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Desarrollo Del Nino Escolar

ELIZAFJ22 de Febrero de 2013

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Unidad 5, Tema 1 Desarrollo del Niño en edad escolar

Desarrollo moral:

El desarrollo moral se enfatiza en la edad escolar, es decir, a los 6 años, donde despierta la conciencia moral, esa voz interior que indica lo que está bien y lo que está mal. Es fundamental ayudar al niño a escucharla porque si no lo hace con el tiempo lo acalla.

Hasta los 7 u 8 años, el niño transita una etapa llamada heteronomía (la ley la pone otro) o ley del padre o moral del deber. En esta etapa la ley moral es la obediencia porque el adulto significativo es visto como omnipotente. Lo que él diga será palabra sagrada. Las reglas impuestas son inquebrantables y no existen atenuantes. Por esta razón el niño de esta edad se sentirá bueno si obedece.

Luego de esta edad, el niño entra en la moral de cooperación (coincide con la edad de grupo): la ley moral para el niño es la justicia (primero será la retributiva, o el ojo por ojo, y luego la distributiva, para cada uno lo que se merece o necesita según las circunstancias). Existe una fuerte influencia del mundo de pares. Las reglas pueden ser sometidas a la discusión del grupo.

A partir de los 10 o 12 años, el niño estaría moralmente apto para comenzar el camino hacia la autonomía. Esto es posible si la ley se ha internalizado y si ha logrado adherir afectivamente a los valores transmitidos. El desarrollo moral es un proceso dual. Es proceso porque el niño no se puede juzgar como un producto. Esta en continuo camino de aprendizaje y crecimiento. Y es dual porque este desarrollo no es solo producto de su evolutiva natural sino también de la guía y enseñanza de sus educadores.

Conciencia moral:

Hay que distinguir entre consciencia y conciencia. La consciencia es todo estado mental opuesto a la inconsciencia (es la pérdida del sentido de la realidad). La conciencia es un término más amplio. Se refiere a reconocer el sentido más relevante de algún aspecto de la realidad.

La conciencia moral, en lenguaje popular y como ya fue dicho, es esa voz interior que nos obliga a actuar de una forma y también nos dice si son correctas o no nuestras acciones. Precisando un poco podemos decir que la conciencia moral es la capacidad de juzgar las acciones, no solo las nuestras sino también las de los demás, como buenas o malas. Es la que orienta nuestra conducta en la dirección que la persona considera correcta. Para juzgar y dirigir las acciones la conciencia se sirve de principios, es decir, de la moral con la que cada persona rige su vida. Estos principios que forman la moral pueden venir impuestos desde fuera. En este caso hablamos de heteronomia, de moral heterónoma o conciencia heterónoma. Pero puede ser la persona misma las que se los imponga racional y libremente. En este otro caso hablamos de autonomía, de moral autónoma o conciencia autónoma.

La conciencia moral se desarrolla en el niño en una forma natural por la acción educadora que va realizando la socialización, lo que al parecer es innato, de hecho llega al individuo por una experiencia sensible sobre lo que está bien y sobre lo que está mal. Al niño en desarrollo se le enseña que el obrar bien tiene su premio, y el obrar mal tiene su castigo.

A nivel social y cultural:

Las personas empezamos a aprender las normas y principios morales en la sociedad en la que vivimos: familia, escuela, grupo de amigos y otros agentes de socialización como la televisión. El proceso a través del cual aprendemos y asumimos los principios y normas morales y todas las manifestaciones culturales de nuestra sociedad se llama socialización. A través de este proceso nos adaptamos e integramos en nuestra sociedad.

Relacionada con la socialización esta la endoculturación, que es la tendencia de las generaciones más jóvenes a imitar los patrones de conducta de las generaciones adultas. Estas últimas son las que tienen el poder de premiar y quedan programados, por así decir, para repetir los comportamientos dominantes en una sociedad determinada.

A nivel individual:

Crecimiento moral del individuo: según algunos autores contemporáneos, como Lawrence Kohlberg hay que tener en cuenta además de los factores socioculturales, la evolución moral de la persona. Evolución que se produce en el modo de razonar acerca de las cuestiones morales de juzgar sobre ellas.

Habría que decir, por tanto, que en principio las normas morales nos vienen impuestas desde fuera. Pero esto no significa que seamos heterónomos. Actuamos autónomamente cuando decidimos reflexivamente que normas o principios consideramos buenos y cuáles no.

