Clínica psicopedagógica en Adultos y Adultos Mayores
Ivana PagellaTrabajo11 de Diciembre de 2022
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DIRECCIÓN GENERAL DEL SISTEMA INSTITUCIONAL DE EDUCACIÓN DIGITAL
TIF- Actividad 4
CARRERA: Licenciatura en Psicopedagogía
MATERIA: Clínica psicopedagógica en Adultos y Adultos Mayores I
COMISIÓN: “C”
PROFESOR TITULAR: Mg. Ricardo Luis Martín
Prof. Adscripta: Lic. Graciela Cura
Prof. Adjunta: Lic. María Teresa Sarthe
ESTUDIANTES: Ivana Andrea Pagella
María Florencia Pérez
FECHA: 08-11-2021
ATENDER Y ACOMPAÑAR MALESTARES DE ADULTOS Y ADULTOS MAYORES
Pagella, Ivana Andrea
Pérez, María Florencia
Universidad de la Cuenca del Plata, Corrientes, Argentina.[pic 2]
RESUMEN
El presente trabajo integrador, tiene como objetivo plasmar las conclusiones y resultados de los trabajos prácticos realizados, integrando a los mismos, los aspectos teóricos relevantes de las unidades y ejes temáticos abordados en el transcurso de la materia. En dicho trabajo abordaremos la concepción de psicopedagogía, las conceptualizaciones trabajadas, así como también los deseos y las necesidades que presentan a partir de una serie de entrevistas que pudimos mantener con adultos y adultos mayores con edades que oscilan entre los 32 y 40 años y en el caso de los adultos mayores entre los 65 y 89 años, todos provenientes de sectores medios. A partir de estas entrevistas, pudimos detectar las barreras que afectan su bienestar, generando en algunas ocasiones procesos de exclusión y, por último, brindaremos de manera general estrategias psicopedagógicas que podrían eliminar o minimizar las barreras para alcanzar bienestar e inclusión atendiendo a las diferentes dimensiones de análisis consideradas desde APE. El objetivo es demostrar que hemos adquirido los conocimientos previstos en los objetivos de aprendizaje expuestos en el programa de estudio de la materia.
Palabras Clave: psicopedagogía clínica; adultos; adultos mayores; dimensiones; barreras; APE;
Introducción:
La psicopedagogía es una interdisciplina (Bertoldi, 2000) que se ocupa de las características del aprendizaje humano en diversos momentos de su vida y que está condicionado por diferentes factores. Las distintas problemáticas se presentan como situaciones atravesadas por múltiples variables, que requieren de una mirada compleja para su comprensión (Páez y Vicente, 2015). Dentro de una sociedad, el rol del psicopedagogo, apunta a mediar, interceder, brindar ayuda o cooperación desde un espacio donde previamente exista una demanda. La demanda es justamente, el acto fundador de la intervención (Carballeda, 2004). En definitiva, los psicopedagogos estamos en la sociedad, debido a que no se puede pensar en la singularidad de un sujeto, aislado del contexto social que es determinante y también lo determina. Todas las experiencias vividas en lo comunitario, transmiten modos de pensar y sentir en cada individuo. A partir de esto, se hace necesaria la búsqueda de relaciones desde nuestra mirada, en ese “otro”, sus lazos sociales, sus relatos que se presentan en el territorio de la intervención. Poder vislumbrar esto nos va a permitir diseñar estrategias que sean beneficiosas para cada sujeto, de acuerdo a sus posibilidades y necesidades.
Es fundamental tener una mirada multidimensional e interdisciplinaria y una escucha flexible, identificando situaciones de malestar con respecto al ciclo vital que está viviendo la persona, y donde nuestro rol apunta a reconocer las barreras en los contextos sociales, comunitarios, institucionales y familiares que generan malestar subjetivo en ese adulto o adulto mayor. En definitiva, la psicopedagogía clínica para adultos y adultos mayores, estará dirigida a aportar conocimientos sobre ese malestar, acompañando la singularidad de esa persona que consulta.
