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Desarrollo De A Personalidad


Enviado por   •  25 de Octubre de 2013  •  1.929 Palabras (8 Páginas)  •  272 Visitas

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Desarrollo de la personalidad y de la identidad

Susan Harter*

Formación de la identidad

La manifestación de diferentes personalidades en distintos contextos sociales es causa de preocupación, ya que el adolescente lucha para reconciliar esas diferentes personalidades y para determinar cuál es el “verdadero yo”. La experimentación con el personaje propio, y la determinación de si éste provoca afirmación o denigración de parte de los demás, suele ser una experiencia emocional para el adolescente preocupado por el desafío de la definición de sí mismo.

Los adolescentes que recorren exitosamente el proceso del desarrollo de la identidad llegan a adquirir un sentido claro y consolidado de verdadera identidad que es realista y que incorporan, el que servirá de base a un posterior desarrollo de la identidad. Cuando no se logra salir con éxito, pueden originarse varios riesgos psicológicos potenciales, entre ellos: un concepto de sí mismo distorsionado o irreal, la incapacidad de integrar la personalidad a muchos papeles, manifestaciones inadaptativas o perturbadoras de identidades falsas y definiciones de la identidad que responden, sobre todo, a los criterios y deseos de los demás.

Las publicaciones revelan que la autoestima positiva sirve de defensa ante la tensión y suele asociarse con una amplia gama de estrategias productivas de adaptación. Además, se vincula claramente con mayor motivación y estados emocionales positivos. En cambio, los individuos con baja autoestima corren más riesgos de trastornos emocionales y de conducta tales como ansiedad, depresión y falta de motivación o energía.

La naturaleza del concepto de sí mismo del adolescente

Las descripciones de sí mismos a menudo representan abstracciones acerca de la personalidad: generalizaciones de orden superior vueltas posibles por los adelantos cognoscitivos que emergen durante el periodo al que Piaget llamó pensamiento operativo formal. Es decir, ahora el adolescente puede incorporar descripciones concretas de su personalidad (por ejemplo, buen escuchador, capaz de considerar el punto de vista del otro) a una generalización de orden superior acerca de su identidad, como por ejemplo “tolerante”.

El análisis de Damon y Hart ofrece una perspectiva interesante del desarrollo, acerca de estos procesos. Observan que en la niñez y en la adolescencia temprana, los juicios acerca de sí mismos dependen mucho de la comparación social. Sin embargo, existe un esperado cambio normativo al final de la adolescencia, hacia atributos propios definidos en términos de creencias personales y de criterios incorporados. Su análisis implica que los individuos que no avanzan a esta etapa sino que siguen dependiendo sobre todo de criterios y comparaciones sociales pueden estar en riesgo porque no han desarrollado el sentido incorporado, relativamente estable de identidad que constituirá la base del subsecuente desarrollo de la identidad.

Integración de múltiples conceptos de sí mismo en una teoría unificada de la personalidad

Los estudios del desarrollo documentan que durante la adolescencia media (de los 14 a los 15 años), los individuos no sólo detectan inconsistencias en sus diversas identidades relacionadas con sus roles (con los padres, amigos, compañeros románticos), sino que esas contradicciones también los turban y confunden mucho, más que en el caso de los grupos de más jóvenes (11 a 12 años de edad) o de mayores (17 a 18 años).

Los comentarios típicos de adolescentes jóvenes, a los que no preocupa una contradicción potencial, incluyen: “Bueno, eres gentil con tus amigos y después malo con la gente que no te trata con amabilidad; no hay problema”.

Sin embargo, entre adolescentes medios, los comentarios cuentan una historia bastante diferente: “Creo en verdad que soy una persona feliz y deseo serlo con todo el mundo, pero me deprimo con mi familia y en verdad me enoja porque no es así como deseo ser”, observó un niño de 14 años.

Los adolescentes mayores, que ya no experimentan conflictos, dieron el siguiente tipo de explicaciones: “Algunas veces es divertido ser peleonero pero otras veces sólo deseas estar tranquilo; realmente necesitas ser ambos con buenos amigos”.

Fluctuaciones en la personalidad

Debido a la lucha activa del adolescente con múltiples personalidades relacionadas con sus roles, incluyendo discrepancias entre sus identidades actuales e ideales así como tensión entre las verdaderas y las falsas, no ha de sorprender que la personalidad del adolescente fluctúe a lo largo del tiempo y conforme a las situaciones.

Por último, la condición ambigua de la adolescencia en la sociedad norteamericana contribuye a la confusión. Puesto que no hay parámetros de edad claros que señalen cuándo se inicia o termina este periodo, se puede ser tratado como niño por algunos, como adulto por otros y como de una condición incierta por otros, con los que se tienen relaciones.

Factores que influyen en la autoestima global

Para James, los individuos poseen un sentido general de autoestima así como juicios de sí mismos más discretos acerca de sus competencias en campos específicos. El sentido global de aprecio que se tiene se basa en lo adecuadamente que uno se comporta en campos en los que se considera que el éxito es importante. Una elevada autoestima resultaría, razonó, si se lograran resultados adecuados en los campos considerados importantes. Se tendría una baja autoestima si uno se sintiera inadecuado en esos mismos campos. El éxito en las áreas valoradas no importantes por el individuo tendría muy poco impacto en la autoestima.

En cambio, Cooley, así como Mead, postuló que la identidad era una construcción social que implicaba la incorporación de las actitudes de las personas importantes. Por ello, el individuo imita las actitudes que los demás tienen hacia él; estas evaluaciones reflejas definen entonces lo que Cooley describió metafóricamente como la “identidad del espejo”. Ahora bien, como lo dice nuestra narradora prototípica: “Es importante lo que los demás piensan, sobre todo los demás chicos de la escuela. Importa si ellos te aprecian”.

Formación de la identidad

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