Conducta moral:

Se considera como conducta moral toda aquella que nos permita la interacción y que cumpla con una serie de reglas, para poder relacionarnos con otros miembros de un grupo social en que se vive. Es el conjunto de acciones por las que tenemos que responder, justificándolas responsablemente. Ser moral o tener una conducta moral significa no solo evitar el mal, sino también hacer el bien. Por ello en ocasiones es necesario tener el valor de enfrentar “al código moral” de nuestro entorno cultural. El ser humano decide lo que tiene que hacer en cada situación, hecho que se afianza en la edad escolar.

La acción de ser libre y responsable significa que, desde nuestra inteligencia, respondemos a los estímulos con conductas que elegimos según nuestros criterios y escala de valores.

Conducta inmoral:

Es el comportamiento que no se conforma con las expectativas sociales. Esa conducta no se debe a ignorancia de dichas expectativas, sino a la desaprobación de las normas sociales o la talla de sentimientos de obligación de apegarse. Una conducta inmoral es toda aquella que no cumple con las reglas ya establecidas para convivir dentro de una sociedad. Este tipo de conductas por lo general, se dan por causa de rebeldía de una(s) persona(s) que no se encuentra(n) a gusto con las reglas de moralidad que ha establecido la sociedad.

Conducta amoral:

Se debe a la ignorancia de lo que el grupo social espera. Una persona amoral, carece de moral, por lo que no puede juzgar sus actos como buenos o malos, correctos o incorrectos.

Un punto esencial en el aprendizaje de cómo ser una persona moral, es el desarrollo de una conciencia moral. Según la tradición los niños nacen con una conciencia, o sea, la capacidad de conocer el bien y el mal. Hoy en día se acepta ampliamente que ningún niño nace con conciencia y que todos no solo deben aprender lo que es correcto o incorrecto, sino también a utilizar la conciencia como control para su conducta.

Además mediante investigaciones se pudo demostrar que:

• No es un fenómeno de la adolescencia; de lo contrario se da en la niñez y es más visible en la adolescencia.

• El ambiente del hogar así como el más cercano al niño tiene una gran influencia sobre el desarrollo moral de este.

Juicio moral:

Se llama juicio moral a aquel acto mental, que afirma o niega el valor moral ante una situación determinada o un comportamiento del que somos testigos, es decir, el juicio moral que se da como resultado; se pronunciara específicamente sobre la presencia o ausencia de ética en un hecho o actitud. Los juicios morales son posibles gracias al sentido moral que cada ser humano posee. Este sentido moral es el resultado de los esquemas, normas y reglas que hemos ido adquiriendo y aprendiendo a lo largo de nuestra vida. En primera instancia será la familia, los padres, los abuelos, quienes nos transmitirán esa información y preceptos, luego, las instituciones educativas en las cuales intervengamos y en última instancia, el medio ambiente en el cual nos desenvolveremos; el cual también nos ira diciendo e indicando que está bien, que está mal, nos guiara sobre lo bueno, lo malo, entre otras cuestiones.

Entonces, llegado el caso de tener que emitir un juicio moral ante determinada circunstancia, todo ese bagaje, al automáticamente revisar nuestra propia experiencia como consecuencia del pedido de expresar un juicio, pondrá inmediatamente a nuestra disposición todas esas enseñanzas, creencias y consideraciones acerca de lo bueno y lo malo, que tanto la familia, la escuela y la sociedad nos han ido enseñando y que nos ayudaran a determinar si ese acto o comportamiento se encuadra en algo bueno, malo, aceptable o no.

Modos de aprendizaje de la moralidad:

Papel de la Conciencia:

La conciencia se entiende como la capacidad de valorar el presente. Se refiere a la capacidad que nos indica que está bien o mal. Estas valoraciones del instante que acontece, permiten al niño y al adulto percibirse a sí mismo como alguien para modificar su entorno o por el contrario, como alguien sujeto a unas restricciones que le superan. Tenemos conciencia cuando sabemos lo que está aconteciendo en nuestro yo y otorgarle un concepto, ya en lo que es propio de nuestro mundo interior, ya en lo que es el mundo exterior que en él se refleja. La conciencia predispone a las personas a actuar de forma equilibrada entre su cosmovisión y los hechos percibidos en el presente.

La culpa:

El diccionario define las palabras “culpa” como un “sentimiento de responsabilidad o de remordimiento por alguna ofensa, crimen o equivocación, ya sea este real o imaginaria”. La culpa es esa parte de la conciencia humana que nos confronta y nos condena por acciones y pensamientos. La culpa es un rasgo inherente al ser humano que debería

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