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Docencia Sin Dicencia

asqw20 de Mayo de 2014

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CAPITULO I:

No hay docencia sin discencia: En este primer escrito nos deja claro que el maestro debe ser un buen aprendiz, y estar abierto a las realidades de sus educando. No hay docencia sin discencia, ya que el que enseña aprende a enseñar y quien aprende enseña al aprender. Este pensamiento de Paulo Freire, nos hace reflexionar que nunca dejamos de aprender, que constantemente aprendemos algo nuevo en todo momento. Como maestro tanto como aprendiz.

Finalizo esta idea con las siguiente palabras “Para ser un buen maestro primero debes ser un buen aprendiz”.

El ser maestro no implica que tú lo sepas todo, no implica que el educando te escuche y lo tome como una verdad absoluta tus temas de avances. Si es así querido lector entonces estas en un error, porque estas oprimiendo al educando como un opresor del pensamiento crítico. El ser maestro es hacer que los dicentes busquen y que desarrolle el área de investigación, convirtiéndose en personas autónomas de su propio aprendizaje y así mismo de su pensamiento. Que la práctica educativa que no quede solamente en la educación bancaria. Y que a través de esa investigación, el maestro respete ese conocimiento y el conocimiento previo, experiencias vivida del educando. De este modo logrando dicentes critico y autónomos de su propio aprendizaje.

Paulo Freire nos dice que:

“El enseñar exige el reconocimiento y la asunción de la identidad cultural”.

Con estas palabras nos hace referencia que nosotros como maestros debemos asumir una identidad cultural y luego respetar la identidad cultural de los educandos esto nos ayudara como parte de ser ético. La cual es absolutamente fundamental en la práctica educativa progresista. La diversidad de identidades culturales demuestra que el educando es diferente uno del otro, cual diferencia no debe ser visto como si fuera un problema en el salón de clases por el contrario ser diferente nos ayuda a aprender cosas nuevas conocimientos nuevos. Dentro del salón de clase algo que es muy preocupante, es la discriminación por estas diferencias de las identidades culturales del educando mencionadas anteriormente. Por tal razón me atrevo a decir que el profesor debe ser el primero en tratar a todos los educandos por iguales, respetando las diferencias. Generando un clima de respeto en salón de clases o aula.

• CAPITULO II:

Enseñar no es transferir conocimiento: El segundo escrito defiende la idea de que el docente no debe transmitir su conocimiento como dueño de las verdades absolutas. Ser docente no significa que yo tengo toda la razón, más al contrario hay que ayudar al educando a desarrollar sus propios pensamientos no debemos implantar nuestras verdades en él. Si hacemos esto, estaríamos pensando que la mente del educando es solo un recipiente donde se vacían los conocimientos. La enseñanza es algo más, es propiciar al educando dar un paso de la ingenuidad a la criticidad. La cual permitirá al educando a desarrollase como seres éticos. Y es así como la formación se convierte en parte de la educación que se ofrece a los alumnos. El conocimiento es inacabado, por tal razón los educadores son eternos aprendices y siempre será aquel hombre que siempre estará en busca de nuevos conocimientos. También es importante que el profesor tenga conciencia de la realidad Socio-histórico-cultural en que está trabajando para que el mismo pueda desarrollar una buena actividad de acuerdo al lugar donde aplica la práctica educativa. Terminare diciendo que todo maestro debe tener una curiosidad, ya que el ejercicio de la curiosidad ayudara al educador a la imaginación, a la intuición, a las emociones, a la capacidad de comparar. De esta forma logrando que educador participe en la búsqueda del perfil del objeto o como lo dice Paulo Freire “El hallazgo de la razón de ser”. El educador debe concebir la disciplina como resultado de la armonía entre autoridad y libertad. En respeto de la una con la otra, evitando la inclinación a los extremos.

• CAPITULO III:

Enseñar es una especificidad humana Finalizando el último escrito, el ser pedagogo exige una buena preparación y calificación del profesor, hago mención de que este debe estar seguro de su profesión. Porque la inseguridad demuestra incompetencia, nos dice Paulo Freire. Debemos estar seguros porque la seguridad se expresa en la firmeza en la que actuamos, nos ayuda a crear un clima de respeto en el salón.

Paulo Freire nos dice:

“El profesor que no lleve en serio su formación, que no estudie, que no se esfuerce por estar a la altura de su tarea, no tiene fuerza moral para coordinar las actividades de sus clases”.

