Déficit en los niños de tres años

EL GARABATEO

El garabateo es el lenguaje que utilizan los infantes para expresar lo que van descubriendo de su medio, por medio de él el adulto puede identificar el estado de ánimo de ellos se observa lo que siente, piensan, desean, inquietan y lo que les hace sentirse triste o alegre; por este medio va aprendiendo a desarrollar su creatividad, adquiere confianza le ayuda a la maduración psicológica y sobre todo es muy primordial en la adquisición de la motricidad fina, es decir, aquella que se relaciona con el movimiento de los dedos, lo cual facilita los procesos posteriores de la escritura.

Según Lodoño (2019) no indica que “el garabateo se inicia desde el primer trazo con movimientos de todo el brazo (dedos, muñeca, codo, hombro) representando evolución en el aspecto psicomotriz.” El garabateo es el primer trazo que hace un niño en una hoja de papel y equivale a un gran paso a su desarrollo motor fino, los cuales se los conoce como garabatos que son determinante en el aprendizaje y en las actitudes que un niño puede llegar a tener cuando empieza su periodo escolar formal; ellos van evolucionando y ocurren en un orden lógico.

Según Moreno, N. (2017)

“Esta etapa comprende de los 2 a los 4 años de edad. Se inicia desde el primer trazo con movimientos de todo el brazo (dedos, muñeca, codo, hombro) representando evolución en el aspecto psicomotriz. Pero es hasta los 4 años de edad, cuando las figuras dibujadas comienzan a ser reconocibles. Los primeros trazos son el comienzo de la expresión introduciendo al niño no sólo en el dibujo sino también al aprendizaje progresivo del lenguaje oral y escrito.” (Moreno, 2017)

Cuando el niño comienza con sus primeros trazos, (garabatos) ellos ocupan todo el brazo no tienen la precisión para dominar solo la pinza digital, ni la mano, su etapa motriz esta pesada, la cual va adquiriendo con forme pasa las etapas de este proceso lo cual permite que este apto para comenzar con su proceso de lectura y escritura.

El niño al comenzar a realizar sus primeros garabatos empieza a atravesar una operación mental de gran complejidad, porque para dibujar algo tiene que realizar una difícil labor de abstracción, y convertir en línea lo que observa como volúmenes coloreados, va pasando por diferentes etapas en lo que a esta habilidad se refiere al principio, el dibujo consiste simplemente en garabatos. Usa el papel como medio para ejercitar su motricidad, esta vez con el lápiz o con las pinturas, y crea formas que no guardan ninguna relación con la realidad, es simplemente un juego, el dibujo de un niño es el proceso por el cual el niño no solo aprende a dibujar, valga la redundancia, sino que además aprende a expresarse; es decir utiliza el dibujo como una herramienta para demostrar emociones o situaciones tanto positivas como negativas, ya que su capacidad de habla y expresión oral o física no están completamente desarrolla.

Lazcano, D. (2015) en su obra cita a Piaget:

“el dibujo es la forma de expresión que el niño tiene para expresar lo que siente, lo que le pasa y es otra de las manifestaciones de la función simbólica además del juego y el lenguaje verbal. El dibujo le da la posición al niño de expresar sus pensamientos en forma específica. La forma en que gráficamente representa las cosas es la pauta de la experiencia que ha tenido con ella” (Lazcano, 2015)

El niño por medio del dibujo expresa sus sentimientos ya que en esta etapa el dispone de un léxico limitado, y muchas veces por medio de lo que el dibuja se llega a conocer el estado emocional que tiene, es una etapa innata por la cual él tiene que atravesar para poder llegar a la conciencia de la realidad de su contexto donde él se desenvuelve.

Con el transcurso del tiempo los garabatos van evolucionando, al inicio comienzan a introducir al niño a la toma del lápiz, al desarrollo de la pinza digital, al dibujo lo cual va progresando hasta llegar al lenguaje oral y escrito, como todo el garabateo también se divide en fases en la que encontramos la etapa del garabateo incontrolado y el garabateo con nombre que van hasta los 3 o 4 años de edad. También encontraremos los dibujos pre-esquemáticos que se verán hasta los 6 años de edad y entre los 6 a los 9 años se encuentra la etapa del esquema y finalmente la etapa de la reproducción fiel y de la representación espacial.

