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Discapacidad Intelectual


Enviado por   •  26 de Mayo de 2013  •  1.924 Palabras (8 Páginas)  •  335 Visitas

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Retardo mental y sus caracteristicas

Sexualidad del discapacitado. En la última década, en el Laboratorio para la atención a los discapacitados físico motores, se desarrolló un modelo teórico para el estudio y atención de la sexualidad. Asimismo, se han desarrollado procedimientos, diagnósticos para determinar el nivel de madurez psicosexual de los discapacitados severos, tomando en cuenta a sus familias. Los datos disponibles abarcan las diferentes edades.

La sistematización teórica obtenida conduce actualmente las acciones de intervención en la educación sexual de los niños pequeños, en articulación con sus padres y educadores. En la ponencia también se presentan las alternativas de intervención puestas a punto en esta esfera.

Conceptos centrales que adoptamos

Para avanzar en la construcción de nuestro modelo abordaremos una serie de conceptos esenciales. Definimos al sexo, como el conjunto de atributos de todo ser humano, anatomo - fisiológicos (cromosómicos, genéticos, gonadales, hormonales, genitales, cerebrales, etc.) que lo convierten en un ser biológicamente sexuado. Se advierte que sólo en el proceso de socialización, en el transcurso de su vida, todo sujeto -con defectos o no- deviene una persona psicológicamente sexuada, con una individualidad única, que lo convierte, a la luz de sí mismo y de los otros, en una personalidad femenina o masculina. Sobre la base de esas premisas y bajo la acción educativa de la familia, la escuela y el medio social, en el transcurso de la ontogenia se construye como núcleo de la sexualidad la identidad de género (conciencia y sentimiento de ser hombre, mujer, femenino, masculino o ambivalente), el rol de género (manera en que se interpretan, asumen y desempeñan los diversos papeles femeninos y masculinos que establece cada cultura) y la orientación sexual (dirección que adquiere el deseo o impulso sexual hacia el otro sexo, el propio o ambos), lo cual lo convierte en un sujeto con defecto en hetero, homo o bisexual, respectivamente. Definimos entonces a la sexualidad como una manifestación psicológica rectora de la personalidad del ser humano con defectos discapacitantes , que tiene como núcleo el sentimiento y la conciencia de la propia masculinidad, femineidad o ambivalencia (cuando no se identifica plenamente con los patrones de su sexo), la que interviene en la regulación directa o indirecta de todas sus manifestaciones conductuales. La Educación Sexual es entonces el proceso dinámico que potencia al sujeto discapacitado severo para el encuentro libre, pleno y responsable con el otro y con su propia sexualidad, en correspondencia con sus necesidades y las del contexto, garantizando el protagonismo y la capacidad de elegir los límites personales de la sexualidad, así como el respeto de las personas con las cuales se relaciona. Concebimos entonces la Educación Sexual como un elemento medular de la formación de la persona con defectos, que contribuye al logro de una sexualidad sana y de relaciones sociales enriquecedoras. Una sexualidad plena y satisfactoria es la que ha logrado una identidad de género satisfactoria, disfruta libremente de su genitalidad, comprende los determinantes sociales que lo han condicionado, y busca una expresión de su sexualidad acorde con valores más humanos, superadores de los estereotipos discriminatorios. Esta sexualidad madura comprende también un sentido de responsabilidad ante las consecuencias de la relación: ante su pareja, ante su descendencia y ante los demás.

Papel de la familia en la formación de la sexualidad del discapacitado.

Los miembros adultos de la familia plantean al niño en cada edad una serie de exigencias históricamente formadas. Dicho de manera esquemática, las fuerza motrices del desarrollo de la personalidad radican en el interjuego de las necesidades ya formadas en cada etapa en el niño, y las exigencias adultas a través de su inclusión en las actividades conjuntas, que reclamarán de él la adquisición de nuevas habilidades y la formación de nuevos motivos. Debemos comprender que al surgir la discapacidad la familia altera sus actividades cotidianas, y sufre una sobrecarga en ciertas funciones. En primer lugar, hay que atender su salud y su desarrollo físico de una manera más intensa, y sobre todo, preñada de ansiedades, pues muchas veces hay imprecisión en el pronóstico de la enfermedad discapacitante, o en las defectos que aparecen como secuelas, o en el alcance que pueda tener el proceso de corrección y compensación, etc. La etapa de cuidados infantiles se hace más prolongada. Así, la madre anula prácticamente su vida emocional como mujer. Esto podemos interpretarlo como una situación triangular, Se trata de la madre, el hijo, pero también el padre está “presente” aunque no lo veamos. Se manifiesta tal simbiosis emocional entre la madre y el hijo, que el padre queda excluido. Los reclamos emocionales y sexuales del padre pueden significar un intento de romper esa simbiosis; pero la madre, o el hijo, o ambos, desarrollan tácticas para unirse más entre sí y excluirlo a él. Una reacción natural del padre suela ser la de alejarse y buscar otra relación fuera del hogar. La edad escolar puede convertirse para el niño o niña con defecto discapacitante en una etapa decisiva para su socialización, si comparte espacios escolares con la diversidad humana que es posible en ellos. Así, en sus actividades escolares se pondrá a prueba y enriquecerá su habilidad para la comunicación afectiva, sus variados desempeños de roles genéricos, las vivencias que reafirmarán su identidad, y hasta las normas morales grupales que posteriormente integrarán sus valores humanos. Sin embargo la mirada de otros puede contener un rechazo más o menos explícito, o una lástima discriminante. La discapacidad que equivale a un estigma visible dispara actitudes intransigentes en muchas personas. Puede suceder que al discapacitado se le limite de alguna manera para asumir muchas tareas propias de la edad, potenciadoras de su personalidad en formación. Como parte de esta actitudes sociales, es llamativo cómo los adultos que rodean al escolar discapacitado tratan de prevenir,

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