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Desarrllo Afectivo Del Niño


Enviado por   •  5 de Noviembre de 2013  •  2.230 Palabras (9 Páginas)  •  226 Visitas

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Desarrollo afectivo:

La teoría de la práctica psicoanalítica ha esclarecido el complicado mundo de la afectividad de los niños gracias a la hipótesis de la experiencia de la vida anímica inconsciente, cuya influencia en la elaboración de los afectos que gobiernan la conducta de los individuos es fundamental. La evolución de los afectos de la infancia llega por tanto a su fin; la infancia misma está a punto de terminar, de manera relativamente abrupta, con la irrupción de los primeros cambios fisiológicos debido a la pubertad.

La intensidad de los conflictos emocionales de la pubertad y adolescencia es tal que es probable que las anteriores emociones aparezcan minimizadas.

La encrucijada de los diez años.

Los diez años es el punto crucial de la infancia. Aquí ocurren los logros y adquisiciones anteriores, las experiencias traumáticas y los fracasos, y se reelaboran en función de las nuevas coordenadas psíquicas en las que el niño se mueve.

A dar entrada a la comprensión de los valores y conceptos abstracta, la mecánica de su pensamiento ha variado cualitativamente, poco tiempo atrás, el niño no acertaba a visualizar las motivaciones de los mayores y difícilmente se interesaba en cuestiones complejas. Ahora se interesa vivamente en todas estas cuestiones, indaga las razones de las cosas, opina, discute, reflexiona, critica.

Pensamiento y afectividad.

Debido al crecimiento psicoafectivo en el niño se producen los cambios en la estructura del pensamiento; muchos maestros comprueban diariamente en sus clases que la madurez no tiene porque guardar relaciones estrechamente con el crecimiento del niño.

Gracias al proceso de interiorización de los cambios experimentados, la maduración del pensamiento. El final de la infancia suele ser, un periodo especial gratificante para el niño. La liquidación del complejo de Edipo y la asunción de la prohibición del incesto han sido la ceremonia de iniciación del pequeño en el mundo de los adultos.

Preferencias y afecciones.

Puede decirse que los intereses afectivos del niño, se trasladan desde lo puramente pulcional; el niño deja de mostrarse infantil y caprichoso, aprende a tener paciencia cuando la situación lo requiere, e incluso puede llegar a preferir la dificultad a la velocidad. No hay que pensar que el niño este ahora renunciando a la fantasía y a la imaginación sino que pone en procedimientos mentales al servicio de intereses más permanentes.

Los primeros noviazgos.

Los primeros amores infantiles movilizan un flujo de emociones considerable con intensidad desacostumbrada. En ello cabe observar básicamente las pruebas de un desarrollo sano y feliz de sus protagonistas: la interiorización de las prohibiciones edípicas y una disponibilidad práctica y efectiva hacia relaciones amorosas heterosexuales extra familiares.

En los primeros noviazgos los contactos propiamente sexuales son escasos y limitados, besos, abrazos caricias son sus manifestaciones más frecuentes, aunque en ocasiones lleguen a producirse contactos propiamente sexuales, n general limitados a la mutua exhibición d la desnudez o a las caricias genitales.

La curiosidad anatómica.

Las primeras manifestaciones heterosexuales se presentan tempranamente en los niños, entre los cuatro y nueve años, y coinciden con diversos momentos críticos de su desarrollo afectivo y psicosexual. El desconocimiento de la anatomía del otro sexo, las tenciones de la situación edipica, y también una sincera y despreocupada búsqueda de placer, conducen a los clásicos juegos de papá y mamá o a médicos. En el transcurso de tales actividades, conscientemente sustraídas a las miradas adultas, niños y niñas se desvisten, exploran, comparan, observan y tocan. Hay que tener en cuenta que flota sobre los niños un aire de vaga culpabilidad, de prohibición de tensión y misterio que no convierte a asociar, brusca y definitivamente con lo sexual.

Las relaciones de amor.

El mismo proceso de identificación con os adultos, una vez satisfecha la curiosidad, que es el móvil principal de los contactos entre los dos sexos, conduce entre los siete y los diez años a los primeros noviazgos. Ante estos acontecimientos, padres y educadores deberán mantenerse en un segundo plano, si su intervención no es realmente imprescindible o directamente solicitada.

Desarrollo de la inteligencia.

La maduración del pensamiento lógico.

Dentro del estadio de las operaciones concretas del desarrollo cognitivo, en el que el niño permanece todavía a los nueve y diez años de edad, están aflorando nuevas capacidades para el razonamiento lógico que ya permiten, en procesos muy sencillos, resolver operaciones abstractas anunciadas mediante hipótesis o datos verbales.

Las transformaciones y la conservación.

Uno de los experimentos utilizados por Piaget para verificar las características del razonamiento infantil, es la pruebe de la disolución del azúcar. El niño de cinco años, viendo desaparecer un terrón de azúcar al disolverse en un vaso de agua, responde simplemente que ha desaparecido. A partir de los siete, ocho años aunque no sea capaz aun de argumentar correctamente, opinara lo contrario: que aun sigue existiendo en el agua.

La idea de transmutación es bastante socorrida en estas edades, los más avanzados pueden responder que los granos de azucares han ido transformando en fragmentos cada vez más pequeños, que dan al agua un sabor azucarado, en este ultimo razonamiento se construye una primera aproximación a la idea de anatomismo.

La adquisición de la noción de conservación frente a las transformaciones se extiende prácticamente a lo largo de todos los años que abarca la infancia intermedia. Antes de cumplir los diez años el niño admitirá el aumento de peso total una vez disuelto el azúcar en el agua, y por lo tanto su conservación.

La memoria y el aprendizaje.

La memoria podría definirse como la capacidad del individuo para almacenar información y recobrarla posteriormente en condiciones de utilizarla; facultad que el niño va desarrollando con la edad pero en particular durante el periodo de las operaciones concretas.

La capacidad de organizar el material que debe ser recordad, la habilidad para clasificarlo o agruparlo en torno a determinadas claves, la posibilidad de crear imágenes mentales, o de asociar , en base a características

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