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Dinamica grupal II


Enviado por   •  14 de Octubre de 2015  •  Tareas  •  3.905 Palabras (16 Páginas)  •  112 Visitas

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RESPUESTAS

CAPITULO 11

* Jordi Juan Sastre es maestro de enseñanza primaria, forma parte del departamento de dinámica de grupos de la “Escola de Esplai” de Mallorca y ha sido colaborador y cofacilitador de grupos del autor. Fue participante en el X Encuentro Latinoamericano del Enfoque Centrado en la Persona celebrado en octubre de 2000 en Córdoba.

 * Los primeros conceptos de Sastre que se unen a la expresión “Para ser un facilitador grupal, primero debe ser un participante grupal”, corresponde a que este comienza su experiencia como participante en distintos grupos. Vivencias en las que algunas sufrió mucho y otras les han producido satisfacciones, generando condiciones que lo ayudaron a madurar y a estar más preparado para vivir su vida de manera más plena. Experiencias que le dieron la oportunidad de valorar ciertas actitudes a desarrollar con las personas, como lo importante de escuchar a la gente. Con la escucha se ayuda a las personas a escucharse a sí mismas y a percatarse de su interior. Otras, como la sinceridad, la transparencia  logrando que la gente se valorase más y viéndose traspasados tras la máscara que se habían autoimpuestos. Por último, se percató y también, fue lo que más le costó, el depositar la confianza en alguien, ya que sus prejuicios siempre se anteponían. Luego descubrió a C. Rogers y más tarde, luego de un grupo de encuentro, significó un punto de inflexión en su vida, entrando al mundo del Enfoque Centrado en la Persona.

* Al facilitar su primer grupo de encuentro, un grupo reducido de más o menos 10 participantes, se dedicó, casi completamente, a escuchar y a comentar con los otros facilitadores, impresiones sobre los participantes, lo que percibía y como hubiera facilitado algunos momentos del grupo. Podía validar las sensaciones experimentadas durante la facilitación con lo que dicen los teóricos. Pero todavía tenía algunos temores personales.

En el segundo grupo se arriesgó un poco más pero aún sin transgredir muchos de sus miedos. Tuvo que intervenir más en la explicación teórica de la vida de un grupo y del sistema de facilitación. Aún se sentía falto de energía para dejarse llevar, de dejar fluir su yo a la hora de facilitar el grupo.

En el tercer grupo es donde tuvo que decidirse, pero ocurrió al acabar todo el proceso grupal. Si bien se había sentido más confiado, la facilitación se le hizo difícil y poco efectiva, casi no participó como facilitador, quedándose en silencio, provocándole rabia y decepción al no cumplir con sus expectativas. Tras conversar esto con Tomeu, se percató que tenía miedo a equivocarse y decepcionarlo.  Este le comunicó que creía que era capaz de facilitar bien y que su presencia lo dificultaba. Sastre queda a cargo del próximo grupo, sin su amigo y mentor.

* El “laboratorio” del cuarto grupo, totalmente a su cargo, constituyó el momento donde explotó sus capacidades. Era un grupo formado por dieciocho personas, un curso donde se los formaría como animadores de grupos. Se trataba de partir de la experiencia de participar en un proceso grupal como condición para el aprendizaje significativo para la facilitación. Se centraba en el clima y la disposición del grupo a la comunicación profunda y sincera, pasando por todas las fases que se dan en un grupo durante esta experiencia. Si intención era que en tres días se dé el trayecto grupal completo, sin forzar.

* Dentro de los elementos del grupo en los que Sastre depositó su confianza, se encontraba el potencial del grupo, capaz de desplegar su tendencia actualizante, un grupo capaz de autogenerar ayuda y estabilidad, que puede ser terapeuta con las aflicciones y temores del resto de los participantes.

Pero Sastre no confiaba en sí mismo. Temía no facilitar correctamente, herir con sus intervenciones la tendencia actualizante del grupo, no ayudaría a generar las condiciones para el despliegue del potencial y se vería obligado a  renunciar. Miedo a fallar. Pero se cargó de energía y el proceso funcionó.

* Sobre congruencia dice que es una de las cosas que consideró básicas e influyeron en el buen funcionamiento de esa dinámica. No se puede facilitar la comunicación de un grupo si los facilitadores no son coherentes con su modelo de facilitación y no comunican auténticamente sus sentimientos.

 *Sastre habla de la soledad que casi siempre ha sentido a la hora de facilitar un grupo. Porque queda muy centrado en sí mismo, pudiendo percibir su estado interior,  consciente de sus sentimientos que afloran. Sin poder comunicarlos de manera auténtica en un principio  hasta que los participantes le ceden un espacio como participante, pudiendo aliviar esa soledad. También habla  de una  tremenda responsabilidad, la de no centrar la atención del grupo en el sino en el propio grupo. Estar presente ayudando a ir a casa participante hasta su interior, en el grupo que acontece con toda su energía y potencial. Facilitar el grupo de una manera vincular.

* Sastre hace referencia al proceso personal diciendo “Creo que, de una vez por todas, me sentí facilitador y que era capaz de desplegar mi potencial. Me siento muy orgulloso del resultado obtenido y del proceso llevado a  cabo. Sé, a ciencia cierta, que fallé y fallamos en algunas fases del proceso; que podría y podríamos haberlo hecho mejor, pero estoy en constante aprendizaje. Para ser un buen facilitador hay que estar permanentemente aprendiendo de uno mismo y de los demás. El proceso es largo y creo que inacabable. Pero he ahí una de las razones de que sea tan interesante, al trabajar con personas siempre te sorprenden, siempre encuentras nuevos marcos diferentes, nuevas experiencias. Al mismo tiempo si estás abierto a la experiencia siempre te percatas de nuevas experiencias internas, de partes de las cuales nunca habías tenido constancia. Todo esto se debe a que las personas somos dinámicas y nuestra estructura interna está sujeta a cambios constantes según nuestra experiencia y desarrollo personal”.

* Sobre los objetivos o expectativas del facilitador sobre el proceso grupal, cree que no hay que marcárselos sino que hay que dejar fluir al grupo; solamente hay que guiarlo, ayudarlo cuando este perdido se crea y hacerle vislumbrar el camino que va realizando. De lo contrario, se altera el proceso natural o se falsea las sensaciones de los participantes, sin dejar que su energía y su interior se manifiesten tal como es.

* Sastre ofrece sugerencias para los facilitadores. Estos deben conocer la teoría y especialmente adentrarse en la práctica. Tienen que ser empáticos, auténticos, mostrar consideración positiva en un grupo de encuentro, y también impregnar su vida de estilo centrado en la persona. Es decir, en sus relaciones interpersonales, demostrando así una coherencia, no solo lo que se es como facilitador sino también como persona ante los que te rodean.

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