De las estrategias de aprendizaje al desempeño estratégico

Mtro. Hiram Salome Padua

hsalomep@yahoo.es

DE LAS ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE AL DESEMPEÑO ESTRATEGICO

Introducción

Una de las dificultades que se siguen experimentando en cualquier contexto educativo, radica en la poca habilidad por parte de los estudiantes para movilizar sus recursos cognitivos (técnicas, procedimientos, estrategias y habilidades) al momento de aprender o resolver diversas situaciones. El origen de estas dificultades muy probablemente radica en la forma en que se siguen concibiendo los procesos de enseñanza y aprendizaje; mientras los docentes sigan centrando la mirada en enseñar contenidos, o mejor dicho, en exponerlos y otorgar poco tiempo a favorecer el aprendizaje estratégico de los estudiantes no se logrará transitar a un uso consciente de estrategias que favorezcan el desarrollo cognitivo de los estudiantes. Para el logro de este proceso existen diversos aspectos que hay que considerar y que a continuación se presentan en este documento.

El primer aspecto que se debe contemplar es la forma en la que el concepto de estrategias de aprendizaje se ha ido modificando en las últimas décadas. Dichas estrategias, en sus inicios cobraron auge como técnicas de estudio, es decir, como herramientas que podrían ayudar a los estudiantes a desempeñarse de mejor manera en el ámbito académico; posteriormente el interés se centró en diferenciar las técnicas de estudio de las estrategias de aprendizaje, asumiendo a las estrategias como conscientes e intencionales dirigidas al logro de un objetivo relacionado con el aprendizaje (Monereo, 1994). Más tarde, la discusión se orientó a valorar si las estrategias de aprendizaje debían enseñarse independientemente de los contenidos educativos como programas compensatorios, por ejemplo, el enriquecimiento instrumental de Feuerstein (1980) o  filosofía para niños de Lipman (1969), o debían ser parte desde las propias asignaturas; y en los últimos años, la atención se ha enfocado en enfatizar la importancia que juega el contexto, el self, las emociones y la mediación social (Monereo, 2007). Es conveniente enfatizar que los diversas formas de asumir los procesos de enseñanza y aprendizaje del pensamiento estratégico siguen presentes en diferentes contextos escolares.

No obstante desde la definición misma de lo que son las estrategias (asociadas de origen al ámbito militar), se omitió de manera inicial que las estrategias militares siempre se dan en un contexto específico, ajustadas a las características del enemigo y consciente de los recursos con los que se cuentan para lograr la victoria. En este caso se cree que lo que ha faltado es una mirada integradora o comprensiva de dichos elementos, y que el aprendizaje estratégico exige tomar en cuenta un conjunto de variables que se han abordado de manera aislada, tratando de explicar los procesos involucrados en el aprendizaje.  El presente documento apunta a aportar una mirada integradora de los elementos involucrados en el aprendizaje estratégico.

El Aprendizaje Estratégico: Fundamentos Teóricos

Asumir una postura teórica desde la cual explicar cómo se enseñan y aprenden las estrategias de aprendizaje es un poco riesgoso, primero porque existen diversas posturas teóricas que aportan a la comprensión de dicho fenómeno y en segundo lugar, por la distancia existente entre lo que las teorías explican y lo que ocurre en las aulas. No obstante, la propuesta vygptskiana, abona ideas claves respecto a cómo ocurre el aprendizaje estratégico. Para Vygotsky (1989) la ley fundamental de la adquisición del conocimiento (Ley de la doble formación) ocurre primero de manera interpsicológica, es decir, en plano social; y gracias a la interacción o mediación social posteriormente el sujeto es capaz de internalizar dichos procesos (plano intrapsicológico). La ley de la doble formación apoya la idea de que las capacidades cognitivas se transmiten gracias a la interacción social y dichas capacidades (estrategias de aprendizaje) se movilizan en contextos específicos.

Otro concepto fundamental para el aprendizaje estratégico propuesto por Vygotsky es la zona de desarrollo próximo (ZDP). En palabras de Elosúa (1993), la ZDP es la distancia entre el nivel real de desarrollo, determinado por la capacidad de resolver independientemente un problema y el nivel de desarrollo potencial, determinado a través de la resolución de un problema con ayuda. Las estrategias de aprendizaje son claves para favorecer el desarrollo próximo, ello obliga al docente a determinar con claridad cuáles son las estrategias de aprendizaje que el estudiante  requiere desarrollar e incluso determinar qué estrategias de aprendizaje ya poseen.

Por tanto, amparado en los principios vygostkianos, el docente debe intervenir de manera inversamente proporcional  al nivel de desarrollo efectivo y potencial que el estudiante presenta; es decir, mientras más dificultades experimenta el estudiante para desempeñarse, más apoyo se requiere por parte del profesor, por ejemplo, un estudiante que muestra dificultades para realizar análisis de textos, el docente le debería proporcionar las ayudas requeridas. No obstante para que esto ocurra, se deben tener en cuenta algunas cuestiones.

De las teorías a las prácticas, las diferencias que en teoría no existen

¿Por qué la teoría no responde a lo que ocurre en la realidad? Para responder a esta primera cuestión,  conviene recordar  a Jackson (2001) quien asume que las teorías que proporcionan los expertos respecto al proceso de aprendizaje tienen un valor inferior para los profesores, en la medida que estos últimos se enfrentan a un contexto donde la complejidad es latente, no sólo por lo complejo del propio ser humano sino además, porque la interacción con los estudiantes está impregnada de ambigüedades e incertidumbres, lo que altera los planes y al mismo tiempo parece que las teorías no son suficientes para explicar todos los eventos que en el aula ocurren. Ante esa complejidad los docentes lejos de actuar como lo indica la teoría (lo que saben que está bien), actúan de acuerdo a lo que piensan o sienten. Pero ¿qué implicaciones tiene lo que piensan y sienten los docentes en el aprendizaje estratégico? y en consecuencia ¿por qué las teorías no son suficientes?

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