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Comunicación Y Estilos


Enviado por   •  23 de Septiembre de 2013  •  1.630 Palabras (7 Páginas)  •  305 Visitas

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Haciendo un poco balance del blog, he descubierto que tengo poquísimos posts de lo que más tiempo dedico al día: la psicología. Así pues, me pongo manos a la obra para nutrir un poco ese apartado. Estos posts sobre psicología hay que cogerlos con pinzas: esto no pretende ser un curso express de “hágase psicólogo en 4 horas”, sino simplemente unos consejos que están fundamentados por un marco teórico y conceptual; vamos, que no son consejos provenientes “de la práctica“, o “de los años“, o “de lo que la vida me ha enseñado“. Dejando eso claro, al lío.

Hoy voy a hablar sobre un problema muy típico: cómo hacer una crítica. Seguro que más de una vez hemos querido decir algo que nos molestaba a alguien, desde cosas tan peregrinas como que nos desagrada su aliento, a cosas más complejas como puede ser decirle a alguien que deje de hacernos bromas pesadas y/o de mal gusto delante de unos amigos o familiares.

En primer lugar, algo que hay que tener siempre muy presente es nuestro estilo de comunicación ante aquellas situaciones que nos descolocan; es decir, ¿cómo verbalizo una situación que me genera malestar? Por regla general, el común de los mortales nos ubicamos en alguno de estos polos:

Estilo pasivo: Es aquel estilo caracterizado por no expresar lo que se siente o se piensa. Se tiende a priorizar el valor de la relación interpersonal antes que las propias necesidades. Se tiende a dar muchos rodeos cuando se quiere pedir algo. En definitiva, es un estilo que no se caracteriza por ser directo, claro y honesto, sino por todo lo contrario. De alguna forma, el estilo sumiso mantiene los conflictos, ya que al no expresar las necesidades, desde fuera parece que no ocurre nada y que todo está bien. Como ejemplo, inventemos a Pepe y a María. Recientemente, en una reunión con la familia de Pepe, María hizo una broma que le sentó mal a Pepe y con la que, desde su punto de vista, se sintió humillado delante de su familia (aunque su familia rió la gracia). Sin embargo, Pepe no ha comentado nada a María por miedo a que se enfade con él, aunque no ha tardado en estar cada vez más callado, cosa que María ha notado, llegándole a preguntar: “¿estás bien? te noto raro estos días” a lo que él le decía un constante “no, no, tranquila, estoy bien“.

Estilo agresivo: Es aquel estilo en el que se priorizan las necesidades personales antes que la relación interpersonal. Se tiende a la imposición de los propios criterios y hay tendencia a culpar a los demás de todos los males. No se suele tener en cuenta que las palabras pueden herir a los demás. Por regla general, este estilo inicia los conflictos. Como ejemplo, volvamos a la situación del caso anterior, salvo que, en vez de ser Pepe y María, ahora son Antonio y Ana. Cuando Ana hace la broma, Antonio no se calla y delante de toda su familia, le dice: “¿Perdona? ¿Pero tú quién te has creido que eres? Imbécil… mira, ¿eh? como me vuelvas a soltar otra así… vamos, vete a reirte de otro, idiota, me vuelves a decir esto y es que flipas…“. Bueno, he sido muy políticamente correcta con el diálogo.

¿Te ubicas en alguno de estos estilos? Hay que decir que no son estilos puros y suele ser bastante típico tener un estilo pasivo-agresivo, que es cuando tragamos durante mucho tiempo una situación que nos incomoda hasta que no podemos más y soltamos nuestro malestar de una forma agresiva.

Bueno, pues ahora viene la mala noticia: si bien estos estilos de comunicación son muy típicos y naturales (y en algunos contextos pueden llegar a ser hasta adaptativos) no nos van a ayudar mucho a la hora de hacer una crítica a alguien. El pasivo porque no podría hacerla, y el agresivo porque corre el riesgo de cargarse la relación o de deteriorarla. Para ello, debemos tener en cuenta un tercer estilo comunicativo que cogería las cosas buenas de ambos estilos: y ese no es más que el estilo asertivo.

La asertividad es un estilo de comunicación del que se habla mucho y sobre el que gira mucho marketing. “Aprenda a ser más asertivo en 2 horas“, “El manual definitivo de la asertividad“, “Aprenda a ser asertivo mientras duerme“, etc. Son exageraciones personales, pero no deja de tener algo de razón. Hay que decir que ser asertivo es difícil porque es un tanto antinatural. Cuando alguien nos hace una crítica, generalmente la percibimos como una amenaza y, ante las amenazas, actuamos para protegernos. A nadie le gusta que le digan que le huele el aliento o que hace bromas pesadas. Las críticas pueden entrar en conflicto con nuestro autoconcepto, suponiendo una potencial brecha para nuestra identidad. Y de igual forma, cuando hacemos una crítica, tenemos que tener presente que el mismo proceso que nos sucede a nosotros, la persona a la que hagamos la crítica, pasará por lo mismo, de ahí la importancia

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