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ESQUEMA DEL PSICOANALISIS


Enviado por   •  20 de Diciembre de 2011  •  1.532 Palabras (7 Páginas)  •  1.329 Visitas

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El aparato Psíquico

Las enseñanzas del psicoanálisis se basan en un número incalculable de observaciones y experiencias, y sólo quien haya repetido esas observaciones en sí mismo y en otros individuos está en condiciones de formarse un juicio propio sobre aquel.

El psicoanálisis establece una premisa cuyo examen queda reservado al pensar filosófico y cuya justificación reside en sus resultados. De lo que llamamos nuestra psique (vida anímica), para el cual tenemos que hacer referencia a dos términos: el órgano corporal y escenario de ella' el encéfalo (sistema nervioso) y nuestros actos de conciencia, que son dados inmediatamente y que ninguna descripción nos podría trasmitir.

El esquema del yo, superyo y ello.

Ello: llamamos ello a las más antiguas instancias psíquicas; su contenido es todo lo heredado, lo que se trae con el nacimiento, lo establecido constitucionalmente; en especial, entonces, las pulsiones que provienen de la organización corporal, que aquí encuentran una primera expresión psíquica, cuyas formas son desconocidas para nosotros. Esta parte más antigua del aparato psíquico sigue siendo la más importante durante toda la vida.

Yo: se encarga de que los deseos se hagan realidad; esta bajo el influjo del mundo exterior real-objetivo que nos circunda. Es el mediador entre la realidad y el deseo.

El yo aspira al placer, quiere evitar el displacer. Un acrecentamiento esperado, previsto, de displacer es respondido con l señal de angustia; y su ocasión, amenace ella desde afuera o desde adentro, se llama peligro De tiempo en tiempo, el yo desata su conexión con el mundo exterior y se retira al estado de dormir, en el cual altera considerablemente su organización. Y del estado del dormir cabe inferí que esa organización consiste en una particular distribución de la energía anímica.

Superyo: Como precipitado del largo período de infancia durante el cual el ser humano en crecimiento vive en dependencia de sus padres, se forma dentro del yo una particular instancia en la que se prolonga el influjo de estos. En la medida en que este superyo se separa del yo o se contrapone a él, es un tercer poder que el yo se ve precisado a tomar en cuenta. Es el que marca la línea, lo moral, es el que culpa.

Así las cosas, una acción del yo es correcta cuando cumple al mismo tiempo los requerimientos del ello, del superyo y de la realidad objetiva, vale decir, cuando sabe reconciliar entre sí sus exigencias. En el curso del desarrollo individual el superyo recoge aportes de posteriores continuadores y personas sustitutivas de los progenitores, como pedagogos, arquetipos públicos, ideales venerados en la sociedad. Se ve que ello y superyo, muestran una coincidencia en cuanto representan los influjos del pasado. En tanto, el yo está comandado principalmente por lo que uno mismo ha vivenciado, vale decir, lo accidental y actual.

Teoría de las pulsiones de auto conservación y sexuales, pulsiones de vida y pulsión de muerte.

Llamamos pulsiones a las fuerzas que suponemos tras las tensiones de necesidad del ello. Representan los requerimientos que hace el cuerpo a la vida anímica. Aunque causa última de toda actividad, son de naturaleza conservadora; de todo estado alcanzado por un ser brota un afán por reproducir ese estado tan pronto se lo abandonó. Se puede, pues, distinguir un número indeterminado de pulsiones y así se acostumbra hacer.

Las pulsiones pueden alterar su meta, que pueden sustituirse unas a otras al traspasar la energía de una pulsión sobre otra. Existen dos pulsiones básicas: Eros y pulsión de destrucción. (La oposición entre pulsión de conservación de sí mismo y de conservación de la especie, así como la otra entre amor yoico y amor de objeto, se sitúan en el interior del Eros.)

En las funciones biológicas, las dos pulsiones básicas producen efectos una contra la otra o se combinan entre sí. Así, el acto de comer es una destrucción del objeto con la meta última de la incorporación; el acto sexual, una agresión con el propósito de la unión más íntima. Esta acción conjugada y contraria de las dos pulsiones básicas produce toda la variedad de las manifestaciones de la vida.

El desarrollo de la función sexual

La vida sexual humana consistirí, en el afán de poner en contacto los genitales propios con los de una persona del otro sexo. Besar, mirar y tocar ese cuerpo ajeno aparecen ahí como unos fenómenos concomitantes y unas acciones introductorias. Ese afán emergería con la pubertad al servicio de la reproducción. No obstante, siempre fueron notorios ciertos hechos que no calzaban en el marco estrecho de esta concepción: 1) Curiosamente, hay personas para quienes sólo individuos del propio sexo y sus genitales poseen atracción. 2) Es también curioso que

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