Objetivos:
El presente trabajo tiene como objetivo indagar en los adultos y adultos mayores, sus deseos y necesidades para demostrar que, desde nuestro rol, podemos sin dudas abarcar estas etapas de la vida, aceptando el desafío de movernos frente a lo complejo, lo incalculable, lo impredecible, propio de lo singular, detectando las barreras que afectan y generan malestar. Estas barreras observadas, permitirán tomar una decisión con las estrategias de APE para acompañar la aceptación o inclusión plena del sujeto en cada dimensión, erradicando los malestares de esa interacción. (Martín, 2020)
Metodología:
Partiendo de nuestras propias vivencias, y del diálogo con adultos y adultos mayores, nos parece relevante tomar y trabajar sobre algunos aspectos registrados en la escucha. Las edades de los adultos entrevistados oscilan entre los 32 y 40 años y en el caso de los adultos mayores entre los 65 y 89 años, entendiendo que tanto para el adulto, como el adulto mayor, hay definiciones que incluyen rangos de edad mayores o menores, lo cierto es que, la madurez y el envejecimiento del cuerpo es diferente para cada persona. Creemos que ambas etapas tienen que ver con la autopercepción, y que no existe un adulto o adulto mayor típico o estándar, por lo cual existe mucha disparidad al comparar dos personas de la misma edad. Todas las personas son completamente diferentes, ya sea psíquicamente como físicamente y la edad no tiene que ser un impedimento para nada, mientras se goce de buena salud física y mental. (OMS, 2002)
Resultados:
En el caso de los adultos los deseos y necesidades, se enmarcan en el contexto actual, y derivan de un profundo cambio social, económico y cultural que exige el estar todo el día a “full”, donde el deseo pasa por pasar cumplir con las obligaciones que demanda la vida diaria, pasar tiempo de calidad con los hijos, familia y amigos; estar física y emocionalmente bien, como mujer estar empoderada y deconstruida. También surge en los diálogos, la necesidad de tener un título como condición para conseguir trabajo.
En los adultos mayores en cambio, los deseos y necesidades son propias de una etapa de la vida en la cual observamos que los sujetos experimentan una incomodidad en relación a aspectos bio- psico- sociales. (Romero, 2013)
Los adultos mayores entrevistados coinciden en la necesidad de transitar la vejez con relativa autonomía, sin depender ni requerir asistencia de algún integrante de la familia. Con respecto a esto, uno de ellos manifestó que en ocasiones lo hacen sentir inferior, porque ya cumplió un ciclo, y eso lo angustia.
Acerca de la salud, aspiran a mantenerse sanos y vitales, física y mentalmente.
En relación al contexto económico y social, podemos destacar un relato donde se expresa el afán porque los papás de su nieta puedan brindarle la posibilidad de estudios terciarios/universitarios, con todo lo que ello implica, en una situación de nuestro país cuya economía y política sufre tantas variaciones.
Además, manifestó como la pandemia afectó en su vida social, ya que el encierro lo privó de realizar actividades a las que estaba acostumbrado, afectando así lo emocional.
Por último, también surgió en otra de las entrevistadas, el deseo de continuar con algún proyecto, debido al cese de las actividades laborales realizadas durante toda una vida productiva y al devenir a partir de una etapa distinta en la vida.
A partir de estos relatos, fue posible detectar las barreras que afectan su bienestar, generando en algunas circunstancias procesos de exclusión.
En la dimensión actitudinal; en el caso de los adultos, las barreras devienen de estereotipos sociales y culturales, como la idea de feminismo, el éxito laboral, lo físico y emocional, etc.; generando cierta “presión” y sentimientos de contradicción.
Por otro lado, en los adultos mayores, el malestar emocional, se genera a partir de la estigmatización, y los pre conceptos sobre la vejez, en particular a depender de un familiar. Estas barreras responden a estereotipos y múltiples formas de discriminación propias de la sociedad capitalista, donde la vejez implica perder capacidad para construir un nuevo proyecto laboral y de vida (Rodríguez Ibáñez, 1979), quedando en un rol de pasividad e improductividad (Ciano, 2011). Es ante esto, que dicha etapa es vivenciada como una crisis de identidad, que atraviesa todas las áreas de la personalidad (D´Ana y Hernández 1998).
En la dimensión comunicacional; en el caso de los adultos, el malestar proviene de la dificultad para expresar sus sentimientos más profundos con amigos, producto del impacto de las redes sociales.
Los adultos mayores encuentran una barrera en la comunicación interpersonal, fundamentalmente en la opinión de la familia, haciéndole sentir que no vale nada, porque ya cumplió un ciclo.
En la dimensión programática; las barreras provienen de políticas públicas. En los adultos los cambios en la economía, el mercado de trabajo, la estructura social, la cultura, etc. se traducen en la necesidad de tener un título como condición para conseguir trabajo.
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