Doctrina Social
maximsn18 de Marzo de 2014
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Doctrina Social
de la Iglesia
INTRODUCCIÓN
La sociedad en que vivimos hoy, es consecuencia de una serie de procesos degradantes sobre valores, creencias y costumbres que han sido los pilares de la moral y la ética social.
Cuando se hace referencia a procesos degradantes se busca reflejar como primera instancia que el estado de inseguridad, delincuencia y falta de moral no se da de la noche a la mañana, tampoco en poco tiempo.
El hombre, en líneas generales, buscará por todos los medios una solución que contemple el bien común. Pero aquí no se hace, ni se hará referencia a lo que pueda hacer uno o algunos individuos, sino a la forma de reaccionar de la raza humana, ya que desde tiempos inmemoriales han habido algunas pocas persona que hacen daño o el mal por mero placer, pero ellas no son representantes del obrar general del ser humano, ni objeto de este trabajo.
La Doctrina Social de la Iglesia (DSI) ha sido creada con el fin de guiar a la sociedad, porque la evolución de la humanidad corre a un ritmo desenfrenado tras la tecnología y los avances, dejando olvidada la base misma de la esencia humana, basada en los derechos humanos, el bien común y la familia.
FUNDAMENTOS DE LA DSI
La DSI ha sido un modo eficaz de inculcar y defender los valores humanos más importantes, logrando así la esperanza de un futuro mejor. Impulsa el desarrollo integral de todo ser humano a través de la Ley Natural, teniendo como objetivo inspirar el comportamiento individual o colectivo.
Ha buscado a lo largo de la historia construir una ciudad más humana, a través de:
- El amor: Que es la expresión más pura de hombre
- La justicia: que permite el establecimiento de normas de convivencia entre los habitantes.
- La Paz, ingrediente esencial para fortalecer los vínculos sociales y las buenas costumbres.
- La libertad que da rienda suelta al crecimiento y evolución del hombre de hacer expresar y crear.
- Solidaridad: Permiten el apoyo de unos a otros ante las adversidades.
La DSI toma como eje a la familia, reconociendo en ella el núcleo mismo de la sociedad.
Al proteger en sus fundamentos a la familia individual, protege a nivel general a la sociedad toda, que no es otra cosa que la suma de todas las familias.
Para protegerla reconoce:
- El trabajo como dignificante.
- La propiedad privada como elemento esencial para la subsistencia del grupo.
- La remuneración justa como el instrumento más importante para la práctica de la justicia en las relaciones laborales.
- El valor del capital humano.
- Economía libre: Siempre y cuando se realice con responsabilidad para los medios productivos.
- Toda actividad económica que promueva la dignidad de la persona humana, considerando “estructuras de pecado” aquellas que genera y mantienen la pobreza, el subdesarrollo y la degradación.
Para completar la orientación de las personas, la fe y la razón van de la mano donde:
- El conocimiento: comprende y dirige al hombre en lo referido a la salvación.
- La inteligencia: Comprende la verdad revelada y la integra con la verdad de la naturaleza humana.
- La centralidad: No excluye ni debilita el papel de la razón, así es recibida y compartida por todos.
Filosofía y ciencias
La DSI también se apoya en datos que aportan la filosofía y ciencias humanas, para la correcta comprensión de los conceptos básicos de la doctrina social tales como:
• La persona
• La sociedad
• La libertad
• La conciencia
• La ética
• El derecho
• La justicia
• El bien común
• La solidaridad
• La subsidiaridad
• El Estado.
Todos estos aspectos antes nombrados implican que las responsabilidades morales en la organización y en el funcionamiento de la sociedad, no pertenecen exclusivamente al ámbito religioso o de los sacerdotes, también son parte de las obligaciones políticas, económicas y administrativas.
Hacia el siglo XIX, podemos observar que la Revolución Industrial (RI) tuvo consecuencias sociales, políticas y culturales devastadoras que trastornaron las estructuras sociales seculares.
En otra época, las familias en su gran mayoría contaban con alguna propiedad, tal vez pequeña, pero que le representaba el sustento básico para su núcleo familiar, el hombre con su trabajo y basado en la unión de su familia era capaz de creer en su propio esfuerzo.
