador de conocimientos (Valiña y Martín, 1997). Los niveles de inteligencia de las personas, pueden variar pero no hay  personas completamente carentes de inteligencia. El fenómeno, descrito por Piaget, del desequilibrio cognitivo implica una inmediata respuesta por parte de la mente humana, a través de una continua interacción o una “digestión” y transformación incesante de la realidad y, al mismo tiempo, de uno mismo. El conocimiento nos cambia cualitativamente: introducir lo nuevo en nuestro “sistema” implica que ese sistema se afina y se potencia, puede desarrollarse más que antes y de manera diferente.

Basados en lo anterior cabe reafirmar que algunas personas desarrollan su coeficiente intelectual a un nivel superior que otras, pero no por esto las demás carecen de inteligencia. Los niveles de esta pueden aumentar o disminuir dependiendo de los procesos mentales que se llevan a cabo ya que estos se desarrollan de forma diferente.

Antoni  cita a Gardner indicando que:

No existe una inteligencia  general, sino un elenco de aspectos  múltiples que se pueden modificar o crecer mediante estímulos adecuados. Los estímulos significativos que se aplican en momentos claves del desarrollo humano, pueden aumentar las diferentes inteligencias, de manera independiente y, al mismo tiempo, conectada. Las inteligencias operan de manera específica pero, como es obvio, son parte de un todo funcional. Dentro de un marco establecido por restricciones genéticas, las inteligencias se pueden estimular y aumentar, especialmente el los primeros años de vida, ya que las fibras  nerviosas, capaces de activar  nuestro cerebro tienen que ser construidas. La especialización, inclusive la especialización hemisférica, se va construyendo en la infancia y  luego en la adolescencia.

De acuerdo con Gardner el ciclo vital del ser humano esta conformado por varias etapas en las cuales es indispensable llevar a cabo actividades que promuevan la estimulación de las distintas partes del cerebro y de esta forma potenciar habilidades e incrementar la inteligencia. Especialmente durante la niñez ya que el cerebro tiene más capacidad de recibir toda clase de estímulos interpretarlos y utilizarlos cuando lo requiera.

Son innumerables las habilidades que logra desarrollar el ser humano y dependiendo de su contexto en cuanto aprendizaje y experiencias unas se destacan mas que otras, por este motivo la inteligencia deja de ser solo una cualidad cognoscitiva para ser también el resultado de la interacción con el entorno social.

Según Salmerón (2002):

El desarrollo   armónico de la vida de las personas, el éxito social, académico, afectivo, profesional....no puede ser explicado sólo a partir de una concepción monolítica, factorial de la inteligencia. Ni tampoco con el sólo funcionamiento de una adecuada estructura cognitiva para analizar o ejecutar cualquier realidad técnicamente bien. No hay realidad que, al ser conceptualizada por la mente humana, no vaya acompañada por la asignación de un valor o un sentido que le otorga el que la conceptualiza. Muchos comportamientos, capacidades consideradas excepcionales, no son producto exclusivo de la cognición. Las personas son capaces de operar inteligentemente en facetas que tienen  componentes de muy diverso matiz.

Afirmando lo anterior según  Salmerón citando a Gardner (1989) “introduce su modelo de inteligencias múltiples, en el que considera las siguientes variedades distintas de inteligencia”:

1) Inteligencia musical: habilidad auditiva, 2) inteligencia cenestésica  corporal: movimientos corporales. 3) inteligencia lógico matemática: resolución de problemas. 4) inteligencia lingüística: fluidez verbal. 5) inteligencia espacial: orientación espacial. 6) inteligencia intrapersonal: aspectos internos de la persona. 7) inteligencia interpersonal: reconocimiento de las emociones y sentimientos de los demás y por ultimo la 8) inteligencia naturalista: sensibilidad ante el medio ambiente.

Dentro de los precursores de la inteligencia cabe destacar la teoría triarquica de Sternberg la cual esta dividida en tres subteorias Según Sternberg (1985) “La teoría comprende tres partes; una componencial, que relaciona la inteligencia con la parte interna del individuo; una parte experiencial, que relaciona la inteligencia tanto con el mundo interno como con el externo; y la contextual, que relaciona la inteligencia con el mundo externo del individuo”. De acuerdo con lo anterior una teoría  debe estar orientada a la naturaleza de la inteligencia en términos del mundo exterior, el mundo interior y la relación entre los dos. Las teorías contextuales hacen énfasis en el mundo externo, pero la mayoría de las restantes teorías se ocupan de los otros dos.

Díaz  (2008) concluyo que “al final del siglo XV, inteligencia era concebida como sinónimo de conocimiento de eventos o de noticias. De este modo, con la invención de la imprenta, la inteligencia quedó ligada a la palabra noticias (news)”. Es decir la inteligencia antes de tener una definición clara se ve expuesta como palabra llevada a reconocer el conocimiento o acontecimientos importantes y gracias a esto quedo atado a ser un sinónimo de la noticia, entonces al referirse a inteligencia se refería a algo importante por contar.

Díaz (2008) argumenta que:

Para Kent,  inteligencia  es el  conocimiento sobre el cual nuestros más altos hombres tanto civiles como militares se deben basar con el fin de salvaguardar la salud y el bienestar de la nación. Una de las claves que plantea Kent es que la inteligencia es conocimiento para los políticos y militares, pero no un conocimiento cualquiera, sino el relacionado con la seguridad nacional (Citado por Agrell, 2002).

        Por lo tanto la inteligencia era vista de manera estratégica con el cual se regían los hombres con más capacidad de la época,  aquellos que tenían como misión estar a cargo de la salud y la tranquila de su pueblo; este tipo de conocimiento se veía más revelado en las personas pertenecientes a las fuerzas militares o a los políticos ya que cumplían con los requisitos antes mencionados para jactarlos como inteligentes.

Ardila (2010) nos dice que:

Las características que asociamos con el concepto de inteligencia, como capacidad de solucionar problemas, de razonar, de adaptarse al ambiente, han sido altamente valoradas a lo largo de la historia. Desde los griegos hasta hoy se ha pensado que este conjunto de características que distingue positivamente a las personas les brindan un lugar especial en la sociedad.

        Es decir que la inteligencia hace mucho tiempo atrás ha sido considerada como el conjunto de propiedades que subyacen al razonamiento lógico, a la integración del individuo y su entorno y estos rasgos son de un valor predomínate al categorizar a una persona como tal.

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