Desarrollo de la percepción humana
Enviado por Mariacnigrinis • 20 de Septiembre de 2018 • Reseñas • 1.103 Palabras (5 Páginas) • 71 Visitas
Desarrollo de la sensopercepción humana
Coren, S., Ward, L., & Enns, J.(2001). Sensación y percepción. McGraw-Hill. Quinta edición. Interamericana Editores.
María Camila Nigrinis
El libro Sensación y Percepción está dirigido a un público académico enfocado en el área de la psicología en el desarrollo humano. El propósito de esta reseña es abordar la interrelación existente entre la edad cronológica del ser humano y el desarrollo de sus capacidades perceptuales. El texto está estructurado en tres partes: la primera, describe las generalidades perceptuales en neonatos e infantes. La segunda, se centra en las variaciones perceptuales a través de la niñez. La tercera, da cuenta de los cambios perceptuales en adultos mayores conforme su edad aumenta a partir de una media de 60 años.
En primer lugar, tenemos la percepción en bebés, una investigación difícil de llevar a cabo dado que, en sus primeros meses de vida, estos producen solo una lista limitada de conductas observables. Sin embargo, pese a estas dificultades, es posible determinar la capacidad perceptual de los mismos con respecto a las funciones básicas que estos desarrollan en torno a la respuesta a determinados estímulos manifestada en: movimientos oculares y atención visual, agudeza visual, sensibilidad a la brillantez y al color, discriminación de patrones, percepción de objetos, audición y, por último, el tacto, dolor, gusto y olfato.
Con respecto a los movimientos oculares y la atención visual, se pueden diferenciar distintos tipos de movimientos oculares voluntarios. En principio, se encuentran los -movimientos oculares sacádicos-, que son movimientos rápidos de un objeto a otro y que ocurren cuando el bebé dirige su atención hacia un objetivo en específico. Si estos movimientos son inmaduros, esto puede revelar algo de las capacidades perceptuales del bebé. A continuación, tenemos los -movimientos oculares de seguimiento suave-, que son movimientos en los cuales los ojos rastrean un objeto en movimiento. Este tipo de movimiento ocular de rastreo no está presente en los neonatos, quienes hacen uso únicamente de movimientos oculares sacádicos cortos para rastrear objetos en movimiento, pues este tipo de movimiento se desarrolla hasta las ocho o diez semanas de edad.
En los bebés la agudeza visual de es muy pobre, lo cual se ve manifestado en la respuesta optocinética. “La agudeza visual que poseen los neonatos es menor que la necesaria para ver una sola E en una tabla Snellen normal de agudeza” (Coren, Ward, & Enns, 2001). Esta escasa agudeza visual no perdura mucho tiempo y se incrementa de manera continua durante los primeros siete años de vida.
La sensibilidad básica de los bebés a la brillantez es muy débil (cincuenta veces menor a la de los adultos), y de la misma manera, aunque tienen visión del color, poseen una débil capacidad para para ver longitudes de onda de luz cortas (color azul).
En cuanto a la discriminación de patrones, los bebés tienen preferencia por mirar ciertos tipos de estímulos visuales que siguen un patrón. Prefieren estímulos ligeramente complejos sobre los simples, y esto se encuentra directamente relacionado con los procesos de habituación y deshabituación a estímulos. (Coren & cols. 2001)
Aunque los oídos de los bebés funcionan desde su nacimiento, su corteza auditiva requiere de un proceso de desarrollo prolongado durante su primer año de vida. Los neonatos tienen la capacidad de localizar sonidos, sin embargo, para hacerlo utilizan solo la clave de diferencia de intensidad y no la de diferencia de tiempo. Además, los umbrales auditivos de los mismos son mucho mas altos en comparación a los de un adulto. (Coren & cols. 2001)
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