ENSAYO DE LA PROBLEMATICA DOCENTE
LISEYT21 de Febrero de 2014
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FOROS DE CONSULTA NACIONAL PARA LA REVISION DEL MODELO EDUCATIVO.
EL DESARROLLO PROFESIONAL DOCENTE
La creciente importancia dada al enfoque de competencias en la formación del
profesorado se deriva de la mayor consideración de su trabajo como una profesión
que posee un perfil profesional específico y distinto al de otros profesionales. Una
aportación importante para conceptualizar lo que significa entender la práctica de la
enseñanza como una profesión, y derivar de ahí las implicaciones para la formación,
procede de los estudios hechos a partir del trabajo de Schön (1992) sobre el
profesional reflexivo.
No es nada nuevo decir que el rol del profesional de la educación está
cambiando, ya que permanentemente estamos escuchando acerca de las nuevas
demandas al perfil profesional del docente. Demandas que se ven influenciadas por
un contexto marcado por lo intercultural, el aumento de la heterogeneidad del
alumnado, una creciente importancia hacia el dominio de varios idiomas, el progresivo aumento de las dificultades de aprendizaje de las materias científicas o la
inclusión de las nuevas tecnologías de la información, por nombrar sólo algunos
elementos. De lo anterior se desprende, por ejemplo, que los docentes deberían ejercer
un compromiso social abierto con los más necesitados. En definitiva, las visiones de la
escuela y de su papel social en cada momento histórico y en cada país van variando y
eso obliga a reorientar, también, la idea de docente que sirva de base a la formación.
La docencia es una profesión dura, como lo son otras. Si bien es creciente la
sensibilidad y conciencia del profesorado ante sus propios problemas (C. Martín
Rodríguez, y M. Ruiz Corbella, 1996, p. 154) y de la sociedad hacia los problemas del
profesorado, no está claramente demostrado que la docencia sea una profesión más
dura que otras. En ella, como en otras, cabe una diversidad enorme de motivaciones,
situaciones y grados de compromiso. Es preciso, pues, contemplar la profesión con
distanciamiento y amplitud, para acceder a un conocimiento más objetivo de la
profesión.
Conceptuamos motivación como activación y orientación de los comportamientos. La
adecuada motivación del profesor es componente básico de satisfacción y mejora.
¿Qué factores animan a
dar lo mejor de sí a los docentes?, ¿cómo debe ser un lugar de trabajo estimulante?
Identificamos dos grandes fuentes de motivos: 1) Externos: Más estáticos
(reconocimiento social, sueldo, contexto de enseñanza, ambientes de trabajo, etc.) y más
dinámicos (posibilidades de avanzar en la carrera docente, actividades formativas,
innovaciones, satisfacción desde los alumnos, etc.). 2) Internos: Madurez personal,
vocación e identidad profesional, sensibilidad y compromiso son el propio desarrollo
profesional y personal, vivencia de la docencia como relación de ayuda a otras personas
y servicio social, autoestima docente, conocimiento didáctico, ética aplicada a la
comunicación con los agentes, trabajo orientador e instructivo sus alumnos, satisfacción
con la tarea, etc.
Una motivación profesional equilibrada necesita de ambas fuentes, y parece conveniente
tener en cuenta además dos cuestiones previas: La primera se refiere al realismo. Por
ejemplo, no es un secreto que la llamada ‘carrera docente’ no es una variable bien
resuelta. Sin embargo, podría serlo una incentivación fundamentada en varios
conceptos complementarios: la antigüedad en la enseñanza y en el puesto, la evaluación de
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