Concientizacion De Genero
alexr25716 de Septiembre de 2014
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Estructura-funcion de la celula nerviosa
Dirección del impulso nervioso
Neuroglias
Nervios espinales
Corte transversal medula espinal
Meninges del sistema nervioso
Nervios craneales
Lobulos cerebrales
Fisura central y lateral
Telencefalo
Órganos sensoriales
Areas del cerebro
Genética
La homosexualidad podría remontarse a unos mil millones de años atrás, cuando la aparición de los organismos procariotas trajo aparejado el advenimiento de una gran revolución evolutiva: la invención del sexo. Tal revolución le imprimió una mayor dinámica al incipiente desarrollo orgánico, al coste de los naturales azares y disyuntivas que suelen acompañar a todo proceso complejizador. Una de estas disyuntivas fue la conducta homosexual.
La aparición de la homosexualidad a nivel evolutivo se relaciona directamente con una crisis. Problemas de orden alimentario o sobrepoblacional, más la consecuente represión, hacinamiento, e implícito riesgo extintivo, pueden presionar marginales tendencias homosexuales en ciertos individuos de una gran masa poblacional; creando así un mecanismo para hacer frente a sus latentes períodos críticos, regulando la propia propagación de la vida.
El reservorio hormonal de estrógenos y testosterona que comparten machos y hembras de diferentes especies se trata simplemente del desarrollo de una plasticidad subyacente que tiene como propósito responder, entre otras cosas, a los mencionados periódicos críticos.
Esto derrumba un mito que trata de otorgarle una base genética a la homosexualidad, aspecto sobre el cual no existe evidencia comprobada.
La actual estructura genética humana carece de mecanismos para originar una tercera opción sexual. Incluso la existencia de rasgos del sexo opuesto en ciertos individuos no obedece a causas genéticas, sino que a trastornos de tipo hormonal, o a consecuentes alteraciones en el desarrollo cerebral.
No existen entonces, órdenes genéticas para crear organismos homosexuales. De hecho los genes no determinan la conducta, no producen emociones, ni pueden generar pensamientos. Tan sólo producen proteínas que transportan mensajes al cerebro, en respuesta a los estímulos recibidos del medio ambiente. Lejos de poseer autonomía informativa. Los genes no pueden eludir una ley básica de la vida inscrita en la misma teoría evolutiva darwiniana: la selección. Selección que opera sobre la variabilidad genética, favoreciendo el mayor éxito reproductivo entre machos y hembras.
La evolución no avala ni condena la homosexualidad en un sentido moral sino que la describe como una alternativa para responder a crisis puntuales.
Con todo, el que la evolución cultural haya tratado de normalizar y naturalizar las prácticas homosexuales, dice mucho acerca de la magnitud continuada de su crisis, al menos en el breve lapso evolutivo de los últimos 26 siglos en que ha prosperado la autoaferración simbólica endógena. Pero ello también habla de la búsqueda de una tolerancia cultural para con los individuos sexualmente segregados del extenso devenir evolutivo complejizador heterosexual.
Según la fuente anterior no hay seguridad hasta ahora de que exista una realidad genética o biológica que sea suficiente como para considerar que la homosexualidad puede ser trasmitida por herencia, o que haya podido ser adquirida antes del nacimiento por una insuficiente aportación de andrógeno al feto.
En el siglo XIX el neuro-psicólogo alemán Richard Von Krafft-Ebing consideró la homosexualidad una “degeneración neuropática hereditaria” que supuestamente se agravaba con la excesiva masturbación; mientras que César Lombroso, uno de los máximos respresentantes de la Antropología Criminal, se basaba en la Frenología y sustentaba la teoría de la degeneración. Así, locos, delincuentes, prostitutas, minorías étnicas y homosexuales fueron degradados, excluidos y marginados bajo los auspicios de la ciencia.
Más tarde en 1952 Kallman postula la teoría genética, que fue una de las primeras explicaciones científicas de la homosexualidad y aseguraba que la orientación homosexual venía dictada por los genes; es decir, que las personas heredaban la homosexualidad. No ha tenido, de todas formas, al igual que las anteriores, pruebas que confirmen el estudio, y sus conclusiones han sido, por lo tanto, descartadas.
Sin embargo, según informes de científicos italianos en 2007, además del ambiente cultural y las experiencias de los primeros años de vida, los factores genéticos también contribuyen a la homosexualidad masculina.
