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ESPACIO FIJO Y SEMIFIJOS


Enviado por   •  10 de Febrero de 2016  •  Documentos de Investigación  •  3.285 Palabras (14 Páginas)  •  1.178 Visitas

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Espacio fijo

El espacio de caracteres fijos es uno de los modos fundamentales de organizar las actividades de los individuos y grupos, incluye las manifestaciones materiales, así como los diseños ocultos en interiorizados que gobiernan la conducta conforme el hombre se desplaza sobre la tierra.

Los edificios son una expresión de pautas de caracteres fijos, pero éstos se hayan también agrupados de maneras características, al igual que divididos interiormente, de acuerdo con diseños determinados por la cultura. Los trazos de los pueblos, así como los campos y campiñas que hay entre aquellos, no son producto del azar sino que conforman a un plan que cambia con la época y la cultura.

Incluso el interior de la casa occidental está organizado espacialmente. No sólo hay cuartos especiales para funciones especiales: preparación de alimentos, comer, entretenerse y celebrar reuniones sociales, descansar, recuperarse, y procreación sino también para fines sanitarios. Sí, como sucede a veces, los artefactos o las actividades asociadas con un espacio, son transferidos a otro espacio, este hecho se patentiza de inmediato. En los que “viven hechos un lío de” o en un  “estado de confusión permanente” son los mismos que no pueden clasificar mi las actividades ni artefactos de acuerdo con un plan especial uniforme, consistente y predecible. En el extremo opuesto de la escala de esta la línea de montaje, organización precisa de objetos el tiempo y espacio.

En realidad, la disposición interna de las casas actuales, que americanos y europeos dan por sentada, es bastante reciente. Como señala Philippe Aries (1962) en Cent’ of Childhood, los diferentes cuartos no tuvieron funciones determinadas en las casas europeas hasta el siglo XVIII. Los miembros de familia carecían de la intimidad como la conocemos hoy en día. No había espacios que fueran sagrados o especializados. Los extraños entraban y salían, mientras que las cajas y las mesas eran llevadas y traídas de acuerdo con el humor y los apetitos de los ocupantes.

Los niños eran vestidos y tratados como adultos pequeños. No es raro que el concepto de infancia y el asociado de familia nunca tuviesen que esperar la especialización de los cuartos de acuerdo con la función y la separación de estos entre sí. En el siglo XVIII se alteró la forma de la casa. En francés chambre (cámara) se distinguió de salle (sala). En inglés la función de un cuarto que como indica su nombre: bedroom (recamara), living room (sala de estar), dining room (comedor). Las habitaciones quedaron expuestas de manera que todas se abrieran a un corredor o pasillo de la misma manera que las casas dan a la calle. No hace mucho que los ocupantes pasaban de un cuarto a otro. Aliviada de la atmósfera de la gran estación central y protegida por espacios nuevos, la pauta familiar comenzó a estabilizarse y se expresó mayormente en la forma de la casa.

La Presentación of Self in Everyday L (1959), de Goffman da un registro detallado y perspicaz de observaciones sobre la relación de la fachada que presenta la gente ante el mundo y el yo que ocultan dentro de sí. El uso del término fachada es de por sí revelador. Significa el reconocimiento de paneles que hay que penetrar y apunta a funciones ejecutadas por las características arquitectónicas, verdaderas pantallas detrás de las cuales es posible retirarse de tiempo en tiempo. La tensión de mantener una fachada puede ser tremenda. La arquitectura puede soportar esta carga, y es también un refugio en el que el individuo puede “soltarse el pelo” y ser el mismo.

El hecho de que sean tan pocos los hombres de negocios que tienen sus oficinas en sus hogares no se explica tan solo con base en la tradición y la zozobra del cuerpo directivo cuando los funcionarios principales que se encuentran ostensiblemente presentes.

El autor ha observado que muchos hombres tienen dos o más personalidades distintas, una para los negocios y otra para el hogar. En estos casos, la separación de oficina y hogar ayuda a mantener sin conflictos a las dos personalidades, a menudo incompatibles, y puede servir para estabilizar una versión idealizada de cada una de ellas, las cuales se conforman en la imagen proyectada tanto de la arquitectura como el ambiente.

En ningún otro lugar, en la cocina se hace tan patente la relación del espacio de caracteres fijos con la personalidad igual que con la cultura. Cuando las micro pautas se interfieren como a veces sucede en la cocina, el acto es algo más que molesto para las mujeres que se entrevistó. La esposa del autor, quien ha luchado durante años con cocinas de todos los tipos, comenta de esta manera los diseños hechos por hombres: “si cualquiera de los que diseñaron esta cocina tuviera que trabajar en ella, seguro que no la habría hecho así”. La falta de congruencia en los elementos del diseño, la complexión y la estatura de la mujer (a las mujeres suele faltarles estatura para alcanzar objetos), y las actividades que deben desempeñar se, aunque a primera vista no sea obvia, si es a menudo increíble. El tamaño, la forma, la disposición y la ubicación en el hogar, todo esto comunica a las mujeres del hogar lo poco que el arquitecto o el diseñador sabían de los detalles de caracteres fijos.

La sensación que el hombre tenga de estar orientado correctamente en el espacio arraiga profundamente. Tal conocimiento está vinculado en última instancia con la supervivencia de la salud. Está desorientado en el espacio es estar psicótico. La diferencia entre actuar con velocidad de reflejo y tener que detenerse a pensar al ocurrir una urgencia puede significar la diferencia entre la vida y la muerte, regla que se aplica por igual al chófer que maneja por una autopista y al roedor que trata de eludir a un animal de presa. Lewis Mumford (1961) observa que el informe reticular de nuestras ciudades “hace que los extranjeros se sientan tan familiarizados con ellas como los habitantes más antiguos”. Los americanos que han terminado por depender de este diseño a menudo se sienten frustrados por cualquier cosa diferente. Para ellos es difícil sentirse en casa en las capitales europeas que no se conforman a este sencillo diseño. Los que viajan y viven en el extranjero se pierden con frecuencia. Rasgo interesante de estas quejas es el que revela la relación que hay entre diseño y la persona.

Casi sin excepción, el recién llegado emplea palabras y tonos asociados con una afrenta personal, como si la población tuviese algo contra de él. No es nada sorprendente que la gente sacada del diseño de estrella con radiaciones, de Francia, o del reticulado romano, tenga dificultades en lugares como Japón, lugar en el que todo el diseño de caracteres fijos es básica y radicalmente distinto. En realidad, si se pusiese uno a delinear dos sistemas en contraste, difícilmente lo haría mejor. Los sistemas europeos destacan las líneas, a las cuales les ponen nombres: los japoneses trataban técnicamente los puntos de intersección y se olvidan de las líneas. En Japón, son las intersecciones y no las calles las que llevan nombres. Las casas, en lugar de estar relacionados en el espacio, están relacionadas en el tiempo enumeradas en el orden en que son construidas. En el plan japonés se hace hincapié en las jerarquías que surgen en torno de los centros; el plan norteamericano culmina en la igualdad de los suburbios, porque un número a lo largo de una línea es el mismo que cualquier otro. En un vecindario japonés, la primera casa construida es un recordatorio constante para los residentes que la casa número uno fue primero.

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