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Capital Cultural


Enviado por   •  23 de Agosto de 2014  •  2.887 Palabras (12 Páginas)  •  269 Visitas

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Introducción:

La sociedad mexicana vive inmersa en una comunidad mundial cada vez más interdependiente, en un proceso de transición en todos los órdenes: económico, político, social y cultural. El cambio debe involucrar necesariamente a todos, pero aún no se ha dado de manera homogénea en los distintos ámbitos de la sociedad. En lo económico, se han puesto en operación en los últimos tres lustros estrategias que buscan la incorporación de México a los mercados mundiales, el aumento de la competitividad de la planta productiva y la modernización de las unidades económicas. En lo político, el país ha venido ampliando su vida democrática con la consolidación de la estructura de partidos y asociaciones políticas, la alternancia en el poder y la emergencia de nuevos actores en el seno de la sociedad civil. En lo social, han aparecido nuevos procesos y estructuras que apuntan a la conformación de una sociedad más urbana y moderna, pero al mismo tiempo se tienen amplias regiones del país, sectores y grupos sociales que todavía no participan de los beneficios del crecimiento económico. En el ámbito cultural, están apareciendo nuevos fenómenos como: el avance acelerado de los conocimientos científicos, humanísticos y tecnológicos; la creciente escolaridad de la población en los niveles de la educación básica; y los avances en las tecnologías de la información y la comunicación.

El problema de la educación en mexico

“México es un país tan mal educado, que no sabe lo mal educado que está.”

Denise Dresser

Queremos comenzar este trabajo con esta frase que refleja exactamente el problema de la educación en México. Georges Gusdorf en su libro ¿Para qué los profesores? afirma que la educación debe ser útil y satisfacer las necesidades del individuo y de la sociedad. Sin embargo en nuestro país no hay inversión, sino gasto educativo, esto lo podemos ver en la cantidad de niños que no toman clases porque sus profesores están en paro, o en las calificaciones de la prueba ENLACE, y el alto porcentaje de gente que no cuenta con educación básica en México.

En México cada ciudadano lee en promedio 2.9 libros al año, en uno de cada dos hogares mexicanos solamente tienen de uno a diez libros que no son textos escolares, según reveló la Encuesta Nacional de Lectura 2012, elaborada por la Fundación Mexicana para el Fomento de la Lectura A.C. La lectura está ligada a actividades académicas y no culturales. De las personas encuestadas 54 % no lee libros y 35 % no ha leído un libro en su vida. Eso significa que más de la mitad de la población no lee libros por gusto mientras que uno de cada tres mexicanos nunca ha tenido acercamiento con estos materiales.

Lo alarmante es que si el mexicano promedio lee 2.9 libros por año, los maestros, supuestos agente de cultura en nuestro país, solo leen 2.6 libros por año, según reveló esa misma encuesta. Debido a esto hay tantas deficiencias en educación, baja capacidad matemática, reducido pensamiento analítico, incapacidad de los alumnos para el razonamiento abstracto, para la lectura y su comprensión, para el diálogo, para la comunicación de las ideas, para argumentar, para hacer preguntas, para dar respuestas y mensajes coherentes, para leer en voz alta, para exponer ante un grupo o gran cantidad de masas, y para redactar sus ideas de forma coherente y sin faltas de ortografía. Y si los maestros no tienen las herramientas para educar, los padres son igual de limitados que los hijos, al gobierno no le interesa una población culta… ¿Qué podemos esperar de los niños y jóvenes de nuestro país? Este problema es más visible en los niveles económicamente bajos, aunque también entre los más acomodados es nulo el gusto por la lectura.

México enfrenta una crisis educativa sin precedentes, no obstante a las continúas movilizaciones por parte de los miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en contra de la Reforma Educativa y la falta de personal docente en las escuelas el problema es mucho más grande de lo que parece y nada tiene que ver con cuestiones políticas.

El país tiene uno de los sistemas educativos más grandes de América Latina y es tan ineficaz como su tamaño. No es novedad de que se acostumbre que el país se sitúe en el último sitio del informe PISA de la OCDE. En la prueba PISA del 2012, México resultó con un rezago de dos años de escolaridad. El 82% de los alumnos carece de competencias básicas. El 55% de los mexicanos no alcanzó el nivel dos de los seis que integran la prueba, lo que implica que están por debajo de las capacidades mínimas necesarias para ejercer el pensamiento cognitivo, mientras que un 27% registró que posee sólo lo mínimo.

En cifras, de cada 100 niños que estudian la primaria (unos 33,5 millones este año), solamente 62 la terminarán, La cuestión es preocupante si se estima que en México de 100 estudiantes que entran al sistema escolar sólo 36 terminan el bachillerato y únicamente 13 alcanzarán la universidad.

Una de las principales causas de este desorden es que no existe un censo gubernamental del total de escuelas y profesores que hay en el país; por lo que la federación no sabe ni cuántos planteles tiene ni a cuántos maestros le paga. México dedica más presupuesto a la educación (un 6,2 por ciento) que España (un 5,2 por ciento) o Suiza (un 5,1 por ciento). Pero el 93 por ciento se va a pagar salarios y, mientras tanto, ocho de cada 10 niños reprueban las pruebas internacionales.

El presidente Enrique Peña Nieto reconoció en su informe de Gobierno que al 65 por ciento de las escuelas públicas del país les faltan muebles y, en algunos casos, hasta sanitarios.

Según datos de Mexicanos Primero, el 59 por ciento de los niños del país no asisten a centros educativos, sino guarderías. Tres de cada 10 escuelas no tienen biblioteca, nueve de cada 10 no tiene laboratorio. El 20 por ciento de las escuelas del país tiene requiere reparaciones y mantenimiento urgentes.

El diagnóstico es tajante, el sistema educativo mexicano es ineficaz, inequitativo, insuficiente, opaco y corrupto. Solo cuatro de cada 100 pesos destinados a la educación van para becas. “El gasto no está diseñado para que los niños aprendan”. (Datos del periódico El País, martes 18 de febrero). Pese a lo que se podría presuponer, la falta de ingresos no es la principal causa que orilla a los jóvenes a abandonar sus estudios. Instancias públicas y privadas han desarrollado programas de apoyo económico para

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