Pero la Revolución Industrial hizo a la población dependiente de los grupos de poder, como son los económicos, dueños de las principales factorías, porque los artesanos y campesinos no podían competir con los precios que imponían estos monstruos que los llevó a la quiebra, venta de sus propiedades e inmigración a las grandes ciudades donde fueron conocidos como proletariado, ya que su única posesión era su prole.
La gente a medida que se fue despojando de su autonomía, también lo ha hecho de los principios de ética y moral.
Con cada principio sacrificado, ya sea por la búsqueda de una mejora económica o por verdadera necesidad, los derechos humanos y la dignidad se fueron diluyendo. El trabajo de madres y padres durante toda la jornada han dado por resultado niños que se crían con extraños, que por lo tanto se distancian y no saben lo que es la unión familiar, pierden el respeto por esos padres que no conocen prácticamente y eventualmente crean familias disgregadas como si ese fuera el modelo básico a seguir.
Esta conducta se repitió en toda la población, y ciertos pilares se perdieron totalmente consecuencia de la aceptación popular del cambio de los valores profundos por valores superficiales que justifican el cambio cultural.
SITUACIONES CON LA QUE SE ENFRENTA UN OFICIAL DE POLICIA
EN SU TAREA PROFESIONAL
- Delincuencia generalizada
- Niveles de criminalidad elevados
- Pobreza
- Falta de ética y moral en las instituciones estatales.
- Falta de núcleo familiar consolidado.
- Falta de sensibilidad hacia la carencia ajena.
- Falta de principios que promuevan el bien común.
De estas carencias deriva una sociedad problemática, que requiere de la intervención del Estado para lograr un cambio que perdure. La fuerza policial es parte de las fuerzas armadas del país, están encargadas de hacer cumplir la ley, velar por el bien común y prevenir el delito.
En la ciudad es donde actúan con más intensidad los fenómenos de la industrialización, la burocracia, el crecimiento demográfico y urbanización de las sociedades post-industriales.
Este tipo de sociedades ha traído ventajas innegables pero también acentúan la desorganización social, los espacios privados minúsculos, los ruidos, el tráfico, las prisas, las aglomeraciones, la pobreza, y anonimato acarrean disfunciones importantes que van a incidir negativamente en el ámbito delincuencial a través de la despersonalización, insolidaridad, debilitamiento de la propia identidad o conflictos culturales. Este cuadro se grava en barrios o zonas en los que reina el hacinamiento, la promiscuidad, la suciedad y el desorden urbanístico.
Lo que se puede observar en la sociedad actual es un pensamiento concreto orientado a la acción, práctica, programada para el corto plazo; con rigidez cognitiva porque es incapaz de desarrollar opciones distintas a las anteriormente adoptadas. Poseen rudimentarios mecanismos de auto-justificación, que se desmoronan si se les enfrenta al mal que efectivamente han ocasionado, y en su déficit de autoestima buscan en el comportamiento delictivo la sensación de poder o de dominio del mundo.
Esta nueva sociedad que posee las mejores posibilidades en escolarización, y ya no dependen de un origen social de la familia; del mismo modo que la oferta en el ámbito recreativo y de ocio son cada vez más amplias. Si se le agrega que el Estado se ha hecho responsable de que todo esté disponible, nos encontramos con una sociedad cómoda y sin necesidad de esforzarse, totalmente volcada al consumismo y a un hedonismo insaciable que solo conduce a un individualismo absoluto.
PRINCIPALES PROBLEMAS DETECTADOS EN LA CIUDAD
VIOLENCIA FAMILIAR:
Es uno de los temas que azotan de manera prominente nuestra ciudad.
Origen: Dentro de las familias, con o sin recursos, cuando la violencia es parte de la forma de vida está íntimamente ligada a la falta de valores relativos a los derechos humanos, dentro del núcleo familiar el maltratador infunde sobre sus víctimas el control mediante la supresión de todo tipo de derechos. Se ubican como superiores y las libertades de expresión, trabajo y vida digna para las víctimas no tienen significado alguno, transformándose en un círculo vicioso, donde el maltratador sojuzga y agrede, haciéndole sentir a la víctima culpable de la situación, luego por medio de la creación de momentos de felicidad logra que la víctima siga como si nada hubiera pasado, pero ante el menor inconveniente el agresor vuelve a estallar en un arranque de violencia, repitiéndose la historia una y otra vez.
Entre las mujeres de 15 a 44 años de edad, la violencia doméstica es responsable de más muertes e incapacidades que la suma total atribuida al cáncer, los accidentes
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