Los primeros dibujos se limitan a ser una prolongación de la actividad motora de la mano, rayas, zig-zags, son garabatos sin sentido pero que producen un gran placer para ellos, los primeros trazos no tienen sentido, varían en longitud y dirección, a menudo el niño mira hacia otro lado mientras hace estos trazos y continúan garabateando, no tienen control visual de lo que hacen los niños no tienen un control motor fino sobre los movimientos de su mano, por ello suelen salirse de la hoja de papel y sus trazos son muy débiles o demasiado fuertes; a esta edad es muy común que los niños utilicen distintos métodos para sostener el lápiz, no usan ni los dedos ni la muñeca para controlar el elemento que dibuja los niños en esta edad del garabato solo pueden repetir movimientos más amplios. Los garabatos son un reflejo del desarrollo físico y psicológico del niño y no un ensayó de representación, un niño puede sentirse fascinado con esta actividad y disfruta de estos trazos en su calidad de movimientos y como registro de una actividad. (Tandaza, 2017)

El garabateo desordenado se caracteriza por: el niño comienza a garabatear a los 18 meses, el dibujo no tiene sentido por falta de control del movimiento, los movimientos del niño son bruscos, no atiende cuando dibuja, y no muestra interés por el color; por ello el niño se encuentra en sus primeros inicios o en el descubrimiento de su motricidad fina.

El niño de 2 años aprende a tener mayor control sobre sus movimientos y lo que antes eran rayas sin ton ni son ahora van adquiriendo mayor precisión, el niño descubrirá que hay una vinculación entre sus movimientos y los trazos que ejecutan en el papel, esto puede suceder unos seis meses después de que ha comenzado a garabatear, aquí el niño ha descubierto el control visual sobre los trazos que ejecuta aprende la relación entre el movimiento de su mano y las formas que realiza, descubre a la vez el control visual sobre los trazos por lo que existe ya la voluntad de realizar un trazo de un modo y otro; el intenta reproducir un pensamiento o algo que avisto, o que consiga realizar exactamente aquello que pretendía, es probable que cuando termine el dibujo nos diga “es un coche’ o que cambie la opinión mientras va dibujando, lo que en un principio empezó siendo un coche ahora es un monstruo con grandes orejas. Alrededor de los tres años ya se aproxima a la forma de tomar el lápiz que tiene el adulto, comprende mejor lo que es tratar de copiar una raya o una cruz, además puede copiar un círculo, pero no un cuadrado. Los garabatos ahora son mucho más elaborados y en algunas ocasiones el niño descubre ciertas relaciones entre lo que ha dibujado y algo del ambiente. (Tandaza, 2017)

La etapa del garabateo ordenado se caracteriza por: aparece a los 3 años, el niño toma conciencia del papel y de sus movimientos, se interesa por el color y sus diferencias, le atraen los cambios cuando garabatea, el niño va madurando y desarrollando el control de su motricidad óculo manual.

Lazcano, D. (2015) en su obra cita a Kellogg:

“uno de los aspectos más innovadores fue el hecho de aportar una visión formal y estética para la citada clasificación, con influencia de las ideas de la Gestalt, definiendo que el dibujo infantil guarda en su evolución una lógica formal y perceptiva, basadas en símbolos y estructuras simples innatas que evolucionan creando un lenguaje propio infantil. para Kellogg el niño al dibujar se comporta como un pequeño artista, creando su propio repertorio de elementos visuales” (Lazcano, 2015)

El dibujo infantil adquiere una lógica formal a medida que va evolucionando cuando pasa por todas sus etapas desde el garabateo hasta llegar al realismo, en cada una de ellas los dibujos que realiza el niño tiene mucho significado para él, es su obra de arte, la cual se debe apreciar de la misma manera que él la ve con la finalidad de aumentar su deseo por seguir dibujando y de esta manera desarrolla su motricidad fina y va fortaleciendo cada una de las etapas.

El niño comienza a dar nombre a sus garabatos, puede que diga “esta es mamá”, aunque en el dibujo no se pueda reconocer, esta actitud es muy significativa, y da indicios del pensamiento del niño ha cambiado, ahora empieza a conectar los movimientos con el mundo que le rodea, ha adquirido mayor control de su grafomotricidad los trazos van evolucionando, de esta edad ya es capaz de realizar con mayor presión rayas verticales, horizontales, círculos; percibe que sus dibujos son una forma de expresión, un modo de representar lo que ha visto, lo que imagina o lo que

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