Éstos investigadores pertenecientes a la Universidad de Padua dijeron que hay componentes genéticos vinculados al cromosoma X, que es heredado solamente de la madre; pero, también podrían hallarse en otros cromosomas y esto, en parte, podría explicar la homosexualidad masculina.
La encargada de la dirección del estudio, Andrea Camperio Ciani dijo que el factor clave es que estos genes influyen sobre la homosexualidad masculina, proporciona mayor fertilidad a las mujeres y se heredan de la madre, no del padre.
Basándose en la evidencia hallada en Estados Unidos de un “gen gay” en algunos hombres, el equipo de investigadores italianos indicaron que varios genes podrían estar involucrados en este proceso, incluidos los que están en el cromosoma X.
Publicaron los resultados de su investigación en la revista Proceedings of the Royal Society, y expresaron que hallaron mayor incidencia de homosexualidad en la línea materna de los hombres homosexuales estudiados, lo que apunta al cromosoma X.
Según la directora muchos factores genéticos pertenecen al cromosoma X , ya que entre los parientes de los hombres gay se detectó mayor incidencia de homosexualidad en la línea materna, así como mayor fertilidad entre las mujeres de dicha familia.
Así mismo, el estudio habló de un interés prematuro, que es también un indicador de homosexualidad.
Según ésta fuente, no podemos seguir diciendo que es imposible que exista un gen que influya sobre la homosexualidad, lo cual genera nuevamente dudas en lo que son las causas de éste fenómeno.
Homosexualidad en la Antigua Grecia
Para otros usos de este término, véase Homosexualidad en Grecia.
Escena de cortejo pederasta
Detalle de una vasija de figuras negras ática, del siglo IV a.C.
En la antigüedad clásica escritores como Heródoto,1 Platón,2 Jenofonte,3 Ateneo4 y muchos otros exploraron los aspectos del amor homosexual en la Antigua Grecia. La más extendida forma de relación sexual homosexual se daba entre hombres adultos y chicos adolescentes, conocida como pederastia. No está claro cómo se veían las relaciones entre mujeres en la sociedad, pero existen ejemplos tan antiguos como el de Safo de Lesbos.5
La forma más común de relaciones sexuales entre hombres en Grecia era la paiderastia, combinación de dos vocablos griegos: παιδ- (raíz de παῖς, παιδός, 'niño' o 'muchacho') y ἐραστής (erastēs, 'amante'; cf. erotismo). De este término, que significaba 'amor de niño', proviene la palabra pederastia. La pederastia, tal como se entendía en la antigua Grecia, era una relación entre un hombre mayor y un joven adolescente. En Atenas el hombre mayor era llamado erastés y se encargaba de educar, proteger, amar y dar ejemplo a su amado. El joven era llamado erómeno y su retribución al amante era su belleza, juventud y compromiso.
Existían elaborados protocolos sociales para proteger a los jóvenes del deshonor asociado a ser penetrado. Se esperaba que el erómeno respetara y honrara al erastés, pero no que lo deseara sexualmente. Aunque ser cortejado por un hombre mayor era prácticamente una prueba de hombría para los jóvenes, un joven con deseo sexual recíproco para con su erastés debía afrontar un estigma social considerable.5
Los antiguos griegos, en el contexto de las ciudades-estado pederastas, fueron los primeros en describir, estudiar, sistematizar y establecer la pederastia como institución social y educacional. Era un elemento importante de la vida civil, militar, filosófica y artística.10 Existe cierto debate entre los expertos sobre si la pederastia se daba en todas las clases sociales o si estaba mayoritariamente limitada a la aristocracia.
La moralidad de la pederastia fue exhaustivamente analizada en la Antigua Grecia, siendo considerados algunos de sus aspectos como infames y otros como lo mejor que la vida podía ofrecer. En el diálogo platónico de las Leyes, la pederastia carnal es descrita como "contraria a la naturaleza"; sin embargo, los interlocutores de este diálogo reconocen que una iniciativa por la abolición de la pederastia sería impopular en la mayoría de las ciudades-estado griegas.
wikipedia.org/wiki/Homosexualidad_en_la_Antigua_Grecia
HISTORIA DE LA HOMOSEXUALIDAD
Wayne R. Dynes y Stephen Donaldson
("Encyclopedia of homosexuality", 1990)
Hasta el siglo XX no se conocía prácticamente nada sobre la historia mundial de la homosexualidad, ya que existía en la vieja mentalidad occidental un tabú de inspiración religiosa que impedía su investigación y divulgación. Sin embargo la investigación histórica de la homosexualidad, que empezó en Berlín en 1899,
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