Esto nos aclara toda duda, tomando como referencia de que si el maestro quiere ayudar al educando a superar su ignorancia. Primero nosotros como educadores debemos superar nuestra propia ignorancia. Concluyo esta idea con las siguientes palabras “Un ciego no puede guiar a otro ciego”. El maestro debe saber escuchar para poder profundizar el arte de la docencia, es una de las ideas más relevantes en el momento, que el educador quiere hablar con el educando. Muchos profesores comenten el error de hablar primero, sin antes de haber escuchado. “Tú como maestro debes ser el primero en escuchar”. Debe aprender como maestro a escuchar primero al educado y luego hablar con el educando. Como educador debes querer bien a los educandos.

• Conclusión:

Para lograr una Práctica Educativa Democrática, la cual con lleva dicentes críticos y no de banca. Primero debemos convertirnos en profesores críticos, Y para convertirse en un profesor crítico es necesario ser un agente de cambio en nuestro medio.

Y para aquello el profesor debe:

• Ser el primero que debe tratar a todos por igual, respetando las diferencias individuales del educando, sin excluir a nadie.

• Concebir la disciplina con el resultado de la armonía o equilibrio entre autoridad y libertad.

• Debe saber escuchar para poder profundizar el arte de la docencia.

• Superar su ignorancia primero, para después ayudar al educando a superar la ignorancia.

• Saber escuchar.

• Querer bien a los educandos.

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Pedagogía de la Autonomía. Saberes necesarios para la práctica educativa es el titulo de uno de los libros que considero más prominente para encaminar a los docentes a un encuentro consigo mismo y con su práctica para formar individuos libres y autónomos. El mismo es una producción del educador brasileño Paulo Freire, publicado en el año 2004, editado por Paz y Tierra en la ciudad de Sao Paulo.

Paulo Freire es considerado una figura de sapiencia, dedicación y creatividad en asuntos educativos; fué quizás el pensador más influyente en cuestiones educativas de finales del siglo XX, y uno de los más populares en asuntos relacionados con los educadores informales, con la necesidad del diálogo y con las reivindicaciones de los sectores menos favorecidos. Su titulo Pedagogía del Oprimido fué un elemento decisivo en su popularidad latina. En su texto Pedagogía de la Autonomía desarrolla tres capítulos: No hay enseñanza sin aprendizaje; enseñar no es transferir conocimientos; y el proceso de educar es sólo una empresa humana. En estos tres capítulos desarrolla los principios referidos a los saberes necesarios y a las condiciones para enseñar que deben asumir los docentes en América Latina para formar individuos más libres y autónomos.

A continuación se presenta un resúmen de esos principios o saberes.

Desarrollo

En la primera parte de Pedagogía de la Autonomía, el autor desarrolla descriptivamente los saberes necesarios para la práctica docente de manera clara y explícita, sin desperdicios. Destaca la importancia del papel del educador, su tarea docente es no sólo enseñar los contenidos, sino también enseñar a pensar correctamente. Condena la soberbia y la arrogancia, incita a lectura, a la verdadera lectura crítica. La mayor parte de estos saberes se resumen a continuación.

Investigación dice que no hay enseñanza sin investigación ni investigación sin enseñanza. Esos quehaceres se encuentran cada uno en el cuerpo del otro. La indagación, la búsqueda, la investigación, forman parte de la naturaleza de la práctica docente. Lo que se necesita es que el profesor, en su formación permanente, se perciba y se asuma, por ser profesor, como investigador.

En relación a la capacidad crítica del docente, el autor expresa que en la diferencia y en la "distancia "entre la ingenuidad y la crítica, entre el saber hecho de pura experiencia y el que resulta de los procedimientos metódicamente rigurosos, no hay una ruptura, sino una superación..

No habría creatividad sin la curiosidad que nos mueve y que nos pone pacientemente impacientes ante el mundo que no hicimos, al que acrecentamos con algo que hacemos.

Una de las tareas principales de la práctica educativo-progresista es exactamente el desarrollo de la curiosidad crítica, insatisfecha, indócil. Curiosidad con la que podemos defendernos de "irracionalismos" resultantes de, o producidos por, cierto exceso de "racionalidad" de nuestro tiempo altamente tecnificado. Y no hay en esta consideración ningún arrebato falsamente humanista de negación de la tecnología y de la ciencia. Al contrario, es consideración de quien, por un lado, no diviniza la tecnología, pero, por el otro, tampoco la sataniza. De quien la ve o incluso la escudriña de forma